La eléctrica logra un beneficio de 1.086 millones en un buen ejercicio, a pesar de quedarse muy lejos de los 3.337 millones del año anterior, que fue cuando se apuntó las enormes plusvalías de la venta a Enel de todo su negocio en Latinoamérica.

Ganar un 67% menos y estar más que contentos con las cuentas. Es lo que pasa ahora mismo en los despachos de Endesa. La eléctrica consiguió un beneficio neto de 1.086 millones el año pasado. En términos reales, supone que los resultados caen un 67% en relación al excepcional 2014. En términos comparables, las cuentas presentarían una mejora del 15%. De ahí la alegría.

En 2014, Endesa se apuntó unas plusvalías de 1.764 millones de euros por la venta a su matriz, la italiana Enel, de todo su negocio en Latinoamérica y también contabilizó otros 623 millones de euros más generados por su división latinoamericana hasta que se ejecutó la operación de venta. El resultado fue que el beneficio se disparó hasta los 3.337 millones de euros en 2014.

Pero si no se contabilizan esos resultados extraordinarios y se compara el beneficio de algo más de 1.000 millones del año pasado con el que habría generado la compañía en 2014 sólo con sus operaciones en España y Portugal (que son los únicos negocios que mantiene ahora), Endesa habría elevado un 15,6% sus ganancias en 2015.

Con estos mimbres, Endesa celebra sus cuentas anunciando un fuerte incremento del 35% de su dividendo ordinario. El consejo de administración de la eléctrica propondrá a la próxima junta de accionistas el reparto de un dividendo complementario de 0,626 euros por acción, que, sumado a la retribución distribuida ya en enero, elevará el dividendo hasta los 1,026 euros por título. La actual política de dividendos de Endesa se basa en la distribución entre sus accionistas (el capital está controlado en un 70% por el grupo italiano Enel) de todo el beneficio obtenido, que se distribuye en dos pagos cada año que se ejecutan en enero y en julio.

El grupo presidido por Borja Prado logró un resultado bruto de explotación (ebitda) de 3.039 millones de euros el año pasado, un 1,7% menos. Una caída que la compañía achaca a la normalización de los márgenes en los negocios (que fueron “extraordinariamente elevados” en 2014) y las provisiones de 380 millones para financiar el recorte de plantilla mediante salidas voluntarias. Los ingresos de Endesa alcanzaron los 20.299 millones de euros, con un descenso del 6% en relación al ejercicio precedente, como “consecuencia de la desfavorable evolución de las commodities”, justifica la eléctrica.

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