El candidato del PP se enfrentará el sábado a las 20h a la segunda votación, donde será reelegido gracias a la abstención del PSOE. Los diputados de Unidos Podemos abandonan el hemiciclo durante unos minutos por una polémica con la presidenta, que negó un turno de palabra por alusiones a Pablo Iglesias. El socialismo vuelve a escenificar su división en un debate muy cómodo para Rajoy.

El Congreso de los Diputados ha rechazado este jueves la candidatura de Mariano Rajoy a la Presidencia del Gobierno por un margen de diez votos (170 síes, 180 noes). El resultado es el mismo que el líder del PP cosechó por dos veces en su primer intento de investidura tras el 26-J, los días 31 de agosto y 2 de septiembre, aunque en esta ocasión se trata de un mero trámite antes de que el PSOE confirme su viraje hacia la abstención. Eso ocurrirá el sábado, en la segunda vuelta, donde a Rajoy le basta con mayoría simple para ser reelegido. Hoy, en cambio, requería mayoría absoluta (176 apoyos).

Los socialistas se han dado el gusto de dedicar un tercer ‘no’ al presidente popular, como muestra de que rechazan su figura y sus políticas y que solo por sentido de Estado le despejarán la investidura. Lo harán “por España”, explicó al inicio de la jornada Antonio Hernando, encargado de fijar la posición del PSOE.

Iglesias logra erigirse como el principal antagonista de Rajoy

Rajoy ha sumado los avales de PP, UPN, Foro Asturias, Ciudadanos y Coalición Canaria y se ha llevado el rechazo de todos los demás: PSOE, Unidos Podemos, ERC, PDC, PNV, Compromís, EH Bildu y Nueva Canarias. Los distintos grupos han desfilado a lo largo del día por la tribuna de oradores para exponer las razones de su voto en una sesión donde los socialistas han tenido casi tanto protagonismo como el propio aspirante.

El cariz histórico del giro a la abstención ha motivado durísimas críticas de la izquierda y los independentistas a la bancada del PSOE, que se enfrenta a la difícil empresa de liderar la oposición a un Gobierno que se conformará gracias a su abstención. La investidura ha sido buen reflejo de lo complejo de ese cometido, pues Pablo Iglesias ha logrado erigirse como principal antagonista a Rajoy gracias a sus combates dialécticos con este y con Rivera y al guante blanco que marcado el intercambio de diatribas entre el líder del PP y Hernando.

Podemos abandona la sesión

El grupo de Unidos Podemos ha protagonizado, además, la imagen del día al abandonar durante unos minutos el pleno en señal de protesta contra la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Iglesias y los suyos se han ausentado después de que Pastor le negara un turno de palabra por alusiones, pedido por el líder morado para dar respuesta al portavoz del PP, Rafael Hernando, que le ha acusado de estar al servicio de “dictaduras”. Preguntado si se retractaba, Hernando se ha reafirmado y ha añadido la expresión “cuatro millones de dólares”. La presidenta de la Cámara ha decidido, en cualquier caso, continuar con la sesión y no permitir la intervención de Iglesias, a quien ha llamado al orden. Los diputados de Unidos Podemos han abandonado el hemiciclo en ese momento, para volver poco después y poder emitir su voto.

La segunda jornada del pleno ha durado casi once horas y ha estado marcada también por la división que impera en el socialismo. Numerosos diputados de esta bancada se han negado a aplaudir la intervención de su portavoz y han expresado posteriormente, en público y en privado, su decepción por el discurso de Antonio Hernando, que ven “contradictorio” y, en algún caso, un importante lastre para la credibilidad del proyecto. Al menos una docena de parlamentarios del PSOE se negará a seguir la consigna del partido y mantendrá el sábado el ‘no’ a Rajoy.

Diputados ‘sanchistas’ tachan de «contradictorio» el discurso de su portavoz, Antonio Hernando

Los miembros del PSC y algunos fieles al exsecretario general, Pedro Sánchez, arriesgarán así una sanción que podría llegar a la expulsión del grupo. Todo, aseguran, con tal de mantener la “coherencia”. Lo que hará Sánchez, que ha reaparecido públicamente en este pleno tras 25 días de retiro, es una incógnita. “El sábado ya veremos”, declaró a los periodistas el miércoles, a su llegada al Congreso. Este jueves ha pronunciado con orgullo y contundencia el ‘no’ al PP que durante meses guio su línea estratégica, mientras en la Cámara baja se especula con que podría renunciar a su escaño antes de la segunda votación y evitar así tanto la abstención como la ruptura de la disciplina.

La Constitución establece un plazo de al menos 48 horas entre la primera y la segunda vuelta de la investidura, en caso de que esta sea necesaria por no alcanzar el candidato mayoría absoluta a la primera. Esta es la quinta vez que un aspirante a La Moncloa tiene que ir segunda votación, la tercera en menos de un año. Los precedentes son: Leopoldo Calvo-Sotelo (1981), José Luis Rodríguez Zapatero (2008), Pedro Sánchez (2016) y Mariano Rajoy (2016). El bloqueo institucional se encamina, 312 días después, a su fin y España enfila la salida de la interinidad, aunque antes haya tenido que pasar por este último trámite de volver a rechazar, momentáneamente al candidato nominado por el Rey.

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