La entidad financiera se encuentra entre las compañías con más exposición a la evolución de la situación en Turquía tras el fallido golpe de Estado que se produjo en la noche del viernes al sábado. BBVA se ha dejado un 2,81% en bolsa en el primer día de cotización tras la revuelta militar turca, una jornada que ha concluido con el Ibex 35 prácticamente plano con respecto al viernes.

“BBVA está entre los bancos más expuestos a la situación en Turquía”, explica a SABEMOS el economista y analista de ING Research Geoffrey Minne. En concreto, apunta, su participación del 39,9% en el banco turco Garanti supone un 5% de su balance, mientras que el 14% de los últimos beneficios del banco español llegó desde el país del Bósforo.

Geofrey Minne, economista de ING Research: “BBVA está entre los bancos más expuestos a la situación en Turquía”

Los mercados ya han percibido los riesgos a los que se enfrenta BBVA como accionista de Garanti, el segundo banco más importante de Turquía, y han descontado que la inestabilidad política tras el golpe de Turquía añade un punto de incertidumbre a su negocio. Como muestra de este recelo, la entidad española se ha dejado en la última sesión bursátil un 2,81% con respecto a la cotización del viernes. O, lo que es lo mismo, el fallido golpe de Turquía se ha tragado 973 millones de capitalización del segundo banco más importante de España.

Por momentos BBVA ha llegado a rozar un nivel de pérdidas del 4%, en una sesión marcada por la atonía que finalmente ha concluido en el caso del Ibex 35 con un tímido avance del 0,08%. Las cotizadas han conseguido sobreponerse al bache que han atravesado durante toda la jornada y han abrazado con números verdes el anuncio de entendimiento entre PP y Ciudadanos para designar a un presidente del Congreso de los Diputados.

Como indica Minne, cualquier acontecimiento que pueda desestabilizar la economía turca o cualquier cambio en el comportamiento de los consumidores del país impactará en el funcionamiento de su mercado financiero como caen las fichas de un dominó.

“Por ejemplo, la inestabilidad política impacta de manera negativa en el sector turístico y, por lo tanto, en un puñado de planes de inversiones”, resalta el economista de ING Research. En este sentido, las empresas en Turquía podrían “retrasar” la contratación y las operaciones inmobiliarias. Esta pérdida de actividad de los clientes de la banca, por lo tanto, repercutiría en las entidades financieras.

oficina Garanti

Foto: Flickr – Wendy Seltzer

En el caso de BBVA, dice Minne, la conveniencia de permanecer en Garanti depende de la estrategia del banco. La entidad presidida por Francisco González tiene ahora que evaluar los riesgos que supone la situación política en el país y actuar en consecuencia.

Sin embargo, el banco no cree que sea el momento de acobardarse. «El compromiso de BBVA por Turquía es a largo plazo y sigue igual que antes de los acontecimientos del pasado viernes», aseguran a SABEMOS fuentes de la entidad.

BBVA: «El compromiso del Grupo por Turquía es a largo plazo y sigue igual que antes de los acontecimientos del pasado viernes»

La decisión de Erdogan

No obstante, Geoffrey Minne matiza que todavía es “un poco pronto” para evaluar las consecuencias económicas del golpe de Estado que fue abortado en la madrugada del sábado. Si la situación política vuelve a la normalidad en los próximos días se podría frenar el “derrame” en el sector turístico y la operación militar no tendría grandes consecuencias en el crecimiento económico del país.

Por otro lado, la reacción del régimen del presidente Recep Tayyip Erdogan al levantamiento podría tener consecuencias diplomáticas, ya que los socios europeos de este eterno aspirante a entrar en la UE no ven con buenos ojos el autoritarismo del que hace gala Erdogan cuando se da la ocasión. Además, el hecho de que resida en Estados Unidos el clérigo Fethullah Gulen, a quien el Gobierno acusa de urdir el golpe de Estado, podría empañar las relaciones bilaterales entre ambos países. Estos dos frentes, el europeo y el norteamericano, podrían tener consecuencias negativas para la estabilidad política del país y, por lo tanto, para la economía turca.

Los mercados financieros, al igual que los turistas y los inversores extranjeros, prefieren un sistema político que sea democrático y transparente. El impacto no debería ser tan negativo, aunque bien podría transformarse en una tormenta perfecta en cuestión de semanas”, diagnostica Geoffrey Minne.

Por el momento es demasiado pronto para evaluar al mercado turco como “impredecible”, según este economista. Simplemente, está agitado por la inestabilidad política actual. Todo depende, según el analista consultado por SABEMOS, de si el Gobierno turco decide extinguir o reavivar el fuego.

Erdogan podría suavizar su postura y no tomarse este golpe a la tremenda. Pero también podría optar por lo contrario. “Si las luchas políticas continúan por este camino, entonces podría haber consecuencias a largo plazo, pero no creo que se dé este caso gracias a la presión nacional e internacional”, concluye el economista.

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