Las empresas invierten cada vez más en movilidad, se preocupan por convertir su negocio en un puesto de trabajo portátil que sea útil y atractivo tanto de puertas para adentro como de cara al cliente. El responsable en este área de IBM explica a SABEMOS sus recetas para la transformación, pero ¿son lo que de verdad demandan las compañías?

En SABEMOS hemos hablado con Joan Ramón Mallart, el máximo responsable de Movilidad de IBM España, quien nos ha contado dónde reside la importancia de invertir en este área, lo que supone para una empresa apostar por la movilidad y cómo está desarrollándose esta idea en España. Además, también hay que destacar como uno de los últimos movimientos de IBM ha sido asociarse con Apple para llevar a cabo el desarrollo de aplicaciones sencillas que cumplen unas tareas específicas dentro de la organización de los espacios de trabajo, como podría ser un hospital, una tienda de ropa o una aerolínea.

“Movilidad se encuentra ligada a la estrategia de crecimiento de IBM”, empieza diciendo Joan Ramón Mallart, quien dice ver la parte de mobile con “una fuerza de cambio brutal”. Y es que después de haber estudiado el mercado, de haber interpretado sus necesidades, desde IBM destacan que las áreas de cloud computing, analytics, big data, security, social y mobile “serán tecnologías o factores disruptores de cambio”. Unos servicios que en muchas ocasiones van ligados.

La transformación, por lo tanto, pasa por el componente de movilidad, que es el encargado de definir cómo interaccionan los empleados a través de las aplicaciones, y cómo se acerca la empresa a los clientes. La clave además, según explica Joan Ramón Mallart, reside en “pensar primero en móvil y luego en cómo será esta aplicación para un laptop o un desktop” ya que “al final la mayor parte de los empleados y los clientes interactuarán por defecto con un dispositivo de cuatro, cinco, seis o siete pulgadas, pero será en clave de movilidad y de apps”.

Teniendo esto en cuenta, IBM ofrece una serie de soluciones desde el punto de vista de las plataformas que se pueden resumir en “la parte de aplicaciones, parte de dispositivos, parte seguridad, parte de mobile marketing y todo lo que sería la gama de servicios”. Unos ámbitos que la compañía trata de poner en común elaborando una hoja de ruta de movilidad previa al desarrollo y la gestión.

Señala el máximo responsable de Movilidad de IBM España que son muchas las empresas que se han lanzado al carro de la movilidad pero sin pararse a pensar, desarrollando aplicaciones que en muchas ocasiones son muy pesadas e inútiles, además de costosas. Precisamente esto es lo que busca evitar IBM con su hoja de ruta, en la que se “elabora una estrategia, se definen las áreas de actuación, las herramientas que necesito, se designa a la persona encargada de la movilidad dentro de la empresa, etc.”. Podríamos decir que se marcan unas pautas que deben seguirse para hacer las cosas bien, para evitar que nuestra estrategia de movilidad acabe en fracaso.

Cuando los usuarios no entienden qué significa movilidad

“En muchas ocasiones, cuando hablas de movilidad con los clientes, te encuentras con que tienen una visión muy limitada de movilidad. Piensan que con tener dos operarios de campo con sus dispositivos y en la zona de ventas unas tabletas se resuelve el problema de la movilidad”, afirma Joan Ramón Mallart. “Pero lo cierto es que movilidad impacta no solo en la gente que tienes en la calle, sino también en la gente que tienes en las oficinas, en delegaciones y en servicios centrales. Movilidad es que el señor que se sienta en una mesa en servicios centrales pueda coger su material de trabajo y poder realmente trabajar, sin importar el sitio”.

La movilidad va más allá de contar con una serie de dispositivos o una aplicación que además, en muchas ocasiones, no llegan a cumplir su función de una forma correcta.

Los clientes, según explican desde IBM buscan soluciones reales a sus problemas de movilidad, a la vez que piden ayuda en su gestión: “quieren a alguien que les evite tener que preocuparse por cambiar de sistema operativo cada año, que les ayude a gestionar todo”.

¿Qué pasa en España? ¿Apostamos por la movilidad?

“Podemos ver el vaso medio lleno o medio vacío”, indica el máximo responsable de movilidad de IBM España, que pronto señala la ventaja que tienen sobre el país nuestros hermanos europeos: “Lo que vemos es que la madurez de otros países, como Inglaterra, Alemania o los países nórdicos, hace que realmente, cuando se presenta un proyecto de movilidad o cuando se quiera adoptar un proyecto de movilidad, parten con una base de convicción, es decir, entienden que esto es una palanca de cambio y de transformación. Pasando a hacer estas cosas, pasamos a hacer las cosas de otras formas, pasamos a desmarcarnos de la competencia, podemos vender nuevos servicios de manera distinta, podemos fidelizar, etc.”.

En el caso de España esto no ocurre de la misma forma, ya que se tiende a pensar, según señalan desde IBM, en el retorno, y para ser más exactos, “en el retorno estrictamente económico”. Aunque como nos adelantaba Joan Ramón Mallart existe una parte positiva, y es que “en los últimos doce meses hemos visto como parte de las empresas españolas se han dado cuenta de que esto (la movilidad) es realmente un diferenciador de cambio de los próximos años”.

Sin embargo, hay que ser conscientes de que no solo hablamos de crear un proyecto de movilidad, pues desde IBM señalan que “hay que crear una estructura permanente que piense exclusivamente en clave de movilidad”. Vivimos en un mundo sujeto a continuos cambios, donde es necesario renovarse para seguir evolucionando, y por ello, como dice Joan Ramón Mallart, “no es válido lanzar una aplicación en enero de 2012 y renovarla en diciembre de 2013. Si entras en esta carrera te adelantarán por la derecha y la reputación ira bajando”.

A este compromiso con la actualización continua hay que sumar la necesidad de contar con una persona que piense y marque las pautas de la estrategia digital de la empresa, que en algunas ocasiones podemos encontrar bajo el nombre de Chief Digital Officer (CDO). Una figura que, como señala el responsable de Movilidad de IBM, en muchos casos no existe.

Alianza con Apple: aplicaciones sencillas, claras y útiles

Desde IBM se dieron cuenta de que las empresas apostaban por la movilidad, dotaban a sus trabajadores de dispositivos y aplicaciones, que a la hora de la verdad no les ayudaban a desarrollar su trabajo. Y es que nos encontramos con que por norma general, como señala Joan Ramón Mallart, el uso que hacen los trabajadores de los dispositivos que la empresa pone a su disposición es el mismo que pueden hacer con un móvil o una tablet personal, como puede ser consultar el periódico o las redes sociales.

Aplicación para el control de los pacientes en los hospitales a través de la cual podemos conocer quienes van a recibir el alta o quienes tienen pruebas pendientes para realizarse.

“Nos encontramos con Apple que se preguntaba qué necesito para que mis dispositivos se conviertan realmente en dispositivos de trabajo”. Dos compañías, que habían identificado un mismo problema, que buscaban una misma solución y que decidieron centrarse en el ámbito de las aplicaciones.

Esta alianza lo que ha permitido es crear un catálogo de apps, que ahora está en torno a las cuarenta y a finales de año se espera llegue a las cien, en el que se recogen “casos que atienden a servicios y tareas muy concretas”, destaca Joan Ramón Mallart.

“Lo que hicimos fue identificar una serie de casos de uso y empezar a desarrollarlos pero sometiendo las aplicaciones a un test del ácido. Es decir, si las apps no eran transformadoras, no continuaban hacia delante”. Este test del ácido tiene en cuenta que las aplicaciones deben dar una respuesta real a un problema de negocio concreto, por lo que todo lo que esté de más debe eliminarse, ya que solo hará que la herramienta sea más pesada, según aclaran desde IBM.

La gran dificultad a la hora de desarrollar una aplicación es el ‘por si acaso’. Cuando se trabaja en una aplicación para el empleado se piensa en toda la casuística que podrá tener, y ‘por si acaso’ le metes la parte de funcionalidades, y ‘por si acaso’ la parte de gestión de riesgos, y’ por si acaso’… y al final se engendran monstruos de aplicaciones que son infumables a efectos de uso y usabilidad”. Para evitar esto, IBM y Apple han planteado un proceso de desarrollo de aplicaciones en el que solo se incluye aquello que realmente el usuario necesita.

“Cada aplicación corresponde a un caso de uso. Si el caso de uso es muy complejo, la tentación no es hacer una macro aplicación, es hacer dos aplicaciones y que sean muy sencillas”. Así nos encontramos con apps para retail, para el sector de transportes, de la banca, la salud, la industria y muchos más, que ahora tienen gracias a IBM, en los dispositivos Apple, aplicaciones que atienden a problemas concretos y que ofrecen soluciones concretas.

Aunque también hay que señalar que cualquier empresa que busque una solución para el uso de dispositivos que funcionen con otro sistema operativo, también pueden encontrarla a través de IBM, que por supuesto trabaja con los demás sistemas operativos que existen en el mercado.

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