Luis Abinader, presidente de República Dominicana, muestra su empeño en la búsqueda de soluciones eficientes frente al cambio climático.

Las antiguas civilizaciones conocían la balneoterapia. De hecho, existen pruebas del empleo del calor de la Tierra, la geotermia, desde los tiempos más remotos. Su uso industrial data de hace 200 años, en Larderello, un pueblo de la Toscana. En 1818, Francesco Giacomo Larderel utilizó el vapor de las aguas geotérmicas cercanas de Montecerboli (Italia) para calentar las calderas de una fábrica química dedicada a la producción de ácido bórico. Y en ese momento logró aumentar tanto la productividad como el ahorro energético. En 1950 se alcanzarían los 300 MWe en el yacimiento de Landarello.

Es en la década de los 50 cuando comienza a desarrollarse a mayor escala el aprovechamiento de la energía geotérmica de baja temperatura en Islandia, Italia, Nueva Zelanda y Japón. A principio de los 70 ya se habían incorporado Hungría, Kenya, la URSS y Francia. En el 1975 tenían también producción de calor Filipinas, Turquía y EEUU. A partir de entonces, como ocurrió con la generación de electricidad se produce la gran expansión. Austria y Alemania (1980), Australia, Canadá, China, Polonia, Rumania, Suiza, Yugoslavia en 1985 y numerosos países que han incorporado esta fuente de energía a múltiples usos a lo largo de estos años.

En Latinoamérica, para algunos países, la producción geotermoeléctrica representa una fracción importante de su producción eléctrica total. Por ejemplo, Nicaragüa aprovecha el 17%, El Salvador el 15,4% y Costa Rica, el 7,8%.

La energía geotérmica es una fuente renovable de producción continua, 24 horas al día, los 365 días del año. Es una energía estable, ya que no depende de las fluctuaciones del viento o el sol. Las instalaciones geotérmicas tienen un bajo impacto visual y no generan emisiones.

De los países que participaron en la gran eclosión, Polonia atesora una larga experiencia en geotermia de bajas y altas temperaturas que se pueden utilizar para producir energía eléctrica de larga duración. Y su conocimiento al respecto se va a aplicar en República Dominicana, una prueba más de la apuesta de Luis Abinader por un futuro sostenible, en el que las energías renovables van a tener un protagonismo sin precedentes, no solo en el mundo, sino en la vida de las dominicanas y los dominicanos.

En este punto emerge la profunda preocupación del Gobierno por lo que representa la emergencia climática, cuyos efectos hace tiempo que se hicieron notar en el país. Y también el empeño en la búsqueda de soluciones eficientes frente al cambio climático, que está demostrando el presidente Abinader. Y todo ello con la transparencia que exige este delicado proceso de transición energética, que se produce en medio de varias crisis superpuestas que afectan a la integridad del planeta.

Un ejemplo de este nuevo estilo de gobernanza que demuestra Abinader, en matería de energías limpias, es la firma entre República Dominicana y Polonia de un memorándum de entendimiento en el sector de los recursos naturales, entre el Servicio Geológico Nacional (SGN) y el Instituto Geológico Polaco, que permitirá definir cooperación, investigaciones y financiación de proyectos.

Polonia dispone de equipos avanzados para monitorear los procesos geotermales y una de las plantas más grandes de Europa. El país está interesado en que las colaboraciones que inició en el año 1990 con República Dominicana sean ampliadas a otras áreas como forma de contribuir con el desarrollo del país. Con el alto grado alcanzado en tecnología Polonia puede ayudar a la minería en República Dominicana para obtener mejores niveles de seguridad en la extracción y garantizar los recursos naturales en beneficio de las futuras generaciones.

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