Sectores críticos en el PP con el liderazgo de Mariano Rajoy esperaban con las escopetas cargadas los cambios prometidos por el presidente en el partido y en el Gobierno. Y a la vista de los mínimos relevos en el partido –que no en el Ejecutivo- anunciados ayer por el presiente ya han comenzado las primeras andanadas. “El elefante parió un ratón”, describía gráficamente la situación uno de esos dirigentes críticos en conversación con SABEMOS.

Hace algo más de dos semanas, Rajoy se vio obligado a anunciar cambios en el PP y en el Ejecutivo cuando algunos dirigentes territoriales comenzaron a sublevarse por el batacazo en las elecciones del 24 de mayo y por la falta de respuesta del presidente del partido. A la vista de la actitud que ayer empleó el jefe del Ejecutivo ante el Comité Ejecutivo de los populares, algunos de los barones críticos se han apresurado ya a censurar las decisiones de su presidente.

“Ha hecho los cambios a regañadientes. Renovación es, pero no se trata de las caras nuevas que ilusionen a nuestros votantes”, comenta el mismo dirigente popular consultado por este periódico digital.

Esos sectores discrepantes del PP ven acertado que Rajoy tome por fin las riendas del partido con su decisión de asumir más responsabilidad en el PP, presidiendo siempre que pueda las reuniones semanales del comité de dirección. “Pero eso es algo que tendría que haber hecho mucho antes. Con Cospedal en la doble labor de secretaria general y presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha y con Floriano de hombre fuerte, el partido ha estado estos últimos años abandonado de la mano de Dios”, señala otro de los barones.

La opinión mayoritaria de los dirigentes territoriales es que Rajoy ha perdido la oportunidad de constituir una dirección del partido fuerte, con gran peso político y que ilusione a los votantes del PP con el objetivo de revalidar la victoria en los comicios generales del próximo mes de noviembre.

En este sentido, la mayoría de ellos cuestionan que los relevos decididos por el presidente se limiten al segundo escalón y que las caras nuevas sean, salvo Pablo Casado, dirigentes con poco carisma e influencia a nivel nacional. “Son jóvenes y con mucha carrera política por delante, pero ahora carecen de experiencia y personalidad para sacar adelante un partido vencedor. Cuando sólo quedan cinco meses para las elecciones generales, no es bueno ni oportuno llevar a cabo según qué tipo de experimentos”, comenta otro de los críticos.

Maíllo, investigado por Caja España

El número tres del partido, en sustitución de Carlos Floriano, es ahora Fernando Martínez Maíllo, presidente de la Diputación de Zamora y vicepresidente de la Federación Española de Municipios y Provincias. En su haber se encuentra que en las pasadas elecciones de mayo consiguió como líder del partido en Zamora mantener la presidencia de la Diputación. En su debe está que la alcaldía de la ciudad ha pasado a manos de IU, gracias a un pacto con el PSOE.

Respecto a Maíllo, los barones críticos recuerdan que, hasta hace un mes, era investigado judicialmente por su labor en Caja España. En efecto, una juez de instrucción de León levantó en mayo la imputación de Maíllo y de otros consejeros de Caja España que habían sido citados al entender que podrían tener responsabilidades en su gestión al frente de la entidad cuando, en el consejo de administración del 8 de enero de 2009, autorizaron operaciones de refinanciación de los créditos mantenidos por las empresas del presidente y constructor Santos Llamas.

Por su parte, Javier Maroto ha sido hasta ahora uno de los hombres con más peso en el PP del País Vasco desde su puesto de alcalde de Vitoria. El pasado día 13 fue desbancado del Ayuntamiento por un pacto entre el PNV, Bildu e Izquierda Unida.

Con 31 años de edad, Andrea Levy es una de las dirigentes con más proyección del PP catalán, por su presencia habitual en los medios de comunicación y en las redes sociales. Mujer de la confianza de la presidenta del PP regional, Alicia Sánchez Camacho, Levy mantiene buenas relaciones con Jorge Moragas.

Pablo Casado era el único nombre -de las cuatro caras nuevas que aterrizan en Génova- que aparecía en todas las quinielas para hacerse responsable de la vicesecretaría de comunicación. Director de campaña en las pasadas elecciones municipales y autonómicas, Casado es un valor en alza en el PP, pues es un hombre de total confianza para Rajoy… Y para Aznar.

Los ganadores de la crisis: Moragas, Cospedal y Arenas

A buena parte del partido ha sorprendido que Rajoy decidiese mantener en la dirección de la calle Génova a los pesos pesados como la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el vicesecretario de autonomías y ayuntamientos, Javier Arenas, al tiempo que despedía a Esteban González, que seguirá como portavoz de los populares en la Eurocámara, y Carlos Floriano, a quien envía a la dirección del grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados. “No se puede culpar sólo a Floriano del batacazo electoral. Él aparece con el único perdedor de esta crisis y hay muchos más responsables”, sentencia otro de los dirigentes territoriales.

Los barones críticos tienen claro que el presidente del Gobierno no se fía demasiado del banquillo que tiene al frente del partido, ya que ha nombrado a su hombre de confianza en Moncloa como director de la campaña para los comicios generales. Jorge Moragas, jefe del gabinete del presidente del Gobierno, será el encargado con sus directrices y estrategia de llevar a los populares a la victoria en las legislativas de noviembre.

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