La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, ha pulsado el botón que activaba los 700 kg de explosivos que han derribado la que hasta hoy era la estructura independiente más alta del país. Se trata de la chimenea de la central térmica de Longannet, la que fuera la mayor central de carbón de Europa.
Escocia está libre de carbón desde que ScottishPower -la filial de Iberdrola en Reino Unido- cerró la central en 2016. ScottishPower es además la primera empresa energética integrada del Reino Unido en tener una generación de electricidad 100% verde, a partir de energía eólica marina y terrestre.
Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, ha declarado que «Longannet desempeñó un papel importante en la historia de Escocia como su mayor central de carbón, pero el futuro sólo puede pasar por la energía limpia. Todos los que trabajan en el grupo Iberdrola deben estar orgullosos de contribuir a esta impresionante transición de los combustibles fósiles a las energías renovables».
«Esta transición es esencial para minimizar los peores impactos del calentamiento global y hacer frente a la emergencia climática. En Glasgow hemos hecho progresos significativos, pero es hora de que todos los países se comprometan a hacer que el carbón pase a la historia. Las palabras bonitas o las promesas sobre 2040 o 2050 ya no son suficientes, necesitamos que se cumplan. Iberdrola seguirá invirtiendo miles de millones de euros en energías renovables, redes más inteligentes y almacenamiento para llegar a ser cero netos en Europa en 2030, proporcionando electricidad abundante y competitiva y creando oportunidades para el desarrollo industrial y el empleo en toda la cadena de valor», ha manifestado.
En la COP26 de Glasgow, Iberdrola ya puso de manifiesto el orgullo que sentía como compañía de mostrar al mundo lo que Escocia ya ha hecho con el carbón.
Por su parte, la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, ha definido el acto de hoy como un momento cargado de simbolismo, pues “hemos puesto fin a la generación de energía con carbón en Escocia”, ha dicho.
La central eléctrica de Longannet, situada en Kincardine-on-Forth (Fife), comenzó a generar electricidad en 1970 y ScottishPower la cerró el 31 de marzo de 2016. Así, garantizando el futuro sin carbón de Escocia, ponía fin a 47 años de producción de combustibles fósiles que abastecieron a dos millones de hogares escoceses.
Antes del acto de demolición y tras la COP26 de Glasgow y su «Pacto por el Clima» para alejar al mundo de los combustibles fósiles, se proyectó en la chimenea las rayas del calentamiento global junto con el lema «Make Coal History» (Haz que el carbón pase a la historia). Se trata de una llamada a la acción para que otros países sigan el ejemplo de Escocia.
Creadas por el profesor Ed Hawkins, de la Universidad de Reading, las rayas muestran el cambio en la temperatura global desde 1850 hasta 2020. Van desde los tonos azules, que representan los años más fríos que la media, a los rojos, en representación de los años más calurosos.
Como socio principal de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26, ScottishPower se ha comprometido a apoyar los esfuerzos del Reino Unido para reducir el consumo de carbón en todo el país.
Pioneros en transición energética
A finales de 2017, Iberdrola solicitó la autorización de cierre de sus últimas centrales térmicas en el mundo -Velilla (Palencia) y Lada (Asturias)-, como respuesta a su decisión de sustituir instalaciones emisoras de CO2 por energías limpias de última generación y liderar así la transición energética hacia un modelo sostenible. En este sentido, continúa avanzando en su estrategia de sostenibilidad, basada en la electrificación de la economía y orientada a la lucha contra el cambio climático y la creación de riqueza y empleo en las comunidades donde se opera.
Sus emisiones propias de CO2 a septiembre se han reducido hasta los 53 g/kWh y mantiene su objetivo de convertirse en una compañía neutra en emisiones en 2030 en Europa.
En las dos últimas décadas, la compañía ha invertido 120.000 millones de euros en energías renovables, redes eléctricas inteligentes y almacenamiento energético. Su plan inversor a 2030 de 150.000 millones de euros le permitirá triplicar su capacidad renovable hasta casi los 100.000 MW.