El PP se la juega en la conferencia política que celebrará mañana y pasado. Prueba de su importancia es el hecho de que Rajoy anunció la convocatoria de dicho cónclave en el mismo acto que dio a conocer los cambios en el partido, hace ya dos semanas. Se trata, según los estrategas de la calle Génova, de dar un impulso que catapulte al PP hacia la victoria en las próximas elecciones generales. Lejos de alcanzar ese objetivo, la organización de la conferencia política ha desatado un nuevo pulso entre el presidente del partido y sus críticos.

La conferencia política arranca con polémica: Rajoy no quiere hacer caso a diversos sectores del PP que le piden que dé a la conferencia un carácter decisorio. “Sólo habrá debate”, se encargó de sentenciar ayer el jefe del Ejecutivo en una rueda de prensa celebrada en el palacio de la Moncloa, junto al presidente de Perú, Ollanta Humala.

No ha gustado a destacados dirigentes del partido cómo la dirección popular ha diseñado la citada conferencia. La mayoría de ellos se queja de que no pueden preparar la cita, porque ni siquiera se les ha facilitado ni el programa ni el formato de las intervenciones. El escaso conocimiento que tienen del cónclave les viene de lo que han podido leer en los medios de comunicación y ni siquiera hay una petición para que puedan hacer aportaciones a los cuatro foros de debate.

Esta actitud del comité de dirección del partido ha sembrado el desconcierto en las filas populares, que no entienden como una cita de tanta importancia –que sirve de arranque a la precampaña y de apuesta programática con las los populares concurrirán a los comicios- se ha llevado con tanto secretismo.

Pero lo más grave, en opinión de esos dirigentes críticos, no es el sigilo en los preparativos, sino la intención de Génova de que la conferencia sólo sirva para fomentar el diálogo interno. Un debate, claro está, sin consecuencias concretas para el devenir de los populares.

Para evitar eso, diversos sectores del PP se han encargado durante los últimos días de solicitar que se dé cierta capacidad decisoria al cónclave, pues sin ella, la cita podría quedar en nada. “O, tal vez –dice un veterano diputado-, en un acto para que los nuevos y jóvenes vicesecretarios luzcan palmito ante la opinión pública”.

Hablar, pero sólo hablar

Esos dirigentes populares son conscientes de que las grandes decisiones del PP deben tomarse en un cónclave de más alto rango, como es el congreso del partido. Pero dado que éste no se celebrará, en ningún caso, antes de las elecciones legislativas, la conferencia política hubiera servido para acometer cierto cambio de rumbo –necesario, según dicen- para que los populares puedan revalidar la victoria en los comicios.

“No se trata sólo de hablar de primarias, sino debatir sobre numerosos asuntos y adoptar decisiones urgentes que nos acerquen al sentir mayoritario de la sociedad”, subraya uno de los barones más críticos en conversación con SABEMOS.

Así las cosas, el presidente del Gobierno salió ayer a la palestra para acallar las voces críticas. Rajoy se encargó de explicar que en la conferencia política se va a hablar “de lo que preocupa a la gente”, ya que, según dijo, hay varias ponencias y “se puede debatir de todo”. Eso sí, quiso dejar claro que no es un foro para adoptar acuerdos. “Las decisiones se plasmarán luego en el programa electoral que empezaremos a elaborar inmediatamente después de la conferencia”, argumento el presidente del Gobierno.

Génova no quiere cabos sueltos

Mientras tanto, la dirección del Partido Popular empezó ayer a reunirse con los cinco ponentes de cada uno de los cuatro foros del cónclave para coordinar las intervenciones y los asuntos que se pondrán encima de la mesa. Queda claro con esta forma de trabajar que el comité de dirección no quiere que ningún cabo quede suelto.

Entre los pocos detalles que se conocen de la conferencia, ayer se supo que las intervenciones no serán al uso, con una larga exposición por parte de cada uno, sino que lo que se busca es la concreción y la agilidad. Por ello, los ponentes tendrán cinco minutos cada uno para hablar, según informa la agencia Europa Press. Contarán, no obstante, con una directriz previa sobre lo que debe versar su intervención.

A la espera de cerrar definitivamente los oradores, se prevé que participen el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso; la de Empleo, Fátima Báñez; el de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo; el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; y el de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.

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