Cuando David Attenborough era un niño, pasaba gran parte de su tiempo libre recorriendo canteras abandonadas en la campiña inglesa, martillo en mano. Su presa: amonitas fosilizadas, moluscos con forma de espiral que vivieron en la época de los dinosaurios. Para el joven los fósiles eran como tesoros enterrados y le sorprendía ser el primero en poner los ojos en ellos en decenas de millones de años.
El mundo natural le mantendría cautivado durante el resto de su vida
Hoy en día, a sus 95 años, Attenborough, es posiblemente el presentador de documentales de naturaleza más conocido del mundo. A lo largo de una carrera que comenzó con los albores de la televisión, ha escrito y presentado algunos de las series más influyentes sobre el estado del planeta, como «Life» (Vida), que abarca una década.
Con lo que el New York Times llamó su «narración con voz de Dios » y una curiosidad insaciable, ha pasado 70 años revelando la belleza del mundo natural – y dejando al descubierto las amenazas que enfrenta. Por el camino, ha ofrecido a cientos de millones de espectadores una visión de un futuro más sostenible.
Premio «Campeones de la Tierra»
Naciones Unidas ha reconocido la enorme repercusión de Attenborough en el movimiento ecologista mundial, otorgándole el premio «Campeones de la Tierra» a toda una vida. Este galardón es el más importante de la ONU en materia de medio ambiente y rinde homenaje a quienes han dedicado su vida a combatir crisis como el cambio climático, la pérdida de especies y la contaminación.
«Usted ha sido una inspiración extraordinaria para mucha gente», dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), al entregar el premio a Attenborough. «Si tenemos una oportunidad de evitar el colapso del clima y la biodiversidad, y de restaurar los ecosistemas contaminados, es porque millones de personas se enamoraron del planeta que nos mostró en la televisión».
Unidad frente a los problemas ambientales del planeta
Vivimos en una nueva era en la que el nacionalismo simplemente no es suficiente. Tenemos que sentir que todos somos ciudadanos de un mismo planeta, porque si no lo hacemos, no solucionaremos los problemas”, dijo Attenborough al recibir el galardón. “Sabemos cuáles son los problemas y sabemos cómo resolverlos. Lo único que nos falta es una acción unificada. Estos problemas no pueden ser resueltos por una sola nación, por muy grande que sea”.
Además de su trabajo en los medios de comunicación, Attenborough es una de las principales voces del movimiento ecologista mundial. Ha aparecido en cumbres históricas, como la Conferencia sobre el Cambio Climático de París de 2015, donde pidió un esfuerzo global unificado para combatir las amenazas a la Tierra.
También ha colaborado con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente durante al menos cuatro décadas, prestando su voz a una serie de campañas y cortometrajes que han puesto de relieve los esfuerzos de la organización para combatir la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Este trabajo está impulsado por la creencia de que ningún país puede resolver por sí solo los males ambientales del planeta.