El sector aéreo y la propia patronal CEOE muestran su preocupación ante la posibilidad de que no prospere el último recurso de Aena contra la sentencia que obliga a suprimir casi un tercio de los vuelos por el exceso de ruido. “Sería una desgracia para el aeropuerto”, avisa el presidente de Iberia, la mayor compañía en Madrid.

La historia viene de largo. De muy largo. En 2004, vecinos de la urbanización de Ciudad Santo Domingo, en el municipio de Algete, presentaron una denuncia por el exceso de ruido de los aviones que sobrevuelan sus casas, situadas a unos 18 kilómetros del aeropuerto de Barajas.

Tras un primer paso por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) en que el caso no prosperó, en 2008 el Tribunal Supremo dio la razón a los vecinos. Y con ello se empezó a poner en jaque el crecimiento del aeropuerto de Madrid-Barajas: porque la sentencia, refrendada por otras posteriores, obliga a Aena a reducir un 30% los vuelos que sobrevuelan la urbanización (sólo lo hacen cuando las operaciones se realizan –dependiendo de la dirección del viento- con configuración sur, la menos habitual en Madrid).

Pero que en la práctica, supondría inutilizar una de las pistas del aeropuerto en algunos momentos, con el consiguiente impacto en la capacidad de Barajas, en las operaciones de las aerolíneas y, también, en los eventuales planes de expansión de las compañías en la capital.

El presidente de Iberia, Luis Gallego. FOTO: Chema Barroso.

Después de varios recursos y contrarrecursos presentados por Aena, el gestor de los aeropuertos españoles, y por el propio Ministerio de Fomento, el recorte de los vuelos por ruido aún no se ha llevado a la práctica y la aplicación del auto se encuentra de momento suspendida. Pero por poco tiempo. El dictamen final ante el enésimo recurso se conocerá en los próximos meses, previsiblemente antes del verano. Y el nerviosismo en el sector aéreo se ha disparado.

“Sería una desgracia para Barajas que se pierdan las operaciones de una de las pistas”, ha subrayado Luis Gallego, presidente de Iberia, la principal compañía del aeropuerto capitalino. “El aeropuerto de Barajas perdería competitividad en relación con otros aeropuertos europeos”, ha apuntado el ejecutivo, que advierte que el eventual cierre se produciría cuando Barajas ya ha ido perdiendo posiciones en el ranking de los grandes aeropuertos continentales por número de pasajeros (ha caído en los últimos desde su tradicional cuarta posición hasta el sexto puesto actual).

Iberia y su filial Iberia Express acaban de recibir sendos galardones como la compañía más puntual de Europa y como la aerolínea ‘low cost’ más puntual del mundo en 2015, respectivamente. Gallego advierte de que la puntualidad de las operaciones de todas las aerolíneas que tienen presencia en Barajas se vería seriamente afectada si el último recurso de Aena no prospera y se aplica el recorte del 30% de los sobrevuelos.

La preocupación por la restricción de la actividad en el aeropuerto de Madrid trasciende el sector aéreo. CEOE se posicionó la semana pasada y en un comunicado ya advirtió de que la limitación de la capacidad de los aeropuertos supone un riesgo para la economía, el empleo, la movilidad y para el turismo de Madrid y del resto de España. Según subraya la patronal, Barajas se erige en la figurada principal empresa de la Comunidad de Madrid, siendo origen de una aportación de unos 18.000 millones al PIB de la región, un 10% del total.

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