La ‘turismofobia’ se ha plantado en Barcelona. Tanto, que se ha convertido en el segundo problema más importante para los habitantes de la ciudad condal. Los enfrentamientos entre plataformas como HomeAway o Airbnb y el Ayuntamiento por la regulación del alquiler turístico y la masificación de viajeros en la zona han provocado en sus habitantes un sentimiento de rechazo al turismo pese al intento de su alcaldesa, Ada Colau, por frenar el movimiento.

Barcelona y el turismo

Cada año, Barcelona recibe unos 30 millones de turistas. El 50% de ellos pasa al menos una noche en la ciudad. El otro 50 corresponde a visitantes diarios como excursionistas o cruceristas. Estos viajeros han generado 120.000 puesto de trabajo activos en la ciudad. Donde el sector ha contribuido en un 12% al Producto Interior Bruto (PIB) de la ciudad, según datos de Europa Press.

Sin embargo, según los datos recogidos por el barómetro municipal del segundo semestre, los barceloneses ven su preocupación por el turismo como el segundo problema más grave de la ciudad, y un 11% lo ve como el que más . El descontento va a más. Éstos afirman que existe una falta de convivencia entre los turistas que visitan la ciudad y las personas que la habitan de forma regular. Olores, desperfectos, ruidos, masificación… son algunos problemas que los afectados denuncian y que ya han provocado manifestaciones y la colocación de pancartas que reivindican el rechazo de los vecinos de la ciudad la turismo.

Los intentos de Ada Colau para frenar la ‘turismofobia’

En noviembre de 2012, Cataluña puso en práctica el cobro de una tasa turística por la que se han recaudado desde entonces alrededor de 29 millones de euros. Una medida por la que Colau se ha visto enfrentada con plataformas como Airbnb o HomeAway por ofrecer pisos ilegales en sus webs y saltarse este pago.

Un pago que ha ayudado al Ayuntamiento a financiar proyectos o actuaciones municipales para la descentralización del turismo en Barcelona, apuntan desde el gobierno municipal. De toda la cifra recaudada, casi un 53%, unos 15 millones de euros, se ha empleado en esta tarea.

Durante el pasado año, Colau destinó nueve millones «a proyectos para descentralizar el turismo y aumentar la oferta cultural«, tal y como recoge Hosteltur las declaraciones del Ayuntamiento.

De este modo se han intentado ofertar visitas guiadas, actividades en barrios alejados del centro y promover la cultura con propuestas como la restauración murales de monasterios o actividades puestas en marcha como SonarKids, con ofertas de entretenimiento para los niños.

El resto de lo recaudado del impuesto por pernoctación se destina a la promoción turística, la cual quieren dotar de una mayor calidad para rebajar el tipo de turismo que se estaba generando en la ciudad.

Foto<<tendenciasturismo.com>>

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