Denuncian a Bolsonaro para que cumpla los compromisos del Brasil sobre el cambio climático y combata la desforestación

El gobierno brasileño asumió varios compromisos legalmente vinculantes, que no va a cumplir, para abordar la amenaza existencial que representa el cambio climático. El último ayer, en la Conferencia sobre el Clima COP26, de Glasgow.

El presidente Bolsonaro firmó ayer un acuerdo no vinculante, para salvar los bosques y acabar con la deforestación en 2030

Incumplimientos medioambientales

El Congreso Nacional brasileño aprobó una ley sobre el cambio climático en 2009, comprometiéndose a reducir las emisiones proyectadas para 2020 en más de un tercio. En 2016, Brasil suscribió y ratificó el Acuerdo de París, y el año siguiente el Congreso Nacional brasileño aprobó un Decreto Ejecutivo que adopta la meta del acuerdo de mantener el incremento de la temperatura global este siglo muy por debajo de 2º C con relación a los niveles preindustriales. Bajo el Acuerdo de Paris, Brasil se ha comprometido a reducciones de emisiones de 37% hasta 2025, y de 43% hasta 2030, en comparación con los niveles de 2005.

La deforestación es el principal generador de emisiones en Brasil

Debido a que la deforestación es el principal generador de emisiones en el país, los compromisos de Brasil sobre el cambio climático se centran fuertemente en la política para el sector forestal. Entre otras cosas, la legislación brasileña sobre el cambio climático exige que la tasa anual de deforestación en la Amazonía sea inferior a 4.000 kilómetros cuadrados en 2020.

Pero el aumento de las tasas de deforestación en los últimos años significa que Brasil no está en camino de cumplir con sus requisitos legales. Entre agosto de 2018 y julio de 2019, se deforestaron más de 10,000 kilómetros cuadrados de selva amazónica, un aumento de más de 30% respecto al mismo período del año anterior. Solo en agosto-septiembre de 2019, se cortaron casi 5.000 kilómetros cuadrados adicionales de bosques. Lo que es peor, el gobierno de Bolsonaro ha implementado medidas que reducirán la probabilidad de que Brasil cumpla con sus compromisos legalmente vinculantes con relación a la deforestación de la Amazonía.

Demanda para que cumpla lo ya aprobado

Con el apoyo de EDLC, la ONG brasileña Instituto de Estudios Amazónicos interpuso una demanda contra el gobierno brasileño para buscar la aplicación judicial de los compromisos climáticos de Brasil. Además de los reclamos basados en los deberes legales descritos anteriormente, la demanda incluye reclamos bajo la Constitución brasileña, que garantiza el derecho a un medio ambiente sano, lo que impone al gobierno la obligación de defender y preservar el medio ambiente para las generaciones presentes y futuras. La Corte Suprema de Brasil ya ha determinado que el derecho a un medio ambiente sano es un derecho fundamental, y la Corte Superior de Justicia ha dictado varios fallos con base en el entendimiento de que el cambio climático debe tomarse en cuenta en la toma de decisiones del gobierno.

Otro acuerdo que llega tarde y que su cumplimiento depende de la buena voluntad de los gobiernos. Como Bolsonaro carece de ello, no se espera grandes avances en este terreno. La deforestación en el Amazonas continuará hasta que sea apartado del poder.

Alerta roja en Día del Amazonas en Brasil
Incendios en la Amazonía. (Michael Dantas /WWF-Brasil – CORTESÍA AGENCIA ANADOLU)

Acabar con la deforestación en 2030

En el segundo día de la cumbre de líderes mundiales sobre el clima, la COP26, más de 100 países se han comprometido a salvar y restaurar los bosques de nuestro planeta, en el segundo día de la cumbre de líderes mundiales sobre el clima, la COP26

Los participantes en la Conferencia sobre el Clima se han encontrado hoy martes con una sala plenaria iluminada de verde, el sonido de los pájaros y el susurro de las hojas, que esta vez provenía de las pantallas gigantes y los altavoces. Incluso parecía haber una calma general entre los delegados, como si estuvieran respirando el aire más limpio de las montañas.

«Hoy va a ser un día monumental, vamos a marcar el rumbo sobre cómo preservar los pulmones del mundo». La frase de apertura de la maestra de ceremonias Sandrine Dixson-Declève dio la bienvenida a los participantes en el evento clave sobre los que son considerados los pulmones del planeta.

A continuación, se pasó una película narrada por Sir David Attenborough en las pantallas gigantes del recinto.

«Al destruir los bosques, estamos perjudicando la biodiversidad y nuestras vidas… Los bosques proporcionan agua dulce, limpian el aire que respiramos, inspiran valor espiritual y nos proporcionan alimentos… Nuestro reto ahora debe ser detener la deforestación y empezar a restaurar los bosques. Se requiere un enorme esfuerzo, y cada país necesitará su propia manera de enfocar el asunto», su característica voz resonó en todo el recinto.

Una hoja en el Amazonas, Brasil

Su discurso pareció llegar a muchos.

El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, subió al podio para anunciar que al menos 110 países, que representan el 85% de los bosques del mundo, han firmado ya la crucial Declaración de los líderes de Glasgow sobre los bosques y el uso de la tierra de la COP26, comprometiéndose a detener y revertir la deforestación para 2030.

«Proteger nuestros bosques no es sólo una medida para hacer frente al cambio climático, sino también para un futuro más próspero», dijo.

Johnson destacó que China, Rusia y Brasil también se han sumado a la promesa, lo que considera que puede ser también una oportunidad paralela para la creación de empleo.

El presidente ruso, Vladimir Putin, y también el de Brasil, Jair Bolsonaro, aparecieron en un mensaje pregrabado en el que apoyaban la promesa, entre otros líderes ausentes de la Conferencia.

«Firmar la declaración es la parte fácil. Es esencial que se implemente ahora«, instó el Secretario General de la ONU, António Guterres, en su cuenta oficial de Twitter.

Lo que promete la declaración

En la declaración, los líderes prometen reforzar sus esfuerzos comunes para preservar los bosques y otros ecosistemas terrestres y acelerar su restauración, así como facilitar políticas de comercio y desarrollo sostenibles, tanto a nivel internacional como nacional.

El texto también menciona el empoderamiento de las comunidades locales, incluidos los pueblos indígenas, que a menudo se ven afectados negativamente por la explotación y degradación de los bosques.

La declaración también pretende aplicar y rediseñar las políticas y programas agrícolas para reducir el hambre y proteger el medio ambiente.

La financiación también es clave en el compromiso. Los líderes prometen facilitar la alineación de los flujos financieros con los objetivos internacionales para revertir la pérdida y la degradación, al tiempo que garantizan políticas para acelerar la transición hacia una economía más verde.

En los últimos diez años, se destinaron aproximadamente 40 veces más fondos a prácticas destructivas de uso de la tierra que a la protección de los bosques, la conservación y la agricultura sostenible.

Bosque de Unamat en Puerto Maldonado, en Perú.
Bosque de Unamat en Puerto Maldonado, en Perú.

El compromiso, firmado por más de 30 instituciones financieras que cubren más de 8,7 billones de dólares de activos bajo gestión de todo el mundo, pretende cambiar esta situación. Su objetivo es alejarse de las carteras que invierten en cadenas de suministro de productos agrícolas con alto riesgo de deforestación y acercarse a la producción sostenible.

Los pueblos indígenas reaccionan

Más de 1600 millones de personas en todo el mundo dependen de los bosques para subsistir, y los pueblos indígenas son los custodios de al menos el 36% de los grandes bosques intactos del mundo. Los datos demuestran que cuando se empodera a la población local para que gestione los bosques, están mejor protegidos y gestionados.

Varios líderes indígenas de diversas partes del mundo se manifestaron sobre el Compromiso de los Bosques y la Tierra de Glasgow durante el evento.

«Buscaremos pruebas concretas de una transformación en la forma de invertir los fondos. Si el 80% de lo que se propone se destina a apoyar los derechos a la tierra y las propuestas de las comunidades indígenas y locales, veremos un cambio drástico en la tendencia actual que está destruyendo nuestros recursos naturales», dijo Tuntiak Katak, vicecoordinador de la Coordinadora de organizaciones indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).

«Estamos listos para actuar, y trabajaremos juntos, no nos ahogaremos… Todos viajamos en la misma canoa de la cuenca», enfatizó hablando en español en la sala plenaria.

Fuente: Diario16

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