En plena urgencia climática y de biodiversidad, y en un momento clave para el despliegue de las energías renovables en nuestro país, este caso ofrece un ejemplo claro, según SEO/BirdLife, de lo que no y de lo que sí hay que hacer para asegurar unas renovables responsables.
Hace 23 años se proyectaron en la zona de Omaña-Cepeda (León) un total de 437 aerogeneradores, distribuidos en 22 parques eólicos conectados por 5 tramos de líneas de alta tensión y ocupando una zona sensible para el urogallo cantábrico, especie que ya entonces estaba catalogada como En Peligro de Extinción. De hecho, varios de esos parques se proyectaban dentro de los límites de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) que había sido designada precisamente para la conservación de la especie y que identificaba las infraestructuras de energía eólica como una amenaza para la misma, y también fuera de ella, pero aún dentro del Área Importante para la Conservación de las Aves (IBA) identificada por su importancia para el urogallo.
Ocho de ellos no llegaron a ser autorizados, pero ya entonces, SEO/BirdLife, junto con otras organizaciones, mostró su firme oposición a este complejo y consiguió, tras la presentación de varios recursos administrativos y contencioso-administrativos, frenar la instalación de otros ocho de esos parques. La primera de las sentencias, de 14 de abril de 2008, anuló la autorización del PE Murias II y abrió camino a otras muchas. Sin embargo, los retrasos en la publicación de las autorizaciones de algunos parques y su tramitación por separado impidieron la obtención de medidas cautelares en todos los procedimientos y llegaron a construirse varios de esos parques -64 aerogeneradores repartidos en 6 parques- por lo que la organización recurrió sus autorizaciones basándose «en el inadecuado estudio del impacto individual y acumulado de estas infraestructuras sobre la especie y su hábitat». Este proceso derivó en sucesivas sentencias que daban la razón a SEO/BirdLife y anulaban las autorizaciones, pero que dejaban abierta la puerta a reiniciar los trámites, «entrando en una situación que impedía el funcionamiento de los parques pero que no zanjaba del todo el conflicto».
Compatibilidad con la especie y su hábitat
A partir de ahí, la organización ambiental señala que ha buscado en todo momento «una solución definitiva que garantizara la compatibilidad de las infraestructuras con la especie y su hábitat, así como la contribución a la generación de energía renovable de unos parques que en todo caso ya estaban construidos».
Así, en 2020, después de largas negociaciones, se alcanzó un acuerdo entre empresas promotoras y SEO/BirdLife que aseguraba la retirada de los aerogeneradores más conflictivos, fondos adicionales para las medidas de conservación de la especie y un incremento en los beneficios para la población local del territorio donde se ubican los parques.
De nuevo, ante la masiva instalación de renovables que se prevé en los próximos años, SEO/BirdLife reclama que se eviten nuevos «casos Villameca» y que los promotores presenten proyectos sólidos que se sometan a procesos de evaluación de impacto ambiental rigurosos, que aseguren renovables responsables con el territorio sobre el que se levantan.
Mapas de sensibilidad
En los últimos dos años, se han elaborado diversos mapas de sensibilidad, entre ellos un mapa de exclusión por parte de la Junta de Castilla y León y mapas de compatibilidad por parte de SEO/BirdLife, que se suman al del Miteco y que, como sostiene Ana Carricondo, coordinadora de Programas de Conservación de SEO/BirdLife, «deberían conducir a la presentación y aprobación de los nuevos proyectos de renovables solo en las zonas que muestren los menores valores ambientales. Una de las enseñanzas del nudo Villameca es la necesidad de que todas las partes implicadas aborden de forma leal una evaluación sinérgica e integrada de los impactos de todos los proyectos e infraestructuras de evacuación, para hacerlos compatibles con la conservación de los recursos y valores naturales de los territorios garantizando su desarrollo».