La «Semana de la Lucha por Tren» ha concluido en Madrid con una manifestación a la que han asistido cerca de 5.000 personas. La fecha coincidente con el «Día Internacional Contra el Cambio Climático» y que precede a la cumbre mundial del clima COP26, ha puesto en la agenda la necesidad de apostar por el tren, el medio de transporte con menores emisiones de gases de efecto invernadero.

Las organizaciones convocantes, Coordinadora Estatal por el Tren Público, Social y Sostenible; Alianza por el Clima; Rebelión por el Clima y Juventud por el Clima, con el apoyo de cerca de 80 colectivos sociales, sindicales y políticos, han denunciado que «las inversiones millonarias en Alta Velocidad y en infraestructuras para el transporte de carretera se contraponen con los graves recortes sufridos para el mantenimiento de los trenes regionales y de cercanías, que utilizan a diario  más de un 1.500.000 de viajeros en Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Sevilla, Asturias, Cantabria y otros núcleos metropolitanos». Asimismo, han reprochado que «los sucesivos gobiernos de PP y PSOE han destinado ingentes cantidades de dinero a financiar grandes obras destinadas a la Alta Velocidad y estaciones alejadas de los núcleos urbanos».

En palabras de José Luis Ordoñez de la Coordinadora Estatal por el tren público, social y sostenible «la manifestación lo que pretende es doblegar al gobierno de España, que de un giro en su política de Transporte situando al ferrocarril en el lugar que le corresponde, en el medio de transporte que más debe ser usado por el conjunto de la ciudadanía. Dejando la carretera, la aviación y los barcos como complementarios del tren, ir a pie o en bicicleta. Esos tres modos son los ecológicos y los otros complementarios en la transición ecológica que hay que abordar de inmediato. Por lo tanto, el Gobierno tiene que cambiar la política de transportes que está siguiendo hasta el momento», explica.

Frecuencias, trayectos y calidad

Mientras, los trenes regionales y de cercanías, usados por el 95 % de las personas usuarias del ferrocarril, sufren desde hace años un dramático recorte de frecuencias, trayectos, y calidad, al no garantizarse el mantenimiento necesario de las vías. Menos del 4 % del transporte de mercancías en nuestro país se realiza sobre raíles. Los núcleos de población más pequeños han visto cómo los trenes dejaban de parar en sus estaciones, obligando a sus habitantes a utilizar el vehículo privado para desplazarse. Esta es la realidad que narra Francisco Javier Domenech de la agrupación «Pueblos con el tren».

«Aparte de ser un servicio fundamental para las personas de nuestros pueblos, queremos esta infraestructura de transporte sólida para poder desarrollarnos en el futuro. Siempre las comunicaciones han estado emparejadas al desarrollo de los territorios y por eso necesitamos no perder el ferrocarril. Con nuestra línea Madrid-Cuenca-Valencia, con más de 100 años de historia, no podemos permitir la injusticia de que se desmantele y que el gobierno central y el autonómico de Castilla La Mancha no están defendiendo. Al revés, se está poniendo del lado de los que quieren desmantelarla y quieren eliminar nuestra línea por ser deficitaria. Pero servicios públicos los hay mucho más deficitarios y por eso no podemos perdernos», dice.

Por su parte, Pablo Muñoz, coordinador de Transporte de Ecologistas en Acción y portavoz de la Coordinadora Estatal por el Tren Público, Social y Sostenible ha afirmado que «los trenes regionales y de cercanías son fundamentales para la movilidad entre pequeñas poblaciones. Si de verdad el Gobierno quiere hacer frente a la emergencia climática, hay que apostar por el ferrocarril público convencional para pasajeros y mercancías, y dejar atrás la alta velocidad y la carretera”.

Ferrocarril o AVE, la disyuntiva

La decisión de elegir el modelo de ferrocarril o AVE ha perjudicado mucho a las zonas periféricas. «Por ejemplo, desde Sevilla a Gijón ahora mismo está cortada la línea entre las localidades de Plasencia y Astorga- hay 250 kilómetros sin ferrocarril- porque en su día, en 1985, se apostó por el vehículo privado y hoy, ya declarado el cambio climático, tampoco parece que en los presupuestos se vaya a mejorar mucho el ferrocarril. En concreto para este ni siquiera hay una partida para hacer un estudio informativo para la reapertura de la Vía de la Plata», lamenta Julio César Tintos de «Movimiento por el tren Ruta de la Plata».

El diputado de Unidas Podemos y coordinador de Alianza Verde, Juantxo López de Uralde, que se encontraba acompañado por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, quien no ha querido realizar declaraciones para que «el protagonismo sea de las plataformas», ha destacado que «es un día en que hay que estar en la calle exigiendo medidas para reducir las emisiones para evitar un cambio climático catastrófico. En ese sentido, la reivindicación del tren como un transporte de movilidad sostenible es verdaderamente necesaria hoy porque el transporte es el sector que más está incrementando sus emisiones y necesitamos impulsar una forma de transporte que sea primero socialmente accesible y segundo sostenible desde el punto de vista del cambio climático. Y sin lugar a dudas ese transporte es el tren».

Semana de Lucha por el Tren

La «Semana de Lucha por el Tren» también ha puesto de relieve la emergencia climática que nos obliga a poner medidas urgentes para reducir emisiones de gases de efecto invernadero. El transporte es el responsable de casi el 30 % de las emisiones. Y el ferrocarril eléctrico, convencional, es el medio de transporte ideal para reducir las emisiones y mitigar el cambio climático. Para las organizaciones, «es incomprensible que el Gobierno no actúe de forma urgente para promover el tren, tanto de mercancías como de pasajeros, para cumplir los compromisos asumidos de reducción de emisiones».

Durante el confinamiento de 2020 se suprimieron servicios regionales. A día de hoy dichos servicios «no se han recuperado, expulsando de esta manera a usuarios habituales del tren, que deben utilizar medios de transporte más contaminantes, porque no pueden ir y volver a su municipio en la misma jornada, como hacían antes de la pandemia» concluyen las organizaciones.

Ahora consideran que la vertebración del territorio y la lucha contra el cambio climático deben ser las prioridades que orienten las inversiones públicas en el transporte y dicen que promover el ferrocarril convencional es una necesidad urgente para construir una sociedad más sostenible, equitativa y resiliente.

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