Ildefonso Sánchez Barcoj, antiguo directivo de Caja Madrid y Bankia acusado de ser quien daba las instrucciones sobre las tarjetas para altos cargos de la entidad, ha remitido un documento de alegaciones en el que reivindica que estas visa pertenecían al mismo circuito «que se utilizaba en el tratamiento de las demás tarjetas emitidas» por la antigua caja.

El que fuera entre otras cosas director financiero y de Medios de Caja Madrid y luego en Bankia, Ildefonso Sánchez Barcoj, ha contraatacado a las acusaciones por parte del banco ahora presidido por José Ignacio Goirigolzarri de que era él quien daba las «instrucciones» para emitir, anular, ampliar el límite o entregar físicamente las conocidas como tarjetas black, con las que al menos 87 antiguos consejeros y directivos de la entidad madrileña llegaron a gastar 15,5 millones de euros en gastos de tipo personal.

En su escrito de alegaciones (consultar más abajo), Sánchez Barcoj se dedica durante 54 páginas a repasar entre otras cosas los incumplimientos que, en su opinión, ha cometido Bankia no atendiendo a algunos de los requerimientos de información y documentación reclamados en un un auto del 19 de mayo de 2015 por el juez que instruye esta pieza separada en la Audiencia Nacional (Fernando Andreu).

Hace algo más de un mes, Andreu requirió a Bankia (como heredera de los activos y el archivo documental de Caja Madrid) que le señalara entre otras cosas «el órgano o los órganos que tenían facultades para disponer de los fondos de la entidad mediante la asignación a sus directivos del derecho a obtener retribuciones o incentivos mediante una tarjeta de crédito de la que era titular la propia entidad». También se solicitaba el circuito o procedimiento completo que se empleaba en el caso de las conocidas como tarjetas black, toda vez que en el escrito enviado el pasado año a la Fiscalía (que ha servido para armar la causa) se denunciaba que éstas visas funcionaban al margen del circuito ordinario.

Preguntas sin respuesta

En opinión de Sánchez Barcoj no se ha atendido adecuadamente a estos requerimientos judiciales ya que «no se da respuesta a las cuestiones esenciales ni a las preguntas concretas y detalladas» hechas en el juzgado. Entre estas preguntas sin respuesta está, por ejemplo, que la entidad bancaria no ha determinado «el órgano, el consejero ejecutivo, o en su caso, el directivo que acordaba la asignación del derecho a usar la tarjeta y que, por tanto, atribuía la retribución complementaria o el incentivo retributivo a los directivos beneficiarios de la tarjeta», señala.

Tampoco se indican, según alega, preguntas decisivas como quién era la persona o personas con las facultades para establecer los límites de gasto de las tarjetas black, o qué directivos tenían «competencias operativas» para contabilizar las tarjetas o regularizar sus importes. Es decir, que en opinión de este antiguo alto directivo, la entidad le ha señalado a él como responsable, pero no ha aportado soportes documentales o estatutarios que los sustenten.

Sánchez Barcoj señala a su antiguo jefe y al propio consejo de administración de Caja Madrid como ente colegiado como los únicos que disponían de las facultades para establecer la retribución de la alta dirección. «En consecuencia, ni don Ildefonso Sánchez Barcoj, ni ningún otro directivo, pudo nunca tomar ninguna decisión en materia de retribuciones respecto del staff directivo de la entidad», alega. Según sostiene, era el presidente ejecutivo quien desde 1994 tenía la facultad delegada para determinar el nivel de retribución de las tarjetas.

Imposible que Bankia lo desconozca

Este antiguo directivo responsable de Medios (es decir, de los salarios, de los medios de pago, de los materiales…) sostiene además que es imposible que la entidad desconozca cómo funcionaba en realidad el modo en que se emitían y repartían las tarjetas. «Resulta además inconcebible que, para acreditar este desconocimiento se base en la afirmación de la inexistencia de un circuito para la gestión operativa y la administración y contabilización de las tarjetas remuneratorias», añade. En esencia, Sánchez Barcoj niega que las tarjetas se movieran en un circuito distinto al resto de todas las demás miles de tarjetas de la caja.

Según Sánchez Barcoj, la actual Bankia omite «intencionadamente» la indentificación del personal de dirección del que dependía el circuito presuntamente alternativo en el que se gestionaban las tarjetas black. ¿Por qué? Porque el procedimiento «era el mismo que se utilizaba en el tratamiento de las demás tarjetas emitidas por Caja Madrid/Bankia» y que en todo caso si hubiera diferencias serían de tipo operativo, no en cuanto al origen o destino de las mismas.

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