El sector del transporte aéreo español ha vuelto a China, donde ha aterrizado en Shanghái el primer avión de Iberia procedente de Madrid, diez años después del fallido intento protagonizado por Air Europa y la desaparecida Air Comet.

Iberia se suma, así, a compañías asiáticas como Air China, Beijing Capital Airlines (del grupo HNA), Cathay Pacific, Korean Air o Singapore Airlines que ya ofrecen vuelos directos entre España y sus respectivos países, además de China Eastern, que ha estrenado unas horas más tarde que la española la misma conexión que ésta.

Air China vuela a Pekín desde Madrid y Barcelona, ciudad donde opera también Singapore Airlines a Singapur; mientras que Beijing Capital, Cathay Pacific y Korean Air ofrecen vuelos desde la capital de España a la ciudad china de Hanghzou, Hong Kong y Seúl, respectivamente.

Los vuelos de Air Europa y Air Comet, de los grupos turísticos Globalia y Marsans, inaugurados en mayo y julio de 2005, respectivamente, prometían ser rentables, al contar con la demanda de los empresarios españoles afincados en el país o los cerca de 150 padres que viajaban por entonces cada semana desde España a China para adoptar niños.

El optimismo empezó a apagarse ese mismo invierno y el sueño asiático se rompió definitivamente en octubre de 2006, tras apenas quince meses de operaciones después y enormes pérdidas económicas para ambas aerolíneas, quizá por escasa promoción o falta de estrategia para aprovechar el enorme potencial del mercado chino. Algo parecido le pasó a Iberia con la ruta Madrid-Tokio -que retomará a partir del próximo 18 de octubre-, pero que tuvo que cerrar en 1998, tras doce años en servicio, como consecuencia de unas pérdidas acumuladas de hasta 200 millones de euros, pese a un alto índice de ocupación.

No obstante, en la última década se han producido muchos cambios que auguran crecimientos sostenibles del tráfico aéreo entre España y China y que permiten a Iberia encarar con optimismo tanto la nueva ruta a Shanghái, adonde opera tres veces a la semana, como la que abrirá a la capital japonesa.

El crecimiento económico en China ha dado lugar a un aumento del nivel de vida y a una potente clase medio-alta con elevados niveles de consumo. China es ya el primer mercado emisor de turistas en el mundo. Por otro lado, aunque China ha sido la puerta de entrada del empresariado español en Asia desde los años 80 del siglo XX, fue a partir de 2000 cuando se produjo la gran expansión de su presencia, que actualmente se cifra en unas 600 empresas.

En paralelo, las buenas perspectivas económicas han convertido a España en el país más atractivo de la cuenca mediterránea para los inversores procedentes de China y, en general, los chinos se sienten atraídos por el estilo de vida mediterráneo.

Con la llegada de Iberia, España refuerza su presencia en China en el sector del transporte aéreo, en el que ya el fabricante aeronáutico europeo Airbus produce distintas piezas para el avión A330. Sin embargo, la auténtica pionera fue Alsa, que comenzó su actividad en China en 1984 con una empresa de taxis en la zona especial de Shenzhen y ahora ya está implantada en 17 provincias del país en las que opera 147 líneas y 538 destinos con una facturación de 186 millones de euros.

En el sector de energías renovables destaca Gamesa, con más de quince años de experiencia en el país asiático, mientras que en el textil, Inditex, que entró en China en 2004, ya es su mayor mercado después de España. Entre las compañías hoteleras, la más veterana es Meliá, pero ya están siguiendo sus pasos cadenas españolas tan importantes como NH o Barceló.

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