La aerolínea española de IAG no se conforma sólo con reforzar sus operaciones en Latinoamérica y ya prepara rutas con Asia y África para crecer con fuerza en el futuro.

Iberia ya vuelve a crecer. Entre el año pasado y lo que va de éste, la antigua compañía de bandera ha abierto 30 nuevas rutas. Cinco son líneas a Latinoamérica, que opera Iberia con su marca. El resto son conexiones con Europa, a través de su filial low cost Iberia Express. Una nueva oferta que llega tras el parón de años anteriores, reconvertido luego en drástico recorte de vuelos e incluso de rutas completas.

Los planes de la aerolínea pasan por seguir creciendo en los próximos ejercicios, un proceso en el que el salto no sólo será cuantitativo, sino que explora mercados en los que aún no está presente. Iberia, que se disputa desde hace años con Air France-KLM el liderazgo en las conexiones entre Europa y Latinoamérica, busca ahora oportunidades de crecimiento lejos de sus mercados naturales y analiza la apertura de nuevas líneas con Asia y con África.

“La nueva estructura de costes que hemos conseguido nos permite trabajar en nuevos mercados. Existen destinos en África y en Asia que ya estamos analizando”, explicó ayer Luis Gallego, presidente de Iberia, tras participar en la cumbre global del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) que se ha celebrado en Madrid.

La compañía evita concretar fechas y se remite a un impreciso “medio plazo” para referirse a cuándo se produciría el arranque de esas nuevas rutas hacia los continentes asiático y africano. Según el actual plan estratégico de la filial española de IAG, su objetivo es ejecutar un importante incremento del 6,5% anual hasta 2020 de su oferta (medida en asientos disponibles por kilómetro recorrido, ASK).

Iberia ya contó con vuelos directos entre Madrid y Tokio en los noventa, pero acabaron por no cuajar y la conexión se cerró. Y cuando en 2005 Air Europa y la extinta Air Comet se animaron con las conexiones directas entre España y China, a Iberia no le salían las cuentas y renunció a siquiera intentarlo. Entonces, como ahora, el objetivo era aprovechar la envidiable posición de España como puente entre Asia y Latinoamérica. Y ése es el discurso que también mantuvo ayer el presidente de Iberia.

Del riesgo a desaparecer a volver a crecer

Iberia retoma ahora el crecimiento tras el duro proceso de reestructuración que ha vivido la compañía. Hace apenas dos años, la cúpula de la matriz IAG incluso insinuaba la posibilidad de echar el cierre a Iberia si no se conseguía reducir drásticamente la estructura de costes para garantizar la rentabilidad.

“Cómo ha cambiado Iberia es un claro ejemplo de una empresa que, tras sufrir una crisis profunda por problemas estructurales, ha sabido reinventarse en dos años”, dijo ayer Gallego ante un millar de ejecutivos del sector turístico en la cumbre del WTTC. “Hemos pasado de perder un millón al día a conseguir un beneficio operativo de 51 millones. Somos más eficaces, tenemos una base de costes más baja, una estructura más ligera y una cultura empresarial más moderna”, sentenció.

Iberia pretende ejecutar un recorte de plantilla que conllevará la salida de un máximo de 5.471 empleados hasta 2017 (de los que unos 3.800 ya han dejado la empresa, cumpliendo así el 70% de su objetivo). A los despidos, se suman los recortes salariales y la congelación de la retribución durante este ejercicio, así como múltiples medidas de incremento de la productividad en sus operaciones.

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