A media que pasa el tiempo son más los hechos que dan la razón al presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, con relación a que Haití necesita la ayuda inmediata de la Comunidad Internacional. No hay escenario global en donde sea posible referirse al tema, que no lo haga, al punto de resultar, quizás, hasta muy repetitivo.

Hace aproximadamente seis meses, el mandatario dominicano afirmó ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) que “hoy le decía a la Vicepresidenta Harris en presencia de nuestros líderes de la CARICOM, dos de ellos presentes aquí, el Presidente Ali y la Primer Ministra Mottley que Haití no puede esperar más, que su situación actual la podemos definir como una guerra civil de baja intensidad. Debemos actuar con responsabilidad y se debe actuar ahora. Miles de personas están muriendo”.

En el escenario actual se podía llegar a pensar que la situación seria diferente, pero no. Tal como publicó en el día de hoy, la agencia de noticias AP, el Ministro de Asuntos Exteriores de Haití, Victor Généus, expresó que “es urgente que la OEA… comprenda que el deterioro de la situación de seguridad sobre el terreno ha alcanzado su punto álgido, y que las pandillas armadas ahora deambulan por el país sin restricciones”.

En reiteradas ocasiones Diario16 ha publicado que la prolongación de la crisis haitiana terminará perjudicando no solo al pueblo haitiano, sino que se extenderá a toda la región y a otros países, como se puede corroborar indagando sobre las acciones a las que han tenido que recurrir algunos haitianos para llegar a un país que no sea su patria.

El presidente Abinader, como en otras ocasiones se ha publicado en este medio, ha mostrado respecto al tema una posición estratégica hacia la paz en República Dominicana, evitando, sin lugar a dudas, enfrentamientos que se podrían llegar a producir y no solo eso, sino que además debe velar por la estabilidad migratoria de su pueblo, como lo hacen todos los países del mundo, por ejemplo, Estados Unidos.

Un caso más reciente que muestra que es deber de cada gobernante proteger sus fronteras, es la posición del presidente chileno, Gabriel Boric, quien informó que para su gobierno es prioridad protegerla para garantizar una migración ordenada, regular y segura, mostrando con esto no estar a favor de la migración irregular.

Las decisiones del primer gobernante dominicano no son diferentes a las que cualquier presidente que aboga por la paz, tomaría, ya que, es su derecho y su obligación. En este aspecto el congresista Mario Díaz-Balart, quien encabezaba una comisión de congresistas que mantuvo una reunión en el día de ayer con el presidente Abinader expresó que, “la República Dominicana tiene el derecho y la obligación de proteger su país y determinar cuál es la política migratoria u otro tipo de política de Estado”.

La XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno, prevista a celebrarse en la República Dominicana el 25 y 26 del presente mes, es un escenario idóneo para tratar la crisis haitiana y con la unión de todos los mandatarios que estarán presente, entre ellos, según se tiene previsto, Pedro Sánchez en compañía del rey Felipe VI, forjar solución a esa situación.

Es hora de que todos se unan, América del Norte, Francia, China, la Unión Europea, en definitiva, toda la comunidad internacional, y que se pongan en de acuerdo, pero el final que los pueblos quieren es la paz, no el suplemento de armamentos escudados en que resolverán el conflicto social, democrático y económico del pueblo haitiano.

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