Un perro es sometido a una prueba PCR

La política china de «cero COVID-19» que ha llevado al mayor confinamiento desde el inicio de la pandemia, en la ciudad de Shangái, donde se han detectado 130.000 positivos desde el rebrote, revela las prácticas nada ortodoxas del Gobierno de Xi Jinping que han generado protestas y disturbios por las estrictas medidas, la falta de alimentos, medicamentos, y ahora el sacrificio masivo de mascotas y el aislamiento de menores cuyos padres han contraído la enfermedad.

El video que disparó la alarma

Todo comenzó al viralizarse un video en el que un trabajador de salud aparece, en el distrito de Pudong, golpeando hasta tres veces con una pala a un perro corgi en plena calle hasta matarlo, argumentando que “la gente tiene miedo a la transmisión. No lo hemos pensado bien. Nuestro director le ha dicho a sus dueños que les compensarían después”. Estos habían dado positivo y el perro iba a ser trasladado a un centro donde permanecer durante la cuarentena, pero nunca llegó. Las imágenes fueron grabadas por un vecino de Xinghai Jiayuan.

El matrimonio no tenía muy claro qué hacer, si dejar que su perro saliera al exterior donde podría correr la mala suerte de morir de hambre si el confinamiento se alargaba o dejar que permaneciera en el hogar familiar. Finalmente, decidieron dejarlo fuera sin imaginar el fatal desenlace.

Gatos vivos en sacos

Perros y gatos, el objetivo

Ahora han visto la luz nuevas imágenes de multitud de perros sometidos a pruebas PCR, otros sacrificados y sacos transparentes con gatos vivos amontonados.

Estos hechos demuestran, una vez más, las contradicciones de China, pues según la Comisión Nacional de Salud (CNS) «hasta el momento no hay evidencias de que estos animales sean una fuente de contagio para los humanos«. También ha trascendido que funcionarios del gobierno local de Huizhou, en la provincia de Guangdong, y de Shangrao, en la provincia de Jiangxi, han suspendido a su personal por matar animales.

La tensión que estos días se vive en la ciudad se debe a que el distrito de Shanghái donde ocurrió el incidente, Pudong, permanece cerrado desde el 28 de marzo, pues en un principio se suponía que el confinamiento fuera un breve plazo de tiempo para frenar la propagación del coronavirus, pero finalmente se ha prolongado de forma indefinida por el incremento de casos.

Perros sacrificados a plena luz

Reducción de restricciones

Las autoridades de Shanghái han informado que pretenden reducir las restricciones para que los habitantes de las zonas con menos casos puedan salir de sus domicilios. La nueva medida aliviará a unos 7.500 vecindarios que están en esta situación.

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