A raíz de las noticias aparecidas en distintos medios de comunicación sobre la utilización de animales silvestres en las cabalgatas de Reyes en distintos ayuntamientos españoles y como consecuencia de la creciente sensibilidad social al respecto del sufrimiento animal, desde la Fundación Franz Weber, con el apoyo de un extenso grupo de personas especialmente vinculadas al mundo de la cultura y las artes escénicas, han decidido dirigir su propia carta a alcaldes y alcaldesas, cargos electos y técnicos de las administraciones locales «con el propósito de mostrar una argumentada oposición al mantenimiento de estas prácticas en pleno siglo XXI. Por razones científicas y éticas, los espectáculos con animales silvestres han dejado de ser legales en muchos países, comunidades y ciudades del mundo».

Entre quienes se han adherido a la solicitud de la Fundación Franz Weber destacan Nathalie Poza, Fernando Tejero, Unax Ugalde, Inma Cuesta, Leticia Dolera, Carlos Bardem, Koldo Serra, Ana Belén, Beatriz Rico, Adriana Ozores, Gracia Querejeta, Emma Suárez, Nur Al Levi, Antonia Sanjuan, Toni Acosta, Carolina Yuste, Goya Toledo, Antonio de la Torre, Fele Martínez, Monica Cruz, Chema Adeva, Eduardo Casanova, María León, Miren Ibariguren, Belen López, Camila Jurado o Alejandro Palomas.

Denuncian que en los circos o los espectáculos en zoos y acuarios se expone a los animales al bullicio y el ruido, y son forzados a mostrar comportamientos distintos a los previstos por su propia naturaleza, que se consiguen siempre a través de entrenamientos que distan mucho de su etología de aprendizaje natural. «Así, estos espectáculos son, a día de hoy, los coletazos de un pasado sombrío, de una sociedad humana que todavía vivía en la oscuridad del conocimiento científico, de espaldas a la ética y, por supuesto, a las decisiones políticas que toda ciencia y toda ética deben traer asociadas. Esta tendencia al cambio es una buena noticia, en la medida que pueden prevenirse accidentes que acaban, muchas veces, con personas fallecidas o gravemente heridas, y con animales abatidos, destrozos materiales y la alarma social siempre asociada a estas desgracias»

Por estas razones, poco a poco, algunos municipios españoles y de todo mundo han ido desarrollando nuevas y mejores formas de alegrar las fiestas y las calles de sus ciudades con eventos de mayor calidad, generando más trabajo para artistas de distintas disciplinas, fomentando las artes humanas y, sobre todo, proyectando una educación basada en valores y empatía, y sin sacrificar el espíritu festivo colectivo, fundamental en nuestra naturaleza humana. «La capacidad de sentir no es exclusiva del ser humano. Todos los mamíferos, los ovíparos e inclusive los cefalópodos, son seres con capacidad de entender su entorno, sentir deseos, tener preferencias sociales y sensitivas, distinguir un golpe de una caricia, sentir el frío, el hambre, el calor, el miedo y, también, el amor. La naturaleza los dotó de un complejo sistema nervioso centralizado en un cerebro, y lo hizo, a diferencia de las plantas, para que puedan decidir si quedarse o moverse de un lugar en función de esa capacidad de sentir las diferencias y de poder elegir. Los seres humanos también podemos elegir cuál queremos que sea nuestra relación con el resto de la naturaleza. Siempre fue importante, pero hoy es imprescindible», concluyen.

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