El Partido Popular no quiere tener enfrente a José María Aznar. Es por eso que las duras críticas lanzadas el pasado fin de semana por el ex presidente del Gobierno al partido de Rajoy no han obtenido respuesta. Lejos de propiciar un enfrentamiento, los principales dirigentes populares se encargaron ayer de cubrir de elogios al presidente de honor del partido. El PP se rinde así ante su antiguo gran referente. El objetivo parece claro: evitar que una nueva guerra contra Aznar le arruine la campaña de las elecciones generales.

Los populares necesitan ahora más que nunca a José María Aznar. Es de los pocos dentro del partido que puede atraer de nuevo al redil popular a las masas de electores descontentos con la gestión de Mariano Rajoy al frente del PP. Abandonados por las clases medias en las urnas, Aznar supone un referente de las antiguas esencias del partido. Aquellas que hicieron que los populares lograran amplias mayorías absolutas, tanto en el año 2000 como en el 2011.

En una entrevista a un medio de comunicación afín, Aznar se despachó el pasado fin de semana con duras críticas a la gestión que llevan a cabo los principales dirigentes de su partido. Además de pedir una nueva refundación del PP –similar a la que él protagonizó allá por el año 1990, durante el famoso congreso de Sevilla-, el ex presidente del Gobierno avisó a los populares de que no existe el voto cautivo. “Ni siquiera el mío”, dijo Aznar dando a entender que, en las actuales circunstancias, incluso a él le resulta difícil decantarse por su partido en las urnas.

A diferencia de lo ocurrido en años anteriores, los principales dirigentes no entraron al trapo que les tendía el antiguo jefe del Ejecutivo. Al contario: le cubrieron de elogios. Eso fue lo que hizo la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que ayer acudió a un pueblo de la sierra madrileña para participar –junto con Aznar y Nicolás Sarkozy, ex presidente de la República Francesa- en la apertura de los cursos de verano de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES).

Cospedal no tuvo reparos en afirmar que la fundación que preside Aznar debe servir de ancla y guía para hacer fructíferos todos los esfuerzos que durante estos últimos años el Gobierno de la Nación ha tenido que pedir a los españoles. “Unos esfuerzos –recalcó la secretaria general del PP- que tenían un objetivo que hoy se ve más claro que nunca: que no nos pase que ocurre en otros lugares”, en alusión a Grecia.

Tampoco Rajoy quiso entrar a valorar las críticas de Aznar. Y eso que los periodistas intentaron por todos los medios que así fuese. En una rueda de prensa convocada en la sede de la calle Génova –acompañado también de Sarkozy-, el presidente del Gobierno respondió con el trabajo llevado a cabo por su Gobierno para solucionar los graves problemas que se encontró tras ganar las elecciones de 2011.

De entrada, Rajoy dijo que no tiene ningún sentido responder a “esas reflexiones” (en ningún momento citó a Aznar), al tiempo que aseguró que el Ejecutivo del PP se ha dedicado estos años a afrontar la peor crisis económica en décadas, después de encontrar un país al borde de la quiebra y que destruía empleo. Argumentó que la crisis económica deja sus secuelas y que para arreglarlas él apuesta por seguir perseverando.

La vieja guardia respalda a Aznar

Pese al interés de Rajoy por no contestar a Aznar, lo cierto es que muchos de los barones críticos con la labor del jefe del Ejecutivo aplauden en privado las palabras del ex presidente del Gobierno. “No puede haber mejor diagnóstico de la situación que vive el PP”, comentaba uno de ellos en declaraciones a SABEMOS.

A diferencia de meses anteriores, ya hay dirigentes del PP que se atreven a elogiar en público las declaraciones de Aznar. Ese es el caso del presidente del Congreso, Jesús Posada. Para la tercera autoridad del Estado, las recomendaciones del antiguo jefe del Ejecutivo para que los populares ganen apoyos en las urnas se deben tener en cuenta.

Por su parte, Aznar no quiso ayer, durante el acto de apertura de los cursos de FAES, meter el dedo en la herida del PP. El ex presidente del Gobierno se limitó a destacar la profunda transformación interna de la UMP francesa que ha llevado a cabo Sarkozy. “Una refundación –subrayó Aznar- para llevar de nuevo a su formación al Gobierno de Francia”.

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