Airbnb mantiene un secretismo absoluto sobre los datos financieros de su negocio. El gigante del alquiler turístico online no cotiza en bolsa, así que no tiene obligación alguna de hacer públicos las cifras de su actividad. Y, de hecho, se guarda mucho de dar pistas al público de cómo van sus finanzas.

Algunos detalles sobre sus cuentas se han ido conociendo con cuentagotas gracias a las presentaciones realizadas por la propia Airbnb ante inversores en el marco de las varias rondas de financiación ejecutadas por la compañía para captar fondos en los últimos años. La última de esas rondas de financiación valoró la compañía en 25.500 millones de dólares (unos 22.560 millones de euros al cambio actual), lo que supone por ejemplo que superaría la capitalización de 29 de los 35 de los valores del Ibex español.

Y en la documentación presentada en esa última ronda también se recogía la previsión de Airbnb de que cerraría el año pasado con unos ingresos de en torno a 900 millones de dólares, fruto de las comisiones que cobra tanto de los dueños de las casas como a los huéspedes. La compañía no desvela si esas estimaciones se cumplieron en 2015 (ni siquiera confirman que esa fuera su hoja de ruta), pero nuevas previsiones también externas y no ratificadas por la empresa apuntan a que el negocio volverá a dispararse este año.

Airbnb gestionará reservas a lo largo de 2016 por un importe conjunto de 12.300 millones de dólares (unos 10.800 millones de euros), según un informe del banco de inversión Cowen & Company, adelantado por el portal Tnooz. Un enorme imporque que abonarán los 129 millones de huéspedes que utilizarán su plataforma para alojarse en las cerca de 1,5 millones de viviendas anunciadas (millón y medio de apartamentos repartidos en 35.000 ciudades de 190 países. Y sólo siete años después del nacimiento de la plataforma)

Y de esos más de 12.300 millones de dólares Airbnb se quedará con un pellizco de unos 1.600 millones (más de 1.420 millones de euros) mediante el cobro de comisiones por poner en contacto a dueños de viviendas y turistas.  El negocio del grupo norteamericano se fundamenta en el cobro de una comisión del 3% del importe del alquiler al propietario que alquila y otra de entre un 6% y un 12% al viajero en función de la duración de la estancia. Esto es, entre un 9 y un 15% del importe total que abonan los huéspedes por el alquiler acaba en las arcas de Airbnb.

La evolución de las cuentas de Airbnb es fulgurante. Esos 1.600 millones que podría ingresar este año supondrían multiplicar por seis la facturación de la compañía en sólo tres años (las ventas de 2013 fueron de 250 millones de dólares). Y suma y sigue, porque las previsiones de la compañía contemplarían alcanzar los 10.000 millones de dólares en 2020.

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