Parque Regional del río Guadarrama a su paso por Arroyomolinos

Un vertedero ilegal de basuras y restos de electrodomésticos vuelve a poner en jaque la vida en el curso medio del río Guadarrama y su entorno. No es la primera vez que los ecologistas denuncian episodios similares. En este caso, un tapón flotante de decenas de neveras, frigoríficos y cientos de botellas de plástico, bidones de agua embotellada o envases de productos químicos domésticos, a la altura del municipio de Arroyomolinos. Los residuos proceden del poblado chabolista «Las Sabinas», habitado por cerca de 100 familias y ubicado junto a la A-5. Y todo sin que la Comunidad de Madrid, gestora del Parque Regional, y la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), a quien le compete mantener limpio el cauce, den un paso adelante para solucionar el problema de forma integral.

«La causa no se ha eliminado. Las chabolas o viviendas irregulares que hay en la orilla del río, en zona protegida, dominio público hidráulico, Parque Regional y Agropecuario. Es zona no urbanizable de todas las maneras. Entonces hay un poblado de gente viviendo ahí. Algunos son chatarreros que se dedican a desguazar electrodomésticos y la estructura o chasis lo tiran en la misma orilla del río, si no directamente al cauce. ¿Qué pasa? Que cuando viene un poco más de agua, se lleva todo eso, y acaba más abajo. En este caso, el tapón que se ha formado está como a 7 kilómetros aguas abajo del poblado, en un punto donde algún tronco ha debido cortar ese paso superficial», explica Raúl Navarrete de Ecologistas en Acción.

Cuando no hay tapón, la basura acaba en Toledo

El poblado no tiene recogida de basuras, las calles no están asfaltadas, no hay contenedores y los camiones no acceden. Con lo cual la basura termina en el río. Cuando no hay ningún tapón, la basura acaba en Toledo. Pero ahora los residuos ocupan 100 metros de largo y todo lo ancho del cauce». Según Sole Pacho, de Ecologistas en Acción, «esto incumple la legislación de residuos potencialmente peligrosos, que obliga a que acaben en un punto limpio y tratados por gestores autorizados. Sin las preceptivas medidas de seguridad, los gases refrigerantes son liberados a la naturaleza».

Vertidos sin depurar 20 años en la Urbanización El Bosque

La calidad de las aguas tampoco es la óptima. Aguas arriba de «Las Sabinas», la urbanización El Bosque (Villaviciosa de Odón) vierte sin depurar sus aguas residuales directamente al río Guadarrama. Hace 20 años, durante unas obras se destruyó la estación de bombeo de la urbanización y aún no ha sido repuesta. “Hasta hace 50 años bajaba la gente a bañarse al río, hoy es impensable”, lamentan.

Los ayuntamientos echan la culpa a la Confederación Hidrográfica del Tajo, porque el mantenimiento del cauce es su competencia. A su vez, la CHT responsabiliza a los ayuntamientos «porque es competencia municipal la gestión de residuos». Y al final ni unos ni otros limpian. Hasta que llega un momento, y esto es frecuente, que la CHT contrata a una empresa que suele ser TRAGSA para que se metan al río los operarios y saquen todos los residuos. Pero, claro, esto no es una cosa periódica, los residuos se acumulan y se generan las imágenes que estamos viendo», denuncia Navarrete.

Una solución integral para el río y las personas

Estos capítulos de contaminación vienen produciéndose hace 20 años, aunque los asentamientos se remontan cinco décadas atrás. En 1999 se declaró el Parque Regional. En ese momento se constató que hay unas viviendas anteriores a la declaración «que tienen su cédula de habitabilidad, que pagan su IBI, impuestos municipales y demás. Digamos que son viviendas que están asimiladas a urbano, pero hay algunos de estos asentamientos que no lo son. Es decir, que se han producido posteriormente a la declaración del Parque Regional. Y por negligencias se ha permitido por las administraciones. Si una vez declarado el Parque, que se tiene conocimiento de los asentamientos de viviendas irregulares, se hubiera actuado, hoy no tendríamos este problema. Pero claro, ha llegado gente, se ha construido sus viviendas, han pasado los años y se van generando ciertos derechos. Sí es cierto que la zona no es urbanizable y no puede serlo», cuenta el portavoz de Ecologistas en Acción.

La última operación de limpieza en la zona data de febrero de 2021 y detectó incluso vehículos calcinados

Chabolas para el cultivo de marihuana

Hubo un censo de población en 2008 y un convenio de realojo, gracias al que se busco un nuevo hogar a parte de las familias de «Las Sabinas». Hay gente que no pudo acceder a ese convenio porque llegó después de esa fecha. «Con ese realojo hubo un desmantelamiento de las chabolas que ocupaban. Se ha llegado a limpiar incluso los escombros. A raíz de que se eliminaran estos escombros, han construido algunas nuevas chabolas que han utilizado para el cultivo de marihuana. Eso se ha detectado rápidamente porque una de las medidas que nosotros pedíamos era la mayor vigilancia policial, que se había eliminado. Esta es una de las causas del aumento de estos vertederos».

Los vigilantes convertidos en jardineros y encerrados en un vivero

El Parque Regional, como cualquier espacio protegido, tiene una serie de vigilantes laborales, que hacen labor de guardería sin ser Agentes Forestales. ¿Qué ocurrió hace unos dos o tres años? Se cambiaron las funciones de estos vigilantes a jardineros. «Se les encerró en un vivero y dejaron de hacer labores de vigilancia e inspección de los puntos de vertido. Al no haber vigilancia, los residuos se fueron acumulando. La gente sigue viviendo allí en condiciones bastante lamentables, porque es la ribera de un río que se inunda cuando crece el agua.

Un actuación integral

Por ello, los ecologistas confían en una actuación integral que sirva para sanear el río y realojar las familias «cuidando todos los derechos sociales que puedan tener. Pero que se elimine ese poblado y se controlen los accesos desde la A-5, porque al final puede meterse más gente ahí a seguir tirando escombros. Nosotros no queremos echar a patadas de allí a la gente. En este último año, el Ayuntamiento de Móstoles ha enviado órdenes de derribo a las familias que tienen localizadas allí, pero sin solución habitacional. Es decir: tienes que derribar tu vivienda en el plazo de 10 días. Si no la derribas, en tanto tiempo llegaremos y la derribaremos, cargándote el coste a ti. Esta es un solución con poco tacto social. Han conseguido que se fueran varias familias, pero recurriendo al miedo institucional».

Y es que gran parte de los problemas viene de la mala gestión del Parque Regional por la Comunidad de Madrid. Tarde o temprano, dicen los ecologistas, «se tendrán que quitar las chabolas de ahí. Lo que pasa es que no es rentable políticamente, porque es algo que no da fotos. Ya ha habido inundaciones y se ha tenido que realojar a los ocupantes porque se les habían abnegado las chabolas».

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