El exsecretario general del PP de Madrid Francisco Granados ha roto su silencio desde la prisión para asegurar que «la ‘Operación Púnica’ no existe», que no conoce a la mayoría de los imputados, que nunca ha cobrado comisiones y que David Marjaliza jamás ha sido su socio. Asimismo, ha arremetido contra Esperanza Aguirre y Ignacio González, a los que acusa de haberlo utilizado como un kleenex , y ha advertido de que nunca perdonará a la lideresa por no haber respetado su “presunción de inocencia” y por sus declaraciones “indecentes” en contra suya.

Granados ha hecho estas declaraciones a El Español desde el centro penitenciario de Estremera, donde fue encarcelado hace casi un año tras ser acusado de urdir una de las mayores tramas de corrupción municipal de los últimos años en España.

“Yo abrí una cuenta en Suiza mucho antes de dedicarme profesionalmente a la política y lo puedo acreditar”, asegura Granados en relación con la cuenta a su nombre que dio pie a la investigación del caso. “Los fondos procedían del patrimonio familiar de mi actividad en banca de inversión (y) cuando llegué a la alcaldía de Valdemoro, quise cerrar la cuenta y el banco sólo me dio la opción de cedérsela a otra persona. Ése es el motivo por el que cedí la gestión de los poderes a David Marjaliza, tal y como está acreditado en el sumario”.

Francisco Granados asegura también que “nunca” ha tenido un testaferro” porque “todo” su patrimonio está justificado con sus ingresos, y añade que David Marjaliza “nunca” ha sido su socio en nada. “Me gustaría saber quién se ha inventado eso de que es mi socio o de que lo ha sido. ¿En qué empresa? ¿En qué negocio? Comprar una casa a alguien no le convierte en tu socio”, advierte.

“Supongo que la ‘operación inmobiliaria’ a la que se refiere es la venta de unas parcelas en Valdemoro que heredé de mi padre cuando ya eran urbanas. Los terrenos se calificaron como urbanos en los noventa, cuando gobernaba el PSOE en Valdemoro, y yo no tuve en eso ninguna participación. Más aún, el PP votó en contra. Las vendí en el 2007, casi diez años después de heredarlas, a precio de mercado. Esta es una de las principales acusaciones que se me han hecho y es totalmente falsa. No han dejado de salir en medios de comunicación informaciones al respecto basadas en la nada. Todo esto también lo puedo acreditar”, añade Granados.

“Marjaliza nunca ha sido mi socio”, insiste Granados. “Mi relación con Marjaliza siempre ha sido cordial, de amistad, aunque no era una relación diaria. A veces no nos tratábamos durante meses. Le veía más en verano porque coincidíamos en vacaciones. Nunca he tenido ningún negocio con él ni ningún acuerdo de nada. Además, no soy amigo suyo de la infancia como se ha publicado en algunos medios porque tenemos mucha diferencia de edad”, agrega.

“Nunca he tenido más socios que mi mujer y mis hijas en dos sociedades que creé pocos días antes de mi detención y que no han tenido actividad. Mi relación con esas dos personas ha sido de amistad, nada más. Si ha habido alguna ‘adjudicación irregular’ en el Ayuntamiento de Valdemoro o en la Comunidad de Madrid, que se diga cuál. Después de casi dos años de investigación y de casi un año en prisión, no sé a qué adjudicaciones se refieren”,  prosigue.

Respecto a la trama en sí misma, el exdirigente del PP en Madrid es contundente: “La ‘Operación Púnica’ no existe. A la mayoría de imputados no los conozco o son de otros partidos. ¿Qué tipo de organización criminal es ésa?”.

En cuanto al cobro de comisiones, Granados niega “la mayor”. “Nunca he cobrado comisiones ni directa ni indirectamente de nadie. El adosado de Marbella es mío y de mi mujer y lo pagamos, como todo el mundo. Es muy sencillo de comprobar. En cuanto a la casa de El Caracol, nunca ha sido nuestra. Estuvimos muy interesados en comprarla pero no llegamos a un acuerdo con el precio, así que la promotora se la vendió a otra persona”.

Francisco Granados asegura también en la entrevista que “siempre” ha declarado sus bienes, “tanto en la Asamblea de Madrid como en el Senado”, y que, en todos los casos, puede acreditar las compras, “con documentos bancarios y con las hipotecas que aún estoy pagando”. “Absolutamente todo está justificado con mis ingresos. Lo puedo probar”, añade.

Esperanza Aguirre

En la entrevista, Granados se muestra especialmente duro con Esperanza Aguirre, sobre todo por las declaraciones de éste en la que le calificaba de “delincuente”. “Reconozco que lo que más me ha dolido son las declaraciones de Esperanza Aguirre, porque ella me conoce bien y sabe que soy incapaz de quedarme con lo que no es mío. Sabe que he trabajado mucho y que siempre he sido leal. El que no respete la presunción de inocencia y que no le haya importado atacarme y mentir, con el daño que me ha hecho a mí y a mi familia, me parece indecente”, asevera.

“Me costó mucho dimitir como alcalde de Valdemoro para irme al Gobierno de la Comunidad de Madrid. Esperanza me prometió que si me iba con ella construiría un hospital en Valdemoro y acepté. La verdad es que cumplió su promesa”, recuerda Granados, respecto a su relación con Aguirre en la época en que éste presidía la Comunidad.

“La relación se rompe definitivamente cuando Esperanza decide no mantenerme en el Gobierno en la tercera legislatura y siete meses después me destituye como secretario general del PP. El único motivo fue que desde antes de las elecciones de 2011 ya tenían decidido que Esperanza dimitiría para dejar a González y yo entonces estorbaba. Me trataron como un kleenex, denuncia.

La lideresa no quería “un buen resultado para Rajoy” en las elecciones de 2011

En todo caso, añade, la “ruptura definitiva se produjo durante la campaña para las elecciones generales de 2011. Ella quería que la campaña en Madrid fuera lo más plana posible, con la menor movilización posible, para que Rajoy no tuviera un buen resultado en Madrid. Al menos, que fuera peor que el que ella había obtenido meses antes. Yo no estaba de acuerdo, me empleé muy a fondo y no me lo perdonó”.

“La gota que colmó el vaso fue un mitin que organicé en Valdemoro con Javier Arenas y Esteban González Pons. Se puso como una fiera y dijo que no se movilizara al partido para que fuera un fracaso. A partir de ese día dejó prácticamente de hablarme. A la semana siguiente me citó en su despacho y me comunicó que me destituía como secretario general porque con Rajoy en el Gobierno necesitaba una persona de su absoluta confianza en el partido y yo ya no lo era”, asegura.

Respecto al papel jugado por Esperanza Aguirre en los asuntos investigados, Granados afirma que “en la Comunidad de Madrid nunca se ha tomado ninguna decisión de una mínima importancia sin el visto bueno de Ignacio González y de Esperanza Aguirre. Ningún nombramiento, ninguna contratación y ninguna adjudicación. En cuanto a la relación entre ambos, si Esperanza Aguirre tiene a alguien a quien considere amigo, ése es Ignacio González”.

Granados también hace referencia, precisamente, a su relación con el expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González, la cual “pasó por distintos fases a lo largo de los ocho años en los que estuve en el Gobierno. Casi inexistente al principio y luego cordial, hasta que se frustraron sus aspiraciones a la Presidencia de Caja Madrid. A partir de entonces, decidió que quería suceder a Esperanza Aguirre y yo era un obstáculo. Nunca fuimos grandes amigos, pero teníamos buena relación, supongo que les era útil. Nunca he investigado la vida de González, no me interesa para nada”.

En cuanto a la actual presidenta, Cristina Cifuentes, Granados considera que “va a tener éxito como presidenta, pero no ha sido justa conmigo. En el PP ha habido personas que han sido más duras conmigo que las de otros partidos para ganar votos”.

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