Mientras Antonio Miguel Carmona rellenaba una solicitud de empleo para que Esperanza Aguirre sea la nueva taquillera de El Circo del Sol, en la Asamblea de Madrid los reporteros congregados asistíamos a la función de un circo de tres pistas, y Telemadrid era el elefante de la carpa. Podemos aprovechó para recordar los estrechos lazos entre el ente público y Enrique Cerezo.

Telemadrid está politizada, ¿quién la despolitizará? Los periodistas habíamos acudido a la Asamblea con el objetivo de escuchar qué tenía que decir Ciudadanos sobre los cambios a los que se enfrenta la cadena autonómica. Pero el PP, veterano maestro de pista, había conseguido adelantarse a través de una oportuna filtración a El País sobre el anteproyecto de Ley que llevará al Pleno de mañana. Y no sólo eso, al terminar la intervención de Ignacio Aguado, el portavoz popular Enrique Ossorio aprovechó para conceder declaraciones a los medios. ¿El objetivo? Evidente: anotarse la regeneración del Ente como un logro de Cifuentes.

La pregunta que todos los periodistas se hacían y que nadie formuló en voz alta: «¿Por qué el PP quiere despolitizar Telemadrid después de veinte años politizándola?«. Suena a destruir la obra de toda una vida. Tampoco nadie preguntó a Ossorio, ni como cortesía hacia Aguado, cuántos directivos tiene la cadena, un dato que no tienen ni el partido de Albert Rivera ni los sindicatos. «Tras el ERE se nombraron nuevos altos cargos, pero no hay información oficial sobre cuántos directivos hay en total en Telemadrid, creemos que más de 30, pero no lo sabemos a ciencia cierta«, confiesan desde el gabinete de prensa del partido naranja.

Aguado presentó sus propuestas como el niño que descubre que el matón del colegio que le ha robado los deberes en el patio se los ha entregado antes a la profesora y, de repente, corre el riesgo de ser, él mismo, señalado como copión. Porque muchas de las iniciativas son tan similares que parece que uno u otro se las hayan encontrado en El Rincón del Vago. Como la reducción del Consejo de Administración de 9 a 7 miembros, la voluntad de despolitización y un modelo plural, profesional y sostenible que sea capaz de remontar los paupérrimos niveles de audiencia del Ente. 

Sin embargo, sí hay diferencias esenciales. La principal, que a pregunta de SABEMOS respondió Aguado de forma contundente, es que Ciudadanos no aprobará ninguna despolitización que no incluya una «condición sine qua non«, y es que las propuestas de nombramientos tienen que venir de organismos externos a la Cámara.

Desde Ciudadanos aseguran que con su apoyo no habrá dedazos, y que las asociaciones consultadas se sienten tan agradecidas como sorprendidas de que alguien haya pensado en ellas. Hasta ahora, Ciudadanos ha mantenido contactos con la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), la Federación de Asociaciones de Radio y Televisión, la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), y las academias de la televisión y la radio. Los cargos serán retribuidos en función de la asistencia al consejo y habrá un estricto régimen de incompatibilidades que impedirá que ninguno de sus miembros, todos con más de diez años de experiencia, sea propietario, por ejemplo, de una agencia de publicidad o productora.

La principal disensión, aunque tanto Ciudadanos como PP hablen de la necesidad de un acuerdo de mucho consenso, va a estar, precisamente, en cómo se nombran los cargos del consejo de administración. Ossorio se mostró dispuesto a estudiarlo, pero su propuesta no es esa, es una votación por mayoría cualificada de tres quintas partes de la Cámara. «La palabra ‘asociaciones’ no implica ‘despolitizar'», subrayó el portavoz popular, reciente experto en la materia. «Si vemos asociaciones profesionales que garanticen el pluralismo estaremos de acuerdo», subrayó el diputado, notable entendido también en pluralismo. Aunque algo de razón tiene. Cabe preguntarse si las asociaciones de la prensa en España, precisamente por el escaso papel que han representado durante los últimos años en la profesión, son realmente representativas de la misma. Pertenecer a la APM, por ejemplo, es una costumbre arraigada entre los periodistas madrileños por su ventajoso seguro médico, pero su rol, desde luego, no es el de antaño.

Ya que los portavoces estaban comentando la jugada, también se sumó a la fiesta el de Podemos. José Manuel López aprovechó para lamentar que sea, con la excusa del cambio legislativo, la vez en que más ha tardado en renovarse el consejo de la TV autonómica, y lo atribuyó al interés de que Telemadrid no sufra cambios, al menos hasta después de las elecciones generales, cuando el organismo y su mísero rating del 3,8% dejen de ser necesarios al PP y a Ciudadanos. Curioso, por cierto, que hablase de la campaña de «PP y Ciudadanos» como un todo. Probablemente, un recurso retórico también al servicio de esas mismas generales.

Tanto López como Aguado pusieron mucho énfasis en la necesidad de la producción propia, aunque el portavoz de Podemos fue especialmente duro con la programación actual y sus orígenes. «Telemadrid tiene que servir para la producción de cultura y no para emitir películas de vaqueros compradas no se sabe a quién y cómo. O sí se sabe, más bien«. Una pulla en toda regla a Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, productor cinematográfico y uno de los hombres que más se ha aprovechado del control popular de Telemadrid y a quien se ha querido involucrar en todo tipo de tropelías, desde la compra del ático a Ignacio González hasta la puesta en marcha de una película de Cantajuegos en la que estuvo involucrado Francisco Granados y su Púnica

«Hay contratos y vinculaciones un poco sospechosas, cuando todo lo que se compra es siempre al mismo productor y a los mismos proveedores. Es un hecho que llevamos denunciando desde hace mucho tiempo”, explica Luis Lombardo, miembro del comité de empresa de Telemadrid en representación de CCOO.

El sindicalista considera sobre la despolitización que las medidas que se tienen que tomar «han de ir más allá que una excusa o una sencilla medida cosmética para cambiar el número de consejeros”, y lamenta que nadie hable de «un modelo de futuro para la radiotelevisión pública». “Tenemos un informe bastante exhaustivo en este sentido. Nuestra propuesta se basa en que los consejeros han de ser independientes de los partidos políticos, que tengan un prestigio profesional que no genere ningún tipo de dudas con respecto a su independencia. El mundo académico está lleno de profesionales que cumplen ese perfil, y la sociedad en general también. No exclusivamente tienen que ser personas que sean referentes en el mercado audiovisual, sino también profesores de universidad y periodistas con una carrera dilatada, no siempre en primera línea», subraya Lombardo, que destaca que la mayoría cualificada propuesta por Cifuentes estaba, de hecho, entre sus propuestas. «En los próximos días tendremos que ir viendo qué opción toma cada partido, si son cambios profundos o de calado”.

De aquí a Navidad, no se preocupen, el circo seguirá abierto, y habrá que ver si al Partido Popular, nuevo adalid de una Telemadrid profesional, independiente y despolitizada, no le crecen nuevos enanos. En octubre se pone en marcha la comisión sobre corrupción de la Asamblea, y Telemadrid es, junto a la Sanidad, la Educación y el Canal de Isabel II, uno de los objetivos a seguir de cerca.

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