El sector público participó en 862 operaciones frente a las frente a las 355 del venture capital privado. Cataluña y Madrid son el principal foco de acción para los players nacionales e internacionales. La inversión global en pymes se ha desacelerado tras el pico de 2014 por la incertidumbre política tras la repetición de las elecciones.

Las startups españolas atraviesan su propia época dorada, tras recibir el pasado ejercicio un total de 659,4 millones de euros frente a los 359,9 de 2014 (+83) en 1.527 transacciones, según los datos del último informe sobre ‘Actividad de Venture Capital & Private Equity’ de Ascri.

La panorámica del sector muestra que los roles del mercado ya están adjudicados: el sector público acapara el 56% de las operaciones de inversión, mientras que los agentes privados pusieron el 81% del capital en circulación.

Sin embargo, la inversión global en pymes –alternativa a la capitalización en bolsa- ha experimento un ligero descenso respecto a 2014, con un volumen de casi 3.000 millones (-15%) y un total de 657 operaciones (+23%). Las desinversiones rozaron de nuevo el pico histórico alcanzado en el anterior ejercicio, con un total de 4.714 millones de euros, lo que refleja según los expertos “la buena salud de la actividad”.

“España ya se encuentra en el radar de los inversores europeos e internacionales. Sin embargo, la situación política afecta a todos los sectores de la actividad y los inversores han adoptado una actitud de espera hasta ver qué ocurre tras las elecciones. Pero quitando el ruido político, el sector y sus perspectivas son muy favorables”, señalaba Javier Ulecia, presidente de Ascri.

Los inversores en 2015 han apostado fuerte por las nuevas empresas y han querido acompañarlas desde sus primeras etapas. Desde los tradicionales players públicos (CDTI, ENISA o AXIS), hasta las venture capital nacionales e internaciones (Caixa Capital Risk, YSIOS o ACCEL Partners), pasando por las incubadoras y aceleradoras (ESADE BAN, IESE) han incrementado o mantenido estable su inversión en startups en el último año.

Un ecosistema propio

El informe también refleja que cada uno de los agentes se ha especializado según las distintas fases empresarial de cara a la inversión. Las entidades públicas y regionales concentraron sus esfuerzos en la etapa startup (inicio de la actividad en el mercado) y en las fases de establecimiento. Por su parte, la inversión de capital privado también puso el foco en el inicio de la actividad (startup) para luego focalizar el grueso de la inversión en las etapas de madurez de la empresa (late stage venture).

Por el lado de las incubadoras, aceleradoras, plataformas de crowfunding y BAN, la estrategia es la inversa, el principal apoyo a las empresas se realiza en sus inicios –fase ‘semilla’, previa a las ventas, y fase startup-, para luego disminuir sus aportaciones en el seguimiento posterior.

Respecto a la diversificación geográfica de los portfolios, Madrid y Barcelona acaparan el 80% de la inversión total de todos los agentes y el 90% si se aísla al sector público. En este sentido, los fondos regionales funcionan como contrapeso y mitigan la falta de recursos en el resto de comunidades.

La actividad más premiada es sin duda la innovación tecnológica, que acaparó el 80% de la inversión en 2015. Le sigue por volumen de inversión el sector salud y por último el industrial.

La inversión de capital privado (venture capital) representó el grueso de la inversión total en startups (81%) durante 2015. En este sentido, son clave los inversores internacionales y el crecimiento de su participación en las compañías españolas, un reflejo de su confianza en el país. A pesar de que en número son menos cuantiosos, con 90 inversores extranjeros frente a los 394 nacionales, su aportación económica es muy relevante, con una inversión de 388,6 millones frente a los 145,5 millones españoles.

España ya es un objetivo para los inversores Paneuropeos, con empresas muy ambiciosas que ya compiten en los espacios  globales en igualdad de condiciones al resto. Se puede observar cierta especialización por etapas; el inversor local se centra más en la serie A, el acompañamiento en los inicios, y el internacional en la B y C, establecimiento y crecimiento de las compañías. Esto es lo mejor que podría pasarnos a los inversores españoles, con casos como el de Privalia o Ticketbis, donde las plusvalías posteriores se disparan”, explicaba Carlos Trenchs, presidente del Comité de Venture Capital de ASCRI y director general de Caixa Capital Risc.

 

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