El Banco Santander ha sido el último gran banco español en sumarse a la tendencia iniciada hace unos meses por Caixabank y continuada por BBVA y Sabadell de cobrar a quienes no sean clientes por retirar dinero de su red de cajeros. La medida es un ataque directo contra ING, pero ya ha sido denunciado por los consumidores.

La profecía se ha cumplido. El Banco Santander ha confirmado este jueves lo que desde el sector financiero español se daba como algo que era solo cuestión de tiempo: La gran banca va a cobrar a los clientes de otras entidades por retirar el dinero de sus redes de cajeros. La medida, iniciada de forma aparentemente unilateral por Caixabank en febrero de 2015, ha tenido continuidad con un goteo de otras entidades, precisamente las que tienen una red más grande y con más costes de mantenimiento.

Dos euros por cada disposición de efectivo en un cajero de la propia red con tarjetas emitidas por otras entidades. Tras Caixabank, que dispone de la red de cajeros más extensa de España (de Servired), fue BBVA (también de Servired) la entidad financiera que anunció el mismo cobro, con las mismas cantidades. A su vez, desde Banco Sabadell (Servired) anunciaron que el aplicar esta misma tasa estaba «en estudio», mientras que el Santander (red de Telebanco) acaba de confirmar que lo cobrará también. En total, más de la mitad del sector financiero español.

Esta medida, más allá de las causas que la puedan originar, no es precisamente del agrado de los supervisores bancarios en un mercado cada vez más concentrado. El Banco de España, según ha podido conocer SABEMOS, está examinando las propuestas de estas entidades, y prevé hacer un pronunciamiento en las próximas semanas. El problema es que la legislación impone que sólo se imponga el cobro de una comisión por cada servicio, algo que estaría en cuestión en este caso.

Según fuentes cercanas al Banco de España, se está tratando de determinar, en cada caso, si efectivamente se estaría cobrando dos veces por el mismo servicio: por un lado la nueva tasa impuesta por Caixabank, BBVA, Santander (y quizás Sabadell) y por otro el pago que hasta ahora se repercutía a las entidades financieras ‘gratuitas’ por la llamada tasa de intermediación. A nivel de supervisor, lo importante es determinar que efectivamente se cobra tan solo una vez por cada servicio; otra cosa son las posibles prácticas anticompetitivas.

Al menos dos organizaciones de consumidores y usuarios (Adicae y la OCU) han emprendido campañas legales para acabar con esta nueva comisión por retirada de efectivo en cajeros de otra red. En el caso de Adicae, por una parte, han acudido primero a Bruselas y luego a la CNMC (ver denuncia más abajo) en contra de Caixabank y BBVA ya que «cobrar dos veces por retirar dinero a los clientes de otras entidades vulnera la ley y altera el mercado y la competencia», aseguran, al tiempo que aluden a una posible «concertación de precios» entre estas grandes entidades. La OCU, por su parte, ha acudido también al Banco de España para que dirima si el cobro por parte de Caixabank es ilegal.

El objetivo: fastidiar a ING y subir comisiones

Caixabank fue quien rompió el tabú y la baraja mantenidos en el sistema financiero español desde la llegada de las entidades low cost al mercado. Bancos como ING decían permitir a sus clientes la retirada de efectivo de forma gratuita, cuando en realidad es un servicio que sí que tiene un coste (la llamada tasa de intermediación) pero que estas entidades decidían asumir por su cuenta sin repercutírselo a los clientes. A esta situación le han dado una vuelta completa los grandes bancos, con Caixabank como avanzadilla.

Así, se llegó a una situación en la que los clientes de entidades como ING, EVO o Bankinter podían disponer de amplias redes de cajeros sin que estas compañías tuvieran que hacer frente a los costes de implantación y mantenimiento de las mismas. Y a cambio de pagar la tasa de intermediación. Esto permitía a estas entidades (gracias a sus menores costes estructurales) promocionar productos financieros con mayores rentabilidades, lo que a su vez les permitió ganar considerables cuotas de mercado, impensables para otras entidades extranjeras que intentaron consolidarse en España. Esto creó un caldo de cultivo desde hace años proclive a maquinar estrategias contra la entidad naranja, como mostraron los correos internos de Miguel Blesa. Por tanto parte del objetivo de esta estrategia actual es, como comenta un alto cargo del sector financiero a SABEMOS, «joder a ING».

Pero no solo eso. También está presente el hecho de que las entidades financieras sufren desde hace años un grave problema de beneficios, debido a los bajísimos tipos de interés y al euríbor en mínimos históricos, que imposibilitan en la práctica obtener márgenes financieros suficientes. Como ya han hecho saber tanto el supervisor bancario como la patronal, la reestructuración del sector ha traído consigo una época de más y mayores comisiones por servicio. Y en esta política se enmarca el impulso a esta nueva tasa por la retirada de fondos.

En el otro lado, cajas, nacionalizadas y outsiders

La opción de Caixabank, BBVA y Santander de empezar a cobrar por usar los cajeros a los clientes del resto ha creado una división con el resto del sector, que se debate entre quienes podrían imitar la medida (Popular, Sabadell…) y las entidades que ya han manifestado públicamente que no piensan (al menos por el momento) aplicar esta medida. Es el caso, por ejemplo, de Bankia, que rechaza esta opción con la idea de poder ganar cuota de mercado en cajeros y clientes y obtener más ingresos vía comisión de intermediación.

Otras antiguas cajas como Kutxabank han asegurado a SABEMOS que no piensan tampoco aplicar estos cobros a los clientes de otras entidades. En el caso de Ibercaja, por su parte, reconocen no haber tomado aún una decisión. A pesar de que la cuota de estas compañías a nivel nacional es limitada, el hecho de que entidades como éstas no opten por el camino tomado por Caixabank o Santander puede ser clave. Y es que las antiguas cajas siguen teniendo cuotas de mercado mayoritarias en muchos casos en sus territorios de influencia. Allí son la entidad de referencia y en numerosas localidades pequeñas es frecuente que la única sucursal sea de una de estas cajas. «En todo pueblo seguirá habiendo una antigua caja o una rural que seguirá siendo gratis; aunque como éstas cambien de parecer…», anticipa un alto cargo de una de estas entidades.

«Si en un municipio solo hay una entidad financiera, seguro que somos nosotros», explica un portavoz de una de las antiguas cajas más solventes del país. A pesar de la presión que ejercen los grandes competidores y los bajos márgenes financieros actuales, todas las antiguas cajas consultadas dicen que seguirán sin cobrar a los no clientes. ¿Cuánto durará esta situación? Por lo pronto, EVO banco ha sido la primera entidad en reaccionar: ha anunciado que devolverá todos los cobros que hagan a sus clientes en el caso de que las retiradas de efectivo sean de un mínimo de 120 euros.

FOTO: CÉSAR en FLICKR

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