Las dos grandes aerolíneas españolas mantienen (de momento) sus vuelos a Caracas y lo hacen porque (de momento) siguen siendo rentables. Y eso a pesar de que ya sólo venden billetes fuera del país sudamericano para no engordar más los fondos retenidos por el Gobierno de Maduro.

El problema se gestó ya en 2003. A principios de ese año el Gobierno de Hugo Chávez aprobó un estricto control del cambio de divisas. Las empresas extranjeras con intereses en Venezuela realizaban sus operaciones en bolívares, la moneda local, y para repatriar sus ganancias a sus países de origen debían ejecutar el cambio de esos bolívares al valor de la tasa oficial fijada por el Estado y, además, debían contar con la autorización explícita de las autoridades para poder recibir las divisas extranjeras, singularmente dólares.

Ese sistema fue funcionando durante años, y para las aerolíneas que operaban en el país era una práctica habitual y obligada. Vendían sus billetes en bolívares y repatriaban los ingresos en dólares aplicando el tipo de cambio oficial, no siempre ventajoso. Sin embargo, en 2012 el Gobierno chavista empezó a tener problemas evidentes para cumplir con sus obligaciones de pago en divisas, y empezó a acumular retrasos en las autorizaciones de las repatriaciones del dinero de las compañías aéreas, hasta prácticamente suspenderse por completo. De hecho, en 2015 sólo se autorizó una repatriación de ganancias y se ha dado vía libre a otra más en lo que va de 2016.

Y tras de esta suerte de default selectivo, el resultado es que las compañías aéreas extranjeras aún tienen retenidos en el país cerca de 3.800 millones de dólares (unos 3.360 millones de euros al cambio actual), según los datos que maneja la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA). Y las dos aerolíneas españolas que operan en Venezuela, Iberia y Air Europa, figuran entre las empresas damnificadas por el bloqueo en las repatriaciones y acumulan conjuntamente más de 300 millones de euros retenidos por las autoridades venezolanas.

Air Europa, la aerolínea del grupo Globalia, tiene bloqueados en el país fondos equivalentes a algo más de 200 millones de euros, según confirma el propio presidente de la compañía, Juan José Hidalgo. «Yo ese dinero no lo voy a cobrar nunca», admite resignado en declaraciones a la prensa.

E Iberia, por su parte, cifra en 106 millones de euros el dinero retenido en Venezuela al cierre de 2015 a la espera de recibir el permiso de las autoridades, según se recoge en el informe de cuentas anuales de la filial de IAG.

Iberia acumulaba a finales de 2013 un total de 184 millones, y consiguió repatriar en agosto de 2014 el equivalente a la venta de cinco meses de billetes en bolívares. La aerolínea ha ido aplicando revaluaciones de la deuda acumulada con un tipo de cambio con el dólar cada vez menos ventajoso, lo que ha derivado en sendos cargos excepcionales de 82 millones y 98 millones de euros en los dos últimos años, según se recoge en el documento depositado en el Registro Mercantil.

En las últimas semanas, Lufthansa y Latam han anunciado el cese de sus operaciones en Venezuela. Iberia y Air Europa, como otras muchas aerolíneas internacionales, han venido aplicando en los últimos años recortes de las frecuencias en la ruta Madrid-Caracas. Ambas compañías operaban vuelos diarios, y ahora la filial de IAG mantiene entre tres y cuatro frecuencias semanales en función de la temporada y la compañía de Globalia entre dos y tres frecuencias por semana.

Además, ambas aerolíneas han dejado de vender billetes en Venezuela para no ingresar más bolívares y evitar así seguir engordando la cuenta de fondos retenidos por el Gobierno de Nicolás Maduro. Tanto Iberia como Air Europa aseguran que analizan continuamente la situación en Venezuela y el impacto en sus cuentas, pero de momento las operaciones de las dos compañías se mantienen. De momento. Y sobre el futuro ambas compañías muestran una firmeza desigual.

Desde IAG, la matriz de Iberia, se apunta que no se puede descartar salir del del país cuando la situación sea realmente insostenible (no sólo por el bloqueo de esos fondos desde hace años, sino sobre todo por la inestabilidad económica y política). «No nos gustaría abandonar el país, pero no podemos volar a destinos donde no hay ingresos», dijo Willie Walsh, consejero delegado de IAG, hace unas semanas en declaraciones a Expansión. Más claro, aparentemente, lo tiene Air Europa. «No vamos a dejar de volar a Venezuela. Algún día se arreglará el país», dijo ayer Juan José Hidalgo, presidente de la aerolínea.

Y es que, con mayor o menor firmeza (o tibieza, según se mire) en las declaraciones públicas, los vuelos a Caracas tanto de Iberia como de Air Europa son aún hoy rentables, según confirman a SABEMOS fuentes del mercado. Y lo son sólo con la demanda y los ingresos por las ventas de billetes realizadas sólo fuera de Venezuela y sin vender nada (o casi) dentro del país. Pero una rentabilidad que se mantiene… de momento.

IMAGEN: Flickr | Ana Guzzo.

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