Estamos llegando a un punto de inflexión anual bastante más relevante de lo que pudiera parecer en un principio. A estas alturas del año, situándonos a finales de mayo, podemos afirmar que la complejidad del entorno económico en el que nos encontramos es bastante más difícil de proyectar que hace unos meses.

Con unas subidas tan pronunciadas desde que comenzamos el año, lógicamente la mayoría de los inversores están esperando una corrección que no tenga por qué significar un cambio de tendencia, sino un respiro de toda esta gran onda alcista.

Después de los acontecimientos que tenemos a la vuelta de la esquina, con unas elecciones anticipadas en el Reino Unido junto a la situación anual donde nos encontramos, pues al estar a las puertas del verano es lógico replantearse el conjunto de las inversiones activas.

Es cierto que durante el verano y en especial durante el mes de agosto, podemos afirmar con seguridad que el volumen negociado cae en picado y que las oscilaciones tienden a ser mayores, explicadas en gran parte por la irracionalidad de esta época estival.

Sin embargo no es del todo cierto la teoría que el verano siempre suele ser negativo para los mercados de renta variable, porque si echamos la vista atrás nos podemos encontrar también veranos alcistas, independientemente del descanso de los inversores y del volumen negociado de valores.

La conclusión que sacamos es que estas pequeñas correcciones, que sufrimos durante la semana pasada, es algo normal y lógico, porque llegado a este punto, es completamente previsible pensar que muchos inversores puedan sufrir de vértigo a las alturas, ya que no sólo por un componente estacional claro, sino por un periodo alcista que en ocasiones puede llegar aparecer desproporcionado.

Daniel García, analista de XTB

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