“Algo está cambiando en el ámbito del lobby”. Uno de los múltiples efectos de la fragmentación política española es que está impulsando una suerte de boom en la actividad de los grupos de interés -lobbies-, al tiempo que se abre paso la regulación que desde hace años reclama un sector ansioso por dotar de transparencia su trabajo. Y es que anhelan despojarse de la mala prensa que a menudo reciben por culpa de ese oscurantismo que impera en la relación de los políticos con consultoras, ONG’s, asociaciones profesionales e instituciones de todo tipo que legítimamente quieren influir en sus decisiones o trasladarles cualquier consideración.

Daniel Ureña, socio director de Mas Consulting, ha estudiado la evolución del sector en los últimos meses y ha concluido que hay buenas noticias para los lobistas. “Asistimos a un importante auge de esta disciplina, tan extendida en las principales democracias del mundo, pero que todavía tiene mucho camino por recorrer aquí”, recoge en su paper ‘El auge del lobby en España en el nuevo escenario político’, presentado este jueves en el Senado y editado por la Asociación de Comunicación Política (ACOP).

La aparición de nuevos partidos, la renovación de las Cortes y la necesidad de pactar son oportunidades para los lobistas

Para el autor, ese padrinazgo de la Cámara alta es en sí mismo una muestra del punto de inflexión que vive el sector. Que una institución como el Senado se abra a acoger tal evento, con su presidente Pío García Escudero ejerciendo de maestro de ceremonias, es la viva imagen de que “algo está cambiando”. Para bien. Poco a poco, el lobby se va despojando de una mala fama adquirida durante años de opacidad en sus relaciones con los políticos y cargos públicos.

“Crear ese marco a salvo de las sombras de duda contribuiría al mejoramiento del sistema democrático”, indicó al respecto García Escudero. Han sido muchas las veces que se ha intentado confeccionar ese marco regulatorio, sin alcanzar el consenso suficiente. La pasada legislatura, el Congreso estuvo cerca de lograrlo, pero la falta de acuerdo en otros aspectos impidió la reforma del Reglamento que iba a articular esas medidas de transparencia.

Avances en Cataluña, Madrid y Aragón

Sí se van produciendo avances en otras instituciones. Autonomías como Cataluña, Madrid o Aragón están impulsando registros de lobbies, como también lo ha hecho la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia o el Ayuntamiento de la capital de España. Son avances tímidos, pero representativos del camino que comienza a abrirse. “Es una cuestión de tiempo”, concluye Ureña, que tales iniciativas sean la norma y no la excepción. El hecho de que actores al margen de la batalla partidista, como la CNMC, estén participando de ello, es otro indicio alentador.

Pero la regulación es solo una de las diez claves que el autor desarrolla para entender “en qué medida el nuevo mapa político impactará en la actividad del lobby”. El primero es la propia fragmentación parlamentaria, que hará que “las empresas, las ONG y demás organizaciones destinarán más recursos y más esfuerzos a esta tarea”. Esto es algo que “ya se está percibiendo”, puesto que las organizaciones necesitan “comprender el complejo panorama” y “anticiparse a los posibles escenarios que pueden darse”. Así, está creciendo el número de empresas y profesionales del sector, así como su actividad global y la oferta académica especializada en formar lobistas.

A continuación, Ureña cita “el diálogo, la negociación y los pactos” que marcarán este nuevo periodo. A partir de ahora o a partir del 26 de junio, si se repiten las elecciones. Porque es inevitable que “cada iniciativa parlamentaria tenga que ser negociada y consensuada”, lo que abre el espacio a “actores institucionales, sociales, políticos y empresariales” para defender sus respectivos intereses. “El buen lobista tendrá que ser un hábil negociador”.

Daniel Ureña: “El buen lobista tendrá que ser un hábil negociador”

Esta circunstancia tiene otra derivada: la iniciativa legislativa dejará de estar copada por Moncloa, en favor de las Cortes. “Van a recuperar un gran peso y un gran protagonismo en la vida política española”, indica Ureña, y ahí será donde tengan que dar el do de pecho los lobbies. El hecho de que sean unas Cámaras renovadas en altísimo porcentaje -213 de los 350 diputados son ‘novatos’- es otra ventana de oportunidad: “tendrán una gran necesidad de conocer y aprender sobre los diferentes asuntos que afectan a su labor legislativa”.

Una quinta clave es la superación del tiempo en que la agenda de contactos lo era todo para el lobista. Ahora, conceptos como “planificación” o “estrategia” tienen un peso tan o más importantes que “las buenas habilidades sociales” y las relaciones personales que pueda tener el profesional en cuestión. Es una consecuencia más del crecimiento y la evolución del sector.

«Inteligencia» y «campañas integrales»

En sexto lugar, aparece la “inteligencia, que provee a las organizaciones de información elaborada de carácter político, económico o empresarial”. Será una herramienta “imprescindible” en las campañas de los grupos de interés. Y estas campañas tienden a ser cada vez más “integrales”, dirigiéndose a “influir simultáneamente en diversos frentes (medios, poder legislativo, Gobierno, opinión pública, redes sociales)”. Esto “obliga a que el buen lobista ha de ser capaz de tener una visión de conjunto”.

En octavo término, el consultor menciona el auge del third party lobbying. Y es que se demuestra que “aquellas estrategias que son capaces de integrar diferentes voces y actores en la defensa de una causa común son las más eficaces”. Y aquí entran en juego alianzas con los think tanks o saber comprender a los medios de comunicación, tanto a los de nuevo cuño como a los tradicionales. “Un reportaje, un artículo o una entrevista en el momento adecuado puede ser crucial para la defensa de unos intereses concretos”.

Por último, llegaría la mencionada regulación del lobby que comienza a gestarse y “la cultura de la anticipación”, que será “clave en el nuevo escenario político”. Hay multitud de procesos regulatorios “a la vuelta de la esquina” y saber detectarlos y tomar posiciones a tiempo será clave para que te sean más o menos favorables.

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