El PP ha dado el pistoletazo de salida a su conferencia política, la única gran apuesta de debate ideológico que ese partido va a celebrar antes de las elecciones generales. Pese a la importancia del cónclave -en aras a recuperar la confianza de los votantes descontentos-, los primeros discursos denotan una considerable falta de ideas, pues tanto la intervención del presidente del partido, Mariano Rajoy, como la de su número dos en Génova. María Dolores de Cospedal, se centraron en atacar al PSOE y a Podemos.

No estaba previsto que Rajoy interviniese en la primera jornada. Pero lo hizo por sorpresa tras la emisión de un video protagonizado por Lillian Tintori, en el que la esposa del disidente venezolano Leopoldo López pronuncia un alegato en defensa de la libertad de los presos políticos en Venezuela y contra el régimen de Nicolás Maduro.

Tras la proyección, ha aparecido en el escenario el jefe del Ejecutivo para decir que espera que las palabras de Tintori las hayan escuchado “esos en los que estáis pensando”. “Esos que les dieron los votos para apropiarse de muchas alcaldías en España donde ganó el PP. Que sepan que aquí estamos para defender la libertad y la democracia”, dijo el presidente del Gobierno.

Por su parte, la secretaria general del PP ha afirmado que las libertades no son irreversibles en España y que ahora se encuentran bajo a la amenaza de la demagogia y el populismo. Al mismo tiempo, ha cargado contra el PSOE por ser aliado, según dijo, de quienes ponen en riesgo el sistema.

Cospedal basó gran parte de su discurso en una apelación al voto del miedo. En su opinión, en los próximos comicios generales no se va a elegir sólo entre un partido u otro, sino lo que está en liza es un modelo de sociedad. “Por eso tenemos bien claro en el PP que no vamos a ceder como ceden otros al radicalismo, ese radicalismo que tratan de imponer otros. Queremos una sociedad libre de rencores, de rabia, de resentimiento, de esa división que quieren crear”.

Cospedal plantea una suerte de primarias

Como gran novedad de su intervención, la secretaria general del PP ha defendido que se debe implantar en su partido una suerte de primarias. Sin concretar cómo sería ese modelo, la número dos de la sede de la calle Génova cree que los militantes y afiliados deben tener más protagonismo, de manera que puedan elegir de forma directa a los presidentes provinciales, regionales y nacional de la formación.

Para ella, la elección del presidente nacional debe ser simultánea con la designación del candidato a la Presidencia del Gobierno. La iniciativa de Cospedal es similar a la desde hace años plantea la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, que apuesta por la fórmula “un afiliado, un voto”

La propuesta de Cospedal conllevaría una modificación importante de los Estatutos del partido, donde se establece que esa elección la realizan los compromisarios. La secretaria general plantea que el cambio se recoja en el próximo congreso nacional del PP previsto para 2016, tras las elecciones generales.

Según argumentó Cospedal, los dirigentes del PP se deben a sus militantes y afiliados, los grandes protagonistas en primera persona del futuro del partido. En su opinión, se trata de que todos los afiliados tengan una mayor corresponsabilidad y pasen a ser protagonistas de una forma directa de las decisiones más importantes del PP.

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