David Cameron participó en un rito sexual con un cerdo durante su época de estudiante. O al menos eso es lo que asegura una biografía no autorizada del primer ministro británico, que ha generado una fuerte polémica en su país.

El libro se titula Call Me David (Llámame David) y fue escrito por la periodista Isabel Oakeshott y por un antiguo amigo y compañero de Cameron, Lord Ashcroft, al parecer resentido con éste por haberse olvidado de él cuando diseñó en Gobierno en 2010.

Según los extractos publicados por el diario sensacionalista Daily Mail, Cameron pertenecía a un grupo universitario de Oxford llamado Flam Club que se dedicaba a consumir drogas, como marihuana y cocaína, y a cometer “excesos sexuales”, entre los que se incluía el de introducir el pene en la boca de un cerdo muerto.

Una fuente “no fiable” del diario británico The Huffington Post ha asegurado que el conservador Cameron participó en una ceremonia de iniciación para entrar en el club universitario Piers Gaveston, durante la cual «introdujo una parte íntima de su cuerpo» en la boca del cerdo. Las fuentes aseguran que pueden aportar fotografías que lo demuestran.

Una de las consecuencias de este “caso”, que ya ha sido bautizado como el Piggate, es su difusión por Internet, hasta el punto de que ya se ha credo una cuenta de Twitter (@CameronPig) exclusivamente sobre este tema que ha alcanzado los primeros lugares del Trending Topic.

Las burlas se han multiplicado en cuanto los espectadores de la popular serie británica Black Mirror han recordado que, en el primer episodio, un grupo terrorista secuestra a un miembro muy querido de la Familia Real inglesa y exige al primer ministro de Reino Unido que mantenga en directo relaciones sexuales con un cerdo a cambio de su liberación. El creador de la serie, Charlie Brooker, no dudó en escribir varios tuits al respecto en los que asegura que no sabía nada antes de escribir el episodio.

En uno de estos tuits, el creador expresa su esperanza de que el próximo episodio en hacerse realidad no sea White Bear, un episodio en el que muchos de los británicos se convierten en zombies sin alma incapaces de hacer otra cosa que no sea grabar las atrocidades que suceden con el móvil. ¿Ironía?

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