Los partidos emergentes rechazan imitar el funcionamiento de Nuevas Generaciones y Juventudes Socialistas por considerarlo obsoleto y poco productivo. Iglesias deja la iniciativa a las bases, que por su cuenta articulan círculos jóvenes en autonomías y municipios. Rivera presentará en los próximos meses un proyecto para crear la facción juvenil naranja.

Continuamos llamándolos emergentes, pero cada vez hay menos motivos para ello. Podemos y Ciudadanos hace tiempo que emergieron y no hay ningún síntoma que haga presagiar que alguno de ellos será flor de un día, más bien todo lo contrario. Después de dos años de intensa actividad, han logrado implantarse por toda España, obtener representación en los cinco niveles de la administración y consolidarse muy por encima del 10% de respaldo electoral, tradicional techo de las formaciones que en otros tiempos se enfrentaron a PP y PSOE.

El multipartidismo se afianza, Podemos y sus aliados acarician ya el segundo puesto y nada hace pensar en un cambio del statu quo a medio plazo. Así las cosas, las formaciones de Pablo Iglesias y Albert Rivera están abordando ya el siguiente paso para apuntalar su estructura: dotarse de una facción juvenil. Tras abrir delegaciones por toda la geografía nacional y sumar a decenas de miles de afiliados, solo les falta eso para que sus aparatos tengan poco que envidiar a los de populares y socialistas.

Tanto Podemos como Ciudadanos rechazan la configuración de unos entes al estilo de los tradicionales -Nuevas Generaciones (NNGG) o Juventudes Socialistas de España (JSE)-. Consideran que así se obstaculiza la participación política de los más jóvenes y se establece una diferenciación por edades poco procedente. La dirección del partido morado, de hecho, deja la iniciativa de la organización juvenil a las bases, que en este tiempo han impulsado varios de los denominados círculos jóvenes de forma espontánea y sin tutelas de la cúpula. Dos de los proyectos más recientes, Marea Joven -de ámbito autonómico madrileño- y Jóvenes en Pie -transversal, con simpatizantes de otros partidos-, sí han tenido el padrinazgo de dirigentes de Podemos, pero su implicación no ha pasado de ahí.

“No hemos apostado por una estructura de juventudes al uso porque entendíamos que ese era uno de los problemas de los partidos tradicionales en cuanto a participación política y regeneración democrática”, explica Eva Muñoz, responsable de políticas de juventud en la formación morada. Podemos es una formación “donde muchos de los que están en cargos de responsabilidad, institucionales u orgánicos, son muy jóvenes y probablemente si hubiéramos tenido un órgano aparte para ellos no hubieran participado como lo han hecho en la toma de decisiones ni en el día a día de la actividad política”. Y así quieren que siga siendo.

Unidos Podemos arrasa entre los jóvenes en el preelectoral del CIS: 15’7 puntos de ventaja en intención directa de voto sobre el segundo

Ella misma es un claro ejemplo. Con 25 años entró a formar parte del consejo ciudadano estatal -noviembre de 2014-, el máximo órgano del partido entre asambleas, y a asumir la citada área de políticas de juventud. Pero no es ni mucho menos la excepción en un partido cuyo líder no ha cumplido los 38 años y el número dos, Íñigo Errejón, cuenta con 32.

Podemos es un partido que fue impulsado por jóvenes, que dedica uno de sus ejes discursivos a denunciar los problemas de esos ciudadanos que han visto sus expectativas frustradas por la crisis y que tiene su nivel de apoyo electoral más alto en ese espectro. En el barómetro preelectoral del CIS, difundido el jueves, las candidaturas de Iglesias arrasan en intención directa de voto (IDV) en el nicho de los que tienen entre 18 y 24 años y en el de los que tienen entre 25 y 34. Obtiene el apoyo del 27’7% y 27’2%, respectivamente, muy por delante del segundo (PSOE), que se lleva el 12% y el 11’1%.

Muñoz considera que la energía de los más jóvenes es fundamental en una organización política y deben darse facilidades para que se expresen y tengan peso a la hora de dirigir la nave. “Es necesario escuchar los discursos más novedosos o renovadores, es una de las vacunas que pueden tener los partidos para no acomodarse ni alejarse de sus ideas; nos gusta que la gente joven se involucre en todas las estructuras del partido”, razona.

En estas condiciones, se hace difícil cuantificar el número de jóvenes que se han afiliado a Podemos. Su censo total de inscritos es actualmente de 429.175, si bien solo están activos la mitad, como se ha puesto de manifiesto en las últimas consultas internas. Un alto porcentaje de ellos son menores de 30 años, pero el partido asegura no poder concretar cuántos. Tampoco tienen datos de los miembros de los círculos jóvenes, por esa horizontalidad que impera a la hora de organizarse y que hace tener “una estructura compleja de medir”. “Los círculos son espacios autónomos que se configuran por iniciativa propia de la gente y ahora estamos en un proceso de validación de esos círculos y de recuento, los hay en muchas comunidades y también en algunos municipios”, añade Muñoz.

Ciudadanos ultima un proyecto

Ciudadanos, en cambio, sí está planeando la confección de una rama juvenil desde la dirección. Al frente del proyecto está Melisa Rodríguez, cabeza de lista por Santa Cruz de Tenerife y responsable de la secretaría de juventud. Rodríguez, una de las figuras del partido que más peso está ganando interna y mediáticamente, ha estudiado los modelos de partidos hermanos de C’s -los que se encuadran dentro del grupo liberaldemócrata en el Parlamento Europeo- para tomar ideas.

La diputada por Tenerife, Melisa Rodríguez, está al frente del proyecto para construir una rama juvenil en Ciudadanos

“Estamos en una fase de reestructuración y después del próximo congreso nacional de Ciudadanos propondremos una nueva forma de organizarlo, pero la idea es evitar el modelo de duplicidades de los partidos tradicionales; no queremos que haya un organigrama espejo para los más jóvenes, sino que estén totalmente integrados y cuenten con los mismos derechos que cualquier otro afiliado”, manifiesta en conversación con este diario. La dirigente naranja prefiere no decir qué modelo de los analizados les ha gustado más –“no creo que deba decirlo”- pero sí aclara que la intención es evitar “sectorizar” por edades y poner el foco en la “formación”.

“Queremos que los afiliados jóvenes tengan un plus, acceso a formación, a información, proyección y visión internacional”, explica Rodríguez, una de las personas que lanzó la agrupación de Ciudadanos en Tenerife hace ya dos años. Así, planean organizar diversos cursos, talleres y seminarios, en España y en el extranjero, que enriquezcan a esas nuevas generaciones llamadas a tomar las riendas en unos años.

Al igual que Podemos, el partido naranja considera la fórmula de NNGG y JSE “un impedimento” para la proyección de los jóvenes. “Funcionan por cuotas asignadas, con todo muy reglado y estructuras duplicadas, nosotros creemos en un modelo que garantice el acceso a listas y puestos de responsabilidad por capacidades y no por cuotas, con democracia interna y garantizando la interrelación entre personas de todas las edades”, argumenta la dirigente de C’s.

Tampoco la formación de Rivera tiene contabilizados el número de jóvenes que están afiliados a su proyecto. La militancia total superó en marzo los 32.000 miembros y muchos de ellos estarían en la franja 18-35, la que se empleará para constituir la facción juvenil en breve. Ahora, las agrupaciones de jóvenes que se han constituido en algunas comunidades autónomas, tienen el límite de edad en los 30 años. Todas ellas quedarán integradas en la nueva organización.

NNGG y JSE sí tienen datos

Las ramas juveniles de PP y PSOE, por su parte, rechazan las críticas de los nuevos partidos y defienden su modelo de organización, que consideran un éxito. Además, dan sin problemas los datos de afiliación: 60.000 en el caso de Nuevas Generaciones y 19.741 en el de Juventudes Socialistas. Este último dato no tiene en cuenta a los militantes catalanes, que forman parte de una federación autónoma, como ocurre con el PSOE y el PSC.

“Nuestra organización está presente en todos los órganos de dirección, a todos los niveles. El presidente de NNGG de Barbate forma parte del Comité de Dirección del PP de Barbate y así hasta la dirección nacional, donde estoy yo como presidenta nacional de Nuevas Generaciones”, arguye Beatriz Jurado, la número uno de esta facción desde 2011. Jurado añade que la participación política de los jóvenes está garantizada y así lo demuestra “la cantidad de concejales, diputados autonómicos, diputados nacionales y senadores que tenemos”, así como la presencia en la primera línea de Génova de antiguos miembros de NNGG, como Pablo Casado o Javier Maroto.

Asimismo, presume de la independencia y autonomía con que trabajan, desarrollando sus propias campañas y actividades al margen de Génova. “Estamos coordinados con el partido, pero tenemos nuestro propio tono y discurso, otra manera de difundir nuestros mensajes, de usar las redes sociales… Y además de política hacemos todo tipo de cosas de interés para el público joven”, continúa.

Las Nuevas Generaciones del PP cuentan con 60.000 militantes; las Juventudes Socialistas del PSOE, con 20.000

También Nino Torre, secretario general de Juventudes Socialistas, saca pecho de su organización. Con casi 20.000 miembros y 1.237 agrupaciones locales repartidas por toda España -más la estructura de Juventudes del PSC-, se trata de una asociación muy presente en la sociedad civil y organizativamente independiente de Ferraz. “Militar en Juventudes no implica militar en el PSOE, al contrario de lo que ocurre con Nuevas Generaciones y el PP. Aquí si quieres afiliarte a los dos, puedes hacerlo, pero no por meterte en la primera pasas a formar parte también de la segunda”, explica Torre, diputado regional en Asturias.

El líder de JSE saca pecho también de la autonomía de su organización. “Tenemos estatutos propios, una sede diferente y también diferencias en cuestiones programáticas”, defiende Torre. No son una sucursal del PSOE, aunque mantengan una estrecha vinculación histórica -de más de un siglo- que establece, por ejemplo, que los secretarios generales de Juventudes sean miembros natos de las Ejecutivas socialistas. Torre forma parte de la de Pedro Sánchez, como el líder de JSE en Extremadura forma parte de la de Guillermo Fernández Vara. También tienen sus propias delegaciones en los congresos, así como en el Comité Federal y los Comités Regionales y Provinciales.

“Así se garantiza la presencia de los jóvenes en la primera línea, los que no tienen este mecanismo, como Ciudadanos, se encuentran con direcciones en algún sitio donde todos los miembros tienen más de 30 o 40 años”. Torre explica que una de las obsesiones de su organización es la formación y al menos dos veces al año organizan escuelas sectoriales donde se aborda algún tema de actualidad -empleo juvenil, medio ambiente, educación pública…- que se combina con cursos más técnicos -de comunicación política, oratoria, derecho parlamentario…-. Además, son frecuentes también los “foros institucionales” donde cargos públicos que Juventudes Socialistas tiene por toda España ponen en común su trabajo e intercambian experiencias. “Es un capital enorme que tratamos de aprovechar al máximo”.

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