El viernes pasado se estrenó completa la segunda temporada de Daredevil en Netflix. Y es tan extraordinaria como cabía esperar.

Es muy atrevido decir que se trata del mejor contenido relacionado con Marvel jamás creado si elegimos entre todos los formatos posibles. Otros filmes han reflejado con mucho acierto distintas facetas de un universo polifacético, aunque ninguno ha acertado tanto con el alma de un personaje.

Lo que sí nos atrevemos a señalar es que Daredevil es la mejor reflexión audiovisual jamás filmada sobre lo que supone salir a la calle vestido de lagarterana y tomarte la justicia por tu mano

El tema no es nuevo y ha sido tratado con interés, especialmente en el Batman de Christopher Nolan. En la primera de sus entregas, el hombre murciélago aparecía como la extensión de la filosofía filantrópica estadounidense. En la segunda, se reflexionaba ya sobre cómo la aspiración de cualquier encapuchado enmascarado debería ser desaparecer porque las autoridades cumplen su labor con eficacia. En los tebeos el dilema se ha plasmado mucho y bien, pero algunas de las películas basadas en ellos, tales como Watchmen, han analizado con menos profundidad de la esperada estos conceptos, probablemente debido a su reducida duración.

Daredevil asume muchas de las lecciones de Nolan y su espíritu gruñón y lo lleva mucho más allá en la segunda temporada gracias a la irrupción de dos personajes nacidos para poner el contrapunto perfecto a Matt Murdock, Punisher y Elektra. 

Si la primera parte de esta serie fue la repetición casi punto por punto, de una parte del tomo de Frank Miller y John Romita Jr. El Hombre sin Miedo, en esta segunda temporada nos encontramos con la segunda mitad, la que nos presenta a Elektra Natchios en sus tiempos universitarios. 

La Elektra de Miller y Romita Jr. era espléndida. Mucho más racial y sin vergüenza de sus orígenes culturales, mucho más salvaje y mórbida que la Elektra Asesina del propio Miller y Sienkiewicz. Su historia de amor juvenil encajaba muy bien con Murdock y remarcaba algo fundamental en el personaje: no es buen tipo porque no haya tenido oportunidades de ser malo, sino que se trata de una elección coherente y meditada.

El Frank Castle que nos encontramos nos pone a Jon Bernthal en su mejor papel hasta la fecha, sin los pesados manierismos que nos habían hecho odiar a su personaje en The Walking Dead. Es realmente brillante cómo enmarcan a Castle para, sin tener que recurrir a la calavera en el pecho durante casi toda la historia, o sin que hable de sí mismo en modo Diario del Castigador, podamos relacionarnos tanto con el símbolo como con su dramática historia personal.

Lo mejor de la segunda temporada es que ambos personajes reflejan dos vertientes diferentes de Murdock. Elektra es una Daredevil que vivió un adiestramiento similar pero en un entorno mucho más ligado con la lucha contra La Mano. Castle es, en sus propias palabras, lo que podría pasar con Murdock si no respetase sus propios límites. «Sólo nos separa un mal día», dice el Castigador en uno de los momentos más interesantes de la serie.

Daredevil, por cierto, está plagado de algunas de las mejores secuencias de lucha callejera que hayamos visto. Que una serie destinada a ser devorada en un atracón no termine por mostrar combates aburridos es, cuanto menos, digno de elogio. Porque muchos de ellos son memorables. La presentación del personaje en el primer capítulo, la batalla con los moteros en las escaleras del edificio, la entrada de Castle en el hospital, la lucha de la prisión… Increíbles.

Puntos aparte para dos personajes que, cada uno en su estilo, contribuyen a humanizar toda la situación. Por un lado, Karen Page, una Deborah Ann Woll en estado de gracia que engarza a todos los personajes y, en muchos casos, actúa como protagonista de la función. Protagoniza, además, la mejor escena de beso en las escaleras que se haya rodado, o que yo haya visto. Tiene el ratio belleza/ropa de mercadillo más favorable de la historia de la televisión occidental.

Foggy, por su parte, está tan perfecto como en la temporada anterior. Conjuga su rol ineludible de contrapunto cómico con una historia de crecimiento personal muy bien hilada. Tanto, que no resulta difícil aceptar que, de los socios, éste no sólo es el sensato sino también el bueno.

¿Y qué nos espera en adelante? No es que al personaje le falten tramas, pero sí le faltan muchas más historias tan importantes como las que hemos visto. Probablemente termine cayendo Born Again, la más importante de las que están por llegar. También es probable que en la próxima temporada veamos de vuelta a Kingpin y a Bullseye –¿Qué enfoque le darán a un personaje tan plano?–. Confío en que en algún momento veamos a Melvin Potter encarnando a El Gladiador y me encantaría que le den alguna oportunidad a María Tifoidea y a Eco. Veo difícil, pero molaría, toparnos de alguna forma con el uniforme amarillo. 

Lo curioso es que no hay tantísimas sagas magníficas de Daredevil, pese a los buenos momentos del personaje. Así que disfrutemos lo que estemos viviendo porque no sabemos cuánto va a durar.

 

A partir de aquí, alerta de Spoilers…

 

Algunas preguntas que nos quedan después de terminar Daredevil

 

¿Qué es el Cielo Negro? Black Sky ya apareció en la temporada anterior. Recordad el niño del contenedor al que ejecuta Stick. Según la mitología de La Mano, que el personaje que interpreta Scott Glennn sigue al pie de la letra, estamos hablando de una serie de individuos extraordinarios a los que se debe servir pero que deben ser «activados». Elektra demuestra ser uno de ellos y, tras su muerte, es exhumada para ser introducida en la urna de piedra que había sido preparada para el ritual con la sangre de los pardillos. De manera que, finalmente, todo apunta a que Ellie será activada por los malos, con terroríficas consecuencias.

¿Volveremos a ver a Frank Castle? Como sucedió con la primera temporada de Daredevil, los creadores del show han pasado doce episodios utilizando al personaje y han decidido esperar al último momento para ponerle su traje de supehéroe, aunque acusar de tal cosa al bueno de Frank es muy atrevido. En todo caso, ese DVD con el nombre de Micro es una muestra no sólo de que volveremos a toparnos con el personaje sino de que tiene muchas posibilidades de hacerse con su propia serie. Con suerte, clasificada para mayores, como exige el personaje.

¿Qué conexiones hemos visto con otros productos Marvel? El momento en el que el director del Bulletin lamenta el «incidente» que terminó con los servidores, probablemente se esté refiriendo a la invasión alienígena de Nueva York en Los Vengadores, aunque también podría tener que ver con Ultron. Madame Gao probablemente juegue un papel importante en Puño de Hierro, al menos por todos los carteles que utilizan el mismo símbolo del villano Steel Serpent. Claire, la enfermera de noche, sigue conectando a todos los personajes de Los Defensores de Netflix. Rosario Dawson ha encontrado un papel que es un filón y que han bautizado ya como «la Nick Furia de Netflix». Foggy Nelson termina en el bufete de Carrie Ann Moss, para llevar temas de superhéroes, lo que no deja de ser paradójico. 

¿Para qué diablos es el agujero gigante? Más o menos parece que está claro todo lo que tiene que ver con la gigantesca urna de piedra, aunque por un momento tuve la esperanza de que hubiesen metido vampiros en el mix. Lo que nadie me ha aclarado todavía es para qué diablos La Mano ha excavado un agujero inmenso en el centro de Nueva York. ¿Alguna idea?

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