El informe, que actualiza los estudios previos realizados por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) sobre el seguimiento científico del estado del Mar Menor, incide en el papel determinante del aporte de nutrientes y materia orgánica como motor de eutrofización de la albufera.
Los autores puntualizan que cualquier análisis del estado de la laguna debe estar contextualizado en el proceso de eutrofización que ha venido sufriendo en las últimas décadas por el aporte masivo de nutrientes procedentes de la actividad humana, fundamente de la agricultura y el turismo masivos. Estas sustancias, principalmente nitrógeno y fósforo, entran en la laguna a través de la escorrentía superficial en las ramblas, mediante las aguas subterráneas o por arrastre de agua y materiales de cuenca durante las lluvias torrenciales como las sucedidas los últimos meses, por citar algunos ejemplos.
El pasado mes de marzo fue el más húmedo en la Región de Murcia en los últimos 62 años y ha coincidido, además, con dos episodios de calima de especial intensidad. Estas anomalías climáticas unidas al estado de alta concentración de nutrientes ya existente en la laguna salada forman un cóctel perfecto para el crecimiento rápido de especies como macroalgas, y son el exponente más claro del proceso de eutrofización que vive la zona desde hace décadas.
Impactos persistentes
Por otro lado, el informe advierte de que las fuertes lluvias provocaron también una brusca caída de la salinidad, una variable de gran importancia en el Mar Menor.
Tras las precipitaciones, y a consecuencia de la elevación del nivel freático, continúan los aportes de agua dulce a la laguna con alto contenido en nutrientes, lo que interferirá en la dinámica estacional de la salinidad en el sistema lagunar.
Por otro lado, los expertos del IEO han detectado un notable aumento de la turbidez de la columna de agua a partir de febrero de 2022. Este nuevo episodio responde a los aportes de materiales durante los episodios de lluvias, pero podría mantenerse en las próximas semanas o incluso meses por el desarrollo de comunidades de fitoplancton. De hecho, el último dato disponible muestra un incremento de la clorofila que, aunque es aún inferior al registrado en eventos de desarrollo explosivo de fitoplancton, es probable que continúe creciendo debido al aumento de temperaturas y horas de sol propios de la primavera.