• “Se vendió a la población la idea de un hospital a la puerta de cada domicilio, con el acuerdo de grandes constructoras que se encargaban de la explotación de los servicios no sanitarios, pero eso no respondía a una necesidad sanitaria real. (…) El que se lleva la palma en cuanto a falta de justificación es el de Collado-Villalba.
• «El gasto sanitario por habitante en Madrid está 100 euros por debajo de la media nacional».
• “Se ha concentrado el sector de la salud laboral en muy pocas manos, y esto no es bueno en ningún sector económico (…) Es un procedimiento que ha tenido sus déficits de transparencia”.

Daniel Álvarez, reputado gestor hospitalario, licenciado en Medicina y Derecho y con un puesto de dirección en el Ramón y Cajal, estaba cada vez más desencantado con la situación política. “Cuando se puso en marcha Ciudadanos, empecé a asistir a los actos y me gustó tanto lo que se defendía como la forma de hacerlo, así que a principios de año me ofrecí y me propusieron formar parte de la candidatura”. Cree en el debate de ideas y no en el intercambio de acusaciones, pero eso no quiere decir que no se moje en los temas fundamentales de la Sanidad madrileña, que ha vivido desde dentro.

¿Cómo ves la situación general de la Sanidad en Madrid?

El escenario político va a permitir que el Gobierno de la Comunidad de Madrid tenga otra actitud, ya sea por convicción o por necesidad. Va a acercarse a otras fuerzas políticas y a los profesionales y el conjunto de la sociedad, porque las medidas que se aprobaron durante el mandato de Ignacio González generaron mucho malestar entre los profesionales sanitarios y mucha incertidumbre.

Esperamos recibir propuestas sensatas orientadas a mantener el carácter público del sistema, a no avanzar en el terreno de las privatizaciones, a buscar la eficiencia, dando la mejor respuesta con los recursos disponibles, y a incrementar el presupuesto. Porque recordemos que el presupuesto sanitario se ha reducido en más de 1.000 millones de euros en el último quinquenio y que el gasto por habitante en Madrid está 100 euros por debajo de la media nacional. Si Cristina Cifuentes se desvía de eso, que es lo que acordó para su investidura, nos va a tener en contra.

«Si Cristina Cifuentes se desvía de los compromisos de la investidura, nos va a tener en contra», afirma @daalcabo

Usted viene del Ramón y Cajal y ha vivido en sus carnes ese malestar, ¿a qué se refiere exactamente?

Los profesionales, también yo, vimos reducido nuestro sueldo en 2010, cuando gobernaba el Partido Socialista, y desde entonces no lo han vuelto a subir. Esa falta de progresión salarial se vio acompañada de una reducción de plantilla y, además, el modelo sanitario se vio en entredicho con el intento de privatización de los seis hospitales que se habían construido con el modelo PCI.

Esa incertidumbre se mantiene con los hospitales del modelo Alzira, principalmente los de quirónsalud. El de Collado-Villalba supone un problema para los hospitales de Puerta de Hierro y El Escorial. Hay dos sistemas paralelos.

El problema de fondo es que no ha habido una planificación de los centros hospitalarios en Madrid. La política sanitaria debe planificar las infraestructuras en función de las necesidades de la población, y no parece que fuese ése el criterio con la creación de los nuevos hospitales por parte de la Consejería. Se vendió a la población la idea de un hospital a la puerta de cada domicilio, con el acuerdo de grandes constructoras que se encargaban de la explotación de los servicios no sanitarios, pero eso no respondía a una necesidad sanitaria real.

Hay que recordar que el grueso de la población de Madrid se concentra en un radio de 35-40 kilómetros de la capital, que desde el punto de vista del desplazamiento, lo que se denomina isocronas, era muy razonable, y quizá hubiera que haber invertido más en los grandes hospitales que se han quedado parcialmente descapitalizados. El que se lleva la palma de la falta de justificación es el de Collado Villalba. Se creó un magnífico hospital como el de Puerta de Hierro, trasladando un centro con una amplia trayectoria, y se incrementaron las camas. E incluso habiendo otro hospital cercano, como el de El Escorial, se construye el de Collado Villalba. No tenía mucho sentido.

«El hospital que se lleva la palma de la falta de justificación en Madrid es Collado Villalba», asegura @daalcabo

Además de estas privatizaciones hay otras, como el call center o las pruebas diagnósticas…

Está bien que se faciliten los medios para obtener cita, con independencia de la titularidad del servicio. Habría que tener claro cómo se adjudicó el servicio, si fue un concurso transparente y con igualdad de oportunidades. Pero la clave no es que de forma deliberada se estén redirigiendo citas a determinados centros privados. Es un problema más de fondo: Los hospitales públicos tradicionales no tienen la autonomía de gestión suficiente para contratar profesionales cuando observan una necesidad. En los cinco años que estuve en el Ramón y Cajal, si veíamos una lista de espera, no teníamos autonomía para contratar una consulta adicional. Los  hospitales concesionarios tienen una autonomía de gestión que sí les permite contratar profesionales en función de si hay o no demanda.

Así que se les ha permitido ser más autónomos que los públicos.

Tienen una ventaja competitiva en la autonomía de gestión que les permite dar citas con menos plazo. Como ellos cobran una asignación, la gestionan. Los gestores de los hospitales públicos se han convertido en meros administradores sin capacidad de maniobra.

¿Ven posible revertir las concesiones?

Habría que estudiarlo. Revertir de forma drástica las concesiones puede tener problemas desde el punto de vista jurídico o económico si de forma unilateral la administración las rescinde. Porque probablemente se les concederían indemnizaciones.

Otra cosa que a menudo pasa desapercibida son las derivaciones de prueba de radiodiagnóstico. Queremos hacer desaparecer progresivamente la concertación y creemos que hay margen para que la asuma el sistema público, trabajando por las tardes y los fines de semana. En el acuerdo de investidura hay un compromiso de avanzar en ese terreno, aunque posiblemente el compromiso sea más tímido del que nos gustaría. Nuestra pelea política va a ser concretarlo durante la tramitación de los presupuestos, a partir del mes de octubre. Hay contactos preliminares pero aún no hemos visto cifras concretas.

«Queremos que el sistema público asuma el radiodiagnóstico trabajando tardes y fines de semana», subraya @daalcabo

 

Lo lógico es que os apoyéis en otras fuerzas para presionar…

Hemos apoyado una investidura a la lista más votada, pero no es un acuerdo a largo plazo. Si hay coincidencias programáticas con PSOE y Podemos, les apoyaremos a ellos.

Lo que no tiene sentido es que el PP no esté yendo a los plenos con todo lo que llevan a la cámara totalmente negociado…

No están acostumbrados. No tienen el hábito de negociar porque no han tenido la necesidad de hacerlo. Tienen que acomodarse a un nuevo escenario porque, sin ayuda, no van a sacar adelante ninguna iniciativa legislativa.

También podéis presentar vuestras propias propuestas de ley con otros grupos, aunque no sea habitual.

Ya se ha visto con la comisión de estudio de la deuda y la comisión de investigación de la corrupción. Estamos también tramitando de manera conjunta la derogación de la ley de vivienda rural sostenible, donde posiblemente llegaremos a un acuerdo entre las fuerzas de la oposición. Pero recordemos que todas las propuestas de ley con un impacto presupuestario exigen del acuerdo del Gobierno y es la mesa de la Cámara la que decide finalmente. Aunque es una situación que no se ha dado en los últimos 20 años. Está claro que va a ser un escenario más interesante y más útil para los ciudadanos.

Todavía no hay suficiente transparencia por parte del Gobierno. El diario de sesiones está lleno de solicitudes de información que no se cumplen. El otro día Ciudadanos reconoció que no sabía ni siquiera cuántos directivos hay en Telemadrid.

Quiero pensar que aún no se han dado cuenta de que es un escenario diferente. Es verdad que ha habido por el momento poca actividad. Espero que la actitud del Gobierno sea diferente. Dos puntos del acuerdo de investidura están relacionados con la transparencia. En Sanidad, había un compromiso de publicar los datos e indicadores de gestión de todos los centros, para que los ciudadanos puedan ejercer la libre elección con datos, y que los médicos de atención primaria también tengan acceso a esa información. Hay que ver cómo lo llevan a la práctica.

También habéis luchado por mejorar la atención primaria.

Hay un compromiso expreso de incrementar un 4%, en 30 millones de euros, la atención primaria. Defendemos, por ejemplo, la incorporación de psicólogos en atención primaria, o cubrir mejor suplencias o bajas. El segundo año, deberían ser acumulativos y progresivos. 60 millones el año siguiente, 90 el próximo y 120 el último de la legislatura.

¿Cómo puede haber más innovación tecnológica en sanidad?

Tiene que ser de forma planificada, sistematizada y mediante simbiosis con la industria. Madrid es un sitio con un nivel de conocimiento científico-técnico muy importante del que también se benefician las empresas. El Gobierno de la Comunidad de Madrid tiene que poner en marcha un plan regional de innovación en Sanidad y pronto pediremos cuentas de qué pasos se están dando.

Hay una inequidad en las prestaciones entre comunidades autónomas pero también, en la propia comunidad, dependiendo de cuál es tu hospitalidad de referencia. Un fármaco puede estar utilizándose de forma rutinaria en el hospital A, y no en el B. Defendemos la creación de una comisión de farmacia autonómica para que los nuevos medicamentos se utilicen de forma simultánea en todos los centros de la Comunidad de Madrid.

¿Qué os parece la decisión de dar cobertura a los irregulares? Ciudadanos siempre ha coincidido con la visión de la Unión Europea de dar cobertura sólo de urgencias, a embarazadas y a niños. ¿Vais a mantener la línea que habéis mantenido hasta ahora de ceñiros a los mandatos de la UE?

En la forma, no estábamos de acuerdo con que la Comunidad de Madrid dictara una norma autonómica más. Defendemos la equidad en el acceso a las prestaciones entre las distintas comunidades autónomas. Por eso nos abstuvimos, lo que permitió que saliese la propuesta de PSOE y Podemos.

En la UE hay una regulación muy heterogénea, pero incluso en los países más permisivos y con una gran cartera de servicios, como Francia o Países Bajos, hay una serie de requisitos, como un determinado arraigo, un número de meses de empadronamiento. Un acceso universal incondicional no existe en ningún país de la UE y no hay ninguna política uniforme.

Cifuentes ha adelantado al Gobierno por la izquierda. Lo ideal hubiera sido que la iniciativa del Gobierno se hubiese acordado en el Consejo Interterritorial que se celebró en julio. Tiene que haber haber un registro de carácter nacional y las condiciones del acceso a la asistencia tienen que pactarse para que sea indiferente para el inmigrante irregular residir en una comunidad u otra.

«Un acceso universal incondicional no existe en ningún país de la UE», indica @daalcabo

No apoyáis entonces el repentino modelo de universalización de Cifuentes…

La forma en que se ha planteado no tiene ningún sentido. En los servicios de salud, el paciente en esta situación no tiene ninguna identificación, no se le puede extender una receta, no se le puede derivar a un especialista. Se ha establecido una barra libre, con la instrucción que se mandó por parte del director general de coordinación asistencial, pero que no es fácil de llevar a la práctica. Y está habiendo interpretaciones desiguales en los distintos centros de salud.

A toro pasado, ¿qué hemos aprendido de la crisis del ébola en Madrid?

Que un tema tan trascendente hay que tratarlo con más cuidado. No se puede cuestionar el trabajo de 70.000 profesionales que hacen muy bien su trabajo. Problemas de salud tan relevantes tienen que centrarse en lugares muy concretos con la seguridad adecuada. Por último, hay que centrarse en el debate científico y sacarlo del ámbito político. Muchos agentes de opinión no lo trataron de forma adecuada. Con independencia del ruido mediático, hay determinados aspectos en los que se hizo muy bien.

Con la privatización de las sociedades de prevención de las mutuas se ha permitido la creación de un coloso en el sector. Quirónsalud, el gran privatizador de la Comunidad de Madrid en tiempos de Aguirre y Gallardón, controla ahora uno de cada tres examenes de salud a trabajadores en España.

Viendo la sucesión de acontecimientos, parece que las previsiones del Gobierno no estaban muy fundamentadas. Intentaron desgajar estas sociedades de la actividad ordinaria de las mutuas para que quedara claro el destino del dinero que éstas reciben, y era una demanda de las sociedades privadas, que consideraban que esto atentaba contra la libre competencia. Con esto, el Gobierno creía que iba a mejorar la libre competencia, que es en lo que nosotros creemos. Pero se ha concentrado el sector en muy pocas manos, y esto no es bueno en ningún sector económico. Las cuatro primeras sociedades las ha adquirido el mismo grupo. Es un procedimiento que ha tenido sus déficits de transparencia.

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