Pablo Iglesias pretende acaparar bajo su paraguas una candidatura transversal para concurrir a las generales. El proceso exige consenso entre figuras tan dispares como Beiras, Llamazares, Oltra o Anguita.

El proceso de convergencia popular que Podemos pretende liderar de cara a las elecciones generales y que le ha llevado a chocar abiertamente con el candidato de IU, Alberto Garzón, exige poner de acuerdo a una decena de personalidades de la izquierda muy diferentes. La ocasión es única, como todos los protagonistas no se cansan de reiterar, pero el proceso implica una capacidad de cesión que de inicio Pablo Iglesias no aparenta tener. Quiere que movimientos y agentes sociales confluyan bajo su marca y estructura y sólo negociaría un nuevo nombre -que en cualquier caso debería incluir el término ‘podemos’- en regiones con un “ecosistema político muy particular” como Cataluña, Galicia o Valencia. La meta requiere de un consenso difícil entre muchos líderes:

1. Pablo Iglesias. El líder de Podemos tiene claro que su partido y su liderazgo deben canalizar un proceso de convergencia popular que aglutine al mayor número de gente posible. Quiere atraer bajo su paraguas a movimientos sociales y agentes de la sociedad civil, independientes, que doten de carácter transversal a su formación, que no puede ser “una más”. Para lograrlo, ha iniciado contactos con Compromís, recorrerá España las próximas semanas y celebrará un macroforo en Madrid el 11 de julio en el que participarán decenas de colectivos.

2. Alberto Garzón. Su postura de no disolver Izquierda Unida le pone imposible la convergencia con Podemos. Iglesias no quiere una coalición de siglas nacional, sólo se la plantea a nivel regional en ciertas autonomías, y su partido prohíbe la doble militancia. De modo que o Garzón deja IU y se presenta a las primarias de Podemos o concurrirá por su cuenta a las generales. Él no se da por vencido y sigue intentando sumar apoyos -este fin de semana visita Galicia para reunirse con los alcaldes de las mareas- pero tiene una situación harto complicada.

3. Anticapitalistas. La corriente que aglutina al sector crítico de Podemos, los antiguos miembros de Izquierda Anticapitalista, quieren un proceso abierto y participativo, además de una vuelta a las esencias que recupere propuestas como la renta básica o el proceso constituyente. El exnúmero tres del partido, Juan Carlos Monedero, y el barón aragonés, Pablo Echenique, también son partidarios de una mayor horizontalidad aunque de momento Iglesias parece haberlos contentado con movimientos como la ‘Ruta del cambio’, que quiere ser el inicio de un proyecto transversal de calado.

4. Julio Anguita. El Frente Cívico Somos Mayoría del excoordinador de IU es partidario de la unidad popular pero recela del comportamiento de Iglesias. El propio Anguita, referente político del líder de Podemos, criticó recientemente su “prepotencia” y pidió trabajar por un proyecto amplio porque si no «el bipartidismo al final se impone». Sobre todo esto debatió hace unos días con Garzón y Monedero.

5. Gaspar Llamazares. El portavoz de Izquierda Abierta, partido integrado en IU, es muy crítico con el protagonismo que quiere imponer Podemos a la unidad popular y exige un referéndum entre las bases de la coalición para decidir cualquier movimiento. Legitimado por el buen resultado que obtuvo en Asturias en mayo, su voz es importante en estas maniobras.

6. Joan Herrera. El presidente de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) es un firme convencido de la unidad popular y de hecho su partido formó parte de la exitosa Barcelona en Comú y de otras muchas candidaturas ciudadanas el 24-M. Ahora quiere reeditar esa fórmula para las elecciones catalanas primero y para las generales después -“si no es ahora, ¿cuándo? No veo motivo alguno para no llevarlo adelante”-. En Cataluña, Iglesias está dispuesto a ceder protagonismo en favor de las fuerzas que quieren converger, como ICV, EUiA o Procés Constituent.

7. Juan López de Uralde. El coportavoz de Equo está muy en la línea de los postulados de Garzón, con quien se reunió recientemente: quiere convergencia entre las fuerzas de izquierdas pero no bajo el paraguas de Podemos. «Hago un llamamiento a la responsabilidad de aquellos que tienen un mayor peso electoral», declaró tras ese encuentro con el candidato de IU, en clara referencia a Iglesias.

8. Mónica Oltra. La sintonía de la líder de Compromís con el secretario general de Podemos es total y no parece que vayan a tener mayor problema en entenderse. Oltra quiere un espacio “compartido pero desde la visibilidad de cada formación”, algo que Iglesias admitiría porque la Comunidad Valenciana ofrece bajo su punto de vista las especificidades adecuadas. Así, la posibilidad de presentar una lista Podemos-Compromís o Compromís-Podemos en esa región está cada día más cerca.

9. Xosé Manuel Beiras. El veterano político gallego, portavoz de la formación nacionalista Anova, guarda una buena relación con el líder del partido morado. Beiras fue pionero en estos proyectos de convergencia al liderar AGE (Anova+IU+Equo+EcoSoGal) en las gallegas de 2012. Aún no ha habido más que conversaciones informales con Iglesias pero parece factible que lleguen a un acuerdo al que podrían sumarse las mareas que gobiernan los ayuntamientos de Coruña, Santiago de Compostela y Ferrol.

10. Tania Sánchez. Su Convocatoria por Madrid fue vital en el éxito de las candidaturas populares madrileñas. Dejó IU precisamente para buscar la convergencia con Podemos, aunque ahora le lastra su imputación en el caso Rivas. A la plataforma que creó hace unos meses pertenecen también el concejal de Ahora Madrid Jorge García Castaño o la diputada madrileña del partido del círculo María Espinosa.

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