La industria de fabricación de coches ha comenzado a introducir la tecnología de impresión en 3 dimensiones en sus procesos de producción. Aunque algunas marcas sólo utilizan esta innovación para diseñar las piezas de los vehículos, otras ya vislumbran la comercialización del automóvil impreso.

Los coches son caros, así que tienen que estar bien hechos cuando lleguen al consumidor. Y, a poder ser, sin trampas en los datos de emisiones de gases contaminantes.

Para eso, algunos fabricantes de automóviles han comenzado a incorporar técnicas y métodos innovadores que les permiten ganar en eficiencia. Uno de ellos es la impresión en 3 dimensiones, con la que pueden disponer de nuevas maquetas de vehículos y de piezas rediseñadas en cuestión de unas pocas horas.

Una de las compañías que ha apreciado las ventajas de esta tecnología es Ford, que acudió a la impresión en 3D para ajustar el diseño del volante de su Ford GT, pero también para elaborar distintos prototipos para la característica parrilla delantera de su Mondeo Vignale, la gama alta de su icónico sedán.

“La tecnología de impresión 3D ha cambiado completamente la manera en la que diseñamos ydesarrollamos nuevos vehículos. Podemos ser más creativos a la hora de intentar encontrar soluciones, y para el cliente esto supone que nuestros coches pueden incorporar lo último en diseño y tecnología más fácilmente”, asegura Sandro Piroddi, supervisor de Tecnología Rápida de Ford Europa, en un comunicado.

Pero los estadounidenses no son los únicos que fardan de modernidad. En Europa la marca alemana Audi ha construido una réplica del mítico Auto Union Type C de 1936 gracias a la impresión en 3D, pero en esta ocasión con materiales metálicos y con un resultado que hace sonreír a los más nostálgicos.

Las fábricas y el 3D

Pero estos dos no son casos aislados en el sector industrial, y no sólo porque la mayoría de fabricantes o productores de componentes estén utilizando la impresión en 3D en una u otra fase de su actividad: en España ya se ha desarrollado una impresora especialmente pensada para usos industriales.

La que se ha desarrollado en España es la mayor máquina de este tipo y es capaz de fabricar piezas de grandes dimensiones, de hasta 1,6 metros de longitud.

Este desarrollo puede contribuir al ambicioso objetivo con el que sueña el sector: imprimir coches de cero y hacerlos seguros y eficientes. En ese camino está la compañía Local Motors, que ha anunciado que dentro de 2 años ya circularán los vehículos impresos.

Todo un sueño para el usuario, que podrá saltarse al intermediario -las marcas de coches- y montarse un automóvil en casa, pero también una pesadilla para los fabricantes y los trabajadores de las fábricas de vehículos.

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