Parque Nacional Yasuní, Ecuador

El próximo 20 de agosto de 2023 el pueblo ecuatoriano está convocado a un referéndum histórico para el mundo: decidirá si la explotación petrolera debe extenderse al corazón de la selva amazónica de este país o prohibirse allí para siempre. En el Parque Nacional Yasuní, la región en cuestión, hay más especies de árboles y arbustos en una hectárea que en todo el continente norteamericano: existen 150 especies de anfibios, 121 de reptiles, 598 de aves, unas 204 de mamíferos y cerca de 3.100 vegetales. En 1989, fue declarado Reserva de la Biosfera por al UNESCO.

La decisión popular que resulte de las urnas no atañe únicamente al futuro, sino que también implica desmontar la infraestructura petrolera «que nunca se debió instalar en una parte del parque nacional Yasuní, concretamente en el Bloque 43 o ITT», según denuncia Ecologistas en Acción. Ese mismo día también, se realiza una consulta que trata de impedir la entrada de la minería en otra Reserva de la Biosfera, la del llamado Chocó andino, en la región de Quito.

Pueblos indígenas en aislamiento voluntario

Después de casi 10 años de lucha, el movimiento ecologista ecuatoriano ha conseguido un hito global: hacer posible este referéndum. Si el petróleo de dicho bloque permanece en el subsuelo, se ahorrarán unos 300 millones de toneladas de emisiones de CO2. Además, se protegerá uno de los focos de biodiversidad más importantes del planeta en un momento de extinción masiva de especies. En tercer lugar, se salvaguardaría la existencia de varios pueblos indígenas en aislamiento voluntario.

Esta consulta está avalada por una de las Constituciones más avanzadas del planeta en lo que respecta a los derechos de la naturaleza y a la consulta popular. Los artículos 71 y 72 de la Constitución ecuatoriana de 2008 proclaman que “la naturaleza o Pachamama, donde se reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que se respete íntegramente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos”.

El resultado podría avergonzar a la UE

Si el Sí a la conservación del Yasuní triunfa, la población de Ecuador sentará un precedente mundial de lo que significa asumir la responsabilidad de la preservación de la vida en el planeta en general. «Ecuador, siendo un país empobrecido a nivel global, daría un ejemplo que avergüence a la Unión Europea», destaca la organización, que ha invitado «a toda la población ecuatoriana residente en España a votar Sí en el próximo referéndum» y que continuará «luchando para que se reconozca la deuda ecológica que los territorios más enriquecidos tenemos contraída con los empobrecidos y, una vez reconocida, se restituya. Un modo de restitución sería, por ejemplo, transferir monetariamente los ingresos que Ecuador dejaría de recibir por la venta del crudo existente en el Yasuní. Es imprescindible apoyar al pueblo ecuatoriano, para que la decisión de preservar la biodiversidad y no contribuir a la emisión de CO2 no entre en competencia con la subsistencia económica». Lo que se juega ahora -dicen- «trasciende las fronteras».

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