La capital de Irlanda, Dublín, es una de las ciudades de Europa, me atrevería a decir, más vibrante, acogedora y divertida del continente aunque esté situada en una isla mítica de origen céltico. Con algo más de un millón de habitantes y habiendo sido la cuna de la cultura y la identidad irlandesa, a la que se le que suma su prolífica creación literaria, Dublín es ahora una ciudad moderna, dinámica, muy desarrollada y con una buena nómina en su haber de servicios para todos los precios y gustos.


Dublín es la ciudad de James Joyce y Oscar Wilde, dos de los más grandes creadores irlandeses, que aunque escribieron toda su obra en inglés nunca renunciaron a sus profundas raíces, pero también la ciudad de los pubs tradicionales cargados de vida, ebullición, buenos momentos y ambiente agradable, lugares donde fluye la vida naturalmente y donde la gente se pasa horas y horas conversando y disfrutando del buen ambiente.


Sorprende, además, que Dublín es una urbe muy organizada, con extraordinarias infraestructuras, un buen transporte público y excelentes conexiones con el exterior, lo que la ha convertido en un destino turístico muy visitado y conocido en todo el mundo. Es una ciudad ideal para un fin de semana largo y aprovechar sus buena oferta de restaurantes, bares, pubs, museos y tiendas de todo tipo. Tiene una gran vida comercial por el día y por las noches sus locales están atestados de gentes ansiosas de divertirse y probar sus excelentes cervezas. Como única objeción, hay que reseñar que los precios de Dublín son bastante altos -una pinta de cerveza puede llegar a costar más de seis euros- y la capital irlandesa es considerada una de las más caras del mundo.

El Epic

Este museo, también conocido como el Museo de la Emigración Irlandesa, se encuentra a orillas del río Liffey, que atraviesa la capital irlandesa de oeste a este. Esta completa exposición sobre este asunto nos habla de las diferentes oleadas migratorias que sufrió el país a lo largo de la historia, siendo las más importantes las acontecidas durante el siglo XIX debido a las hambrunas y a comienzos del siglo XX, siendo la diáspora irlandesa una de las más conocidas de los Estados Unidos, aunque hay miles irlandeses por medio mundo.

Dublina

Es una exposición monográfica acerca de la presencia de los vikingos en Irlanda pero sin perder de vista la historia de este pueblo de origen nórdico, su forma de vida y sus interminables expediciones con pretensiones de conquista por una buena parte de Europa. Es muy didáctica, concisa, bien presentada y explica el tema con una serie de materiales audiovisuales de una calidad óptima. Se encuentra al lado de la Iglesia Catedral de Cristo y casi enfrente de la Catedral de San Patricio, dos iglesias de obligada visita durante tu viaje a la capital irlandesa.

Clerys, tienda departamental reconstruida en 1922.

O’Connell Street

Es una suerte de calle Serrano a la irlandesa, repleta de los mejores comercios y tiendas de la capital, muy concurrida durante el día y la noche y de inevitable visita si se está en Dublín. La calle está dedicada a uno de los próceres de la independencia irlandesa y en sus alrededores se encuentran también algunos lugares míticos de la capital de Irlanda, como las esculturas dedicadas al mismo O’Connell y al escritor James Joyce y el famoso pub The Confession Box, uno de los más antiguos de la ciudad. La calle termina en una suerte de plaza donde se encuentra el mítico hospital Rotunda, fundado en el siglo XVIII y que es un imponente edificio regio, modesto y adusto, muy en la línea de muchos de los grandes edificios que se pueden ver en el mundo anglosajón.

Puentes sobre el río Liffey y el de Calatrava

Todo el río Liffey está cruzado por numerosos puentes, algunos más modernos y otros más antiguos, pero que acaban concluyendo en uno de los más famosos erigido por el arquitecto español Santiago Calatrava.

Parque Merrion

Es una de las plazas, y parque al mismo tiempo, del centro de la ciudad de Dublín, constituyendo junto con los jardines de San Stephen’s Gardens el principal pulmón de esta urbe que trata de congeniar su alto desarrollo económico con un crecimiento sostenible. El parque abrió sus puertas por primera vez en 1762 y es conocido porque su interior, cuidado y elegante, encierra una escultura del poeta Oscar Wilde sobre una gran roca.

Estatua de Oscar Wilde en el Parque Merrion.

Stephens Gardens

Estos grandes jardines se encuentran muy cerca del reseñado anteriormente, el de Merrion, y al lado de los grandes museos de la ciudad. Es muy céntrico, extenso, sorprendente y acogedor. Hemos recogido esta reseña que nos habla algo de su larga historia: “Hasta 1663 la zona se encontraba a las afueras de la ciudad y se utilizaba para llevar a pastar al ganado. Ese mismo año el gobierno decidió construir un parque y el recinto fue cercado en A su alrededor se construyeron edificios de estilo georgiano que atrajeron a la alta sociedad hasta la zona”.

Iglesia de San Miguel

Es una de las iglesias más curiosas de esta ciudad tiene también una historia no exenta de algunos tintes macabros. “Fue construida alrededor de 1686 en el sitio de una iglesia danesa anterior, significando un sitio de Viking. Es una iglesia bastante sencilla con una alta torre cuadrada de estilo medieval. El interior tiene algunas tallas de madera y un órgano que data de 1724, que Handel se supone que utilizó para componer «El Mesías». Lo que hace peculiar a esta iglesia es la presencia de cadáveres momificados por la sequedad del aire en el sótano. Entre los restos conservados están el cuerpo de 400 años de una monja, un hombre popularmente se cree que fue un cruzado, un cuerpo con los pies y la mano derecha cortada”, nos relata una página web dedicada al turismo local.

Museo Nacional o Collins Barracks

Era un antiguo cuartel que abrió sus puertas por primera vez en 1702 y era una de las grandes fortalezas militares de la época. En la actualidad, se le dio otro uso y es ahora el Museo Nacional de Irlanda, albergando en su interior en una sección de historia de Irlanda muy completa, otra sección dedicada a las artes decorativas y otras más a los episodios más recientes de la lucha de los irlandeses por lograr la independencia en el primer tercio del siglo XX.

Almacén de Guinness en Dublín.

Destilería Jameson

Es la conocida destilería de whiskies de la archiconocida marca de esa bebida irlandesa, cuya fama traspasó las fronteras de esta isla y hoy es conocida en todo el mundo. Se puede organizar una visita a la misma, donde nos contarán su larga historia, y también en la misma podremos degustar algunos de sus productos. El mundo del whisky es todo un universo que merece la pena conocer y en la visita nos darán algunos ítems que te ilustrarán acerca del mismo.

Fábrica de cervezas Guinnes

Es una destilería de cervezas que fue fundada en 1759 por Arthur Guinnes y la marca es considerada todo un símbolo internacional de Irlanda desde casi entonces. El actual almacén data del año 1904, aunque después fueron construidos y añadidos otros edificios hasta completar el actual gran complejo visible desde casi todos los ángulos de la ciudad. Se puede visitar y conocer de primera mano la historia de esta gran empresa legendaria que dio empleo a miles de personas en Dublín y degustar sus productos en un bar que se encuentra en el área comercial del complejo.

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