Populares y socialistas no se apoyan los unos a los otros al fijar postura ante el desafío independentista. El Congreso aprueba por mayoría simple dos Proposiciones No de Ley contrarias al derecho de autodeterminación tras cruzar sus abstenciones los partidos mayoritarios. Homs proclama su «primera victoria»: que el Parlamento arranque su trabajo debatiendo sobre el soberanismo.

PP, PSOE y Ciudadanos han mostrado sus primeras discrepancias respecto al modo de hacer frente al secesionismo catalán. Los partidos constitucionalistas habían formado hasta ahora causa común en este ámbito, pero la sesión con que el Congreso ha inaugurado su actividad ordinaria esta legislatura ha desnudado la disparidad de estrategias y actitudes de unos y otros. Sean ideológicas o partidistas, las diferencias han quedado patentes en la tribuna de oradores y, sobre todo, en el panel de votación del hemiciclo.

El pleno -primero desde las elecciones si dejamos al margen la constitución de las Cortes y la fallida investidura de Pedro Sánchez- ha estado marcado por el debate soberanista, a consecuencia de sendas Proposiciones No de Ley (PNL) presentadas por los partidos de Mariano Rajoy y Albert Rivera. Se han tomado en consideración a la vez, pero se han votado por separado, han cosechado distinto grado de apoyo y han generado tensiones dentro del bloque constitucionalista.

El texto del PP subraya y defiende lo que la Carta Magna dice al respecto: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. Citando palabras de Peces-Barba, Solé Tura, Herrero de Miñón y Julián Marías, concluye que el Estado debe “utilizar con determinación y firmeza, así como desde la proporcionalidad y oportunidad, todos los mecanismos que, en defensa de la soberanía del pueblo español y del interés general de España, le atribuyen la Constitución y las Leyes” para abordar cualquier desafío secesionista.

La diputada catalana Dolors Montserrat ha sido la encargada de defender esta PNL en la tribuna de oradores, indicando que “ni la democracia ni la política son solo votos”, sino que deben su razón de ser al imperio de la ley. Cinco horas después, ha recibido los votos favorables de PP y Ciudadanos, la abstención del PSOE y el ‘no’ de Podemos y los independentistas.

Batet defiende la «solución política» del PSOE

Tras Montserrat, había tomado la palabra el líder naranja. Rivera defendía su propio texto, tras negociar con los socialistas una enmienda que incluye la apuesta por reformar la Constitución para actualizar «el marco de convivencia». El PSOE no quería simplemente apoyar “la legalidad y los valores constitucionales”, según la parlamentaria Meritxell Batet, sino también “ofrecer una solución política a la crisis institucional”. C’s la aceptó, pero el PP no. Resultado de lo cual, los socialistas no han apoyado la iniciativa popular ni los populares la de Rivera. Han cruzado abstenciones y, de esta manera, ambas han podido salir adelante. Una falta de sintonía inédita desde que la mayoría del Parlamento catalán lanzó su órdago secesionista.

“Hoy los españoles tienen que saber que tres cuartas partes de esta Cámara van a apoyar lo que nos une: van a apoyar la Constitución española, van a apoyar cualquier reforma dentro del marco constitucional y van a apoyar que todos los españoles somos iguales ante la ley y todos decidimos sobre nuestro país”, había proclamado el presidente de Ciudadanos con un ejemplar de la Carta Magna en la mano.

No ha sido así: menos de la mitad de los diputados (131) ha respaldado su iniciativa, al igual que ha ocurrido con la del PP (147 ‘síes’). Mayorías exiguas pero suficientes para manifestar la oposición del legislativo a referendos de autodeterminación y el apoyo al Gabinete en funciones para que enfrente cualquier tentativa de subvertir el orden constitucional. Igualmente, se abre la puerta a revisar la Carta Magna, aunque esta es una empresa imposible sin el concurso del PP.

«Ya hemos ganado la batalla del marco», proclama Democràcia i Llibertat

En algún momento se ha llegado a contemplar incluso que alguna de estas iniciativas fuera rechazada. Tras concluir el debate sobre las PNL, ha corrido por los pasillos del Congreso el rumor de que el PSOE votaría en contra de lo propuesto por los populares y estos harían lo propio respecto al texto de Rivera enmendado por los socialistas. Al final, se ha negociado la explicada salida para evitar lo que hubiera sido un gran tanto para el nacionalismo.

Aun así, desde Democràcia i Llibertat se ha celebrado “una primera victoria”: que el nuevo Congreso centre su actividad inicial en hablar del independentismo. “Ya hemos ganado la batalla del marco”, ha expuesto Francesc Homs, y “la mayoría de diputados de Cataluña” defiende el derecho de autodeterminación. Concretamente, en una relación de 29 a 18.

Esto es así porque a los 17 escaños de ERC y DL se han unido los 12 de En Comú Podem, la candidatura catalana de confluencia. Aunque los socios de Podemos no apoyan el proceso secesionista iniciado por el Parlament, sí rechazan el “inmovilismo” que a su juicio abanderan PP, PSOE y C’s. Xavier Domènech, su líder, ha ironizado con “la unidad de destino” manifestada por este bloque, que cree heraldo de “la gran coalición”. Insiste en la “fraternidad” como elemento para favorecer un “Gobierno de izquierdas” en España y asegura que tal cosa “se construye asumiendo el derecho a decidir”.

Estreno de Errejón

Antes de él, había subido a la tribuna por primera vez Íñigo Errejón. El número dos de Podemos, con un discurso contenido, ha criticado lo que valora como “texto desconcertante”. A su juicio, garantizar que la ley se cumplirá es similar a decir que “un plato es un plato”, ha ironizado parafraseando a Rajoy. Su partido se opone a las iniciativas de PP y C’s, pero dice “sí a la unidad de España” entendida como “país de países”. Podemos cree que la mejor forma de garantizar la integridad territorial es “defender a sus gentes” de los desahucios, la precariedad o el desempleo: “Votamos ‘no’ al intento de instrumentalizar Cataluña, votamos ‘no’ a este gesto vacío”. 

PP, PSOE y Ciudadanos negociaron por la mañana a tres bandas pero fueron incapaces de elaborar un texto de consenso, como tampoco han unificado posturas por la tarde en la sesión plenaria. Además, desde las filas socialistas se ha criticado que los primeros esfuerzos de la legislatura se pongan en un tema menos urgente que otros de corte social, como el paro o la pobreza. No en vano, ellos han presentado una propuesta para relanzar el Pacto de Toledo y garantizar la estabilidad del sistema de pensiones. Podemos ha optado por reivindicar los derechos laborales de los trabajadores domésticos. Ambas han salido adelante.

En cualquier caso, son pasos simbólicos, porque las PNL no tienen fuerza de ley y solo instan al Gobierno a actuar en un determinado sentido. En este caso, además, mandatan a un Ejecutivo todavía por designar. El actual está en funciones desde el 20D y ni siquiera está claro si debe ser controlado por una Cámara que no le ha dado su confianza.

Todo ello ha sucedido en el día en que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha viajado a Barcelona para entrevistarse con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y ha proclamado el inicio del “deshielo” en las relaciones Cataluña-Estado. El PP sospecha que ese movimiento busca la abstención del independentismo a una hipotética segunda investidura de Sánchez, que sigue negándose a negociar con Rajoy y busca la forma de mover a Podemos del ‘no’ a su candidatura.

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