La victoria del NO en el referéndum de Grecia está abierta a todo tipo de interpretaciones, incluidas sus consecuencias. Así, mientras Barclays cree que el resultado convierte la salida de Grecia del euro en la alternativa más plausible, Bankinter no espera que Atenas vaya a salir de la moneda única debido al coste de la operación, estimado en unos 400.000 millones de euros.

«Mientras que la canciller Merkel y el presidente Hollande tienen previsto reunirse mañana, sostenemos que la salida de la Unión Económica y Monetaria es ahora el escenario más probable», señalan los analistas de Barclays, citados por Europa Press.

Según la entidad británica, acordar un programa de rescate con el actual Gobierno griego será «extremadamente difícil» para los líderes de la zona euro, dado el rechazo griego a la última propuesta del eurogrupo y además será algo difícil de vender a nivel doméstico, «especialmente en el Bundestag o en España antes de las elecciones generales».

A la pregunta de si aún es posible evitar una salida de Grecia del euro, Barclays indica que «la respuesta es potencialmente sí», y ve dos alternativas, aunque ambas menos probables que una salida.

Así, señala que Europa y Grecia podrían ponerse de acuerdo sobre un programa de rescate en los términos establecidos por el FMI. «Un escenario más disruptivo sería aquél en el que las condiciones financieras y macroeconómicas empeoraran rápidamente y el malestar social podrían derivar en una crisis política, propiciando un gobierno más moderado a favor del acuerdo.

La exposición directa de otros Estados miembros de la Unión Monetaria y del Eurosistema no supera el 3,5% del PIB de la zona del euro, mientras que la exposición de los bancos europeos a Grecia se ha reducido a menos de una décima parte de esa cantidad. «Incluso con valores bajos de recuperación, las pérdidas directas deben ser manejables», señala Barclays, que cree que el contagio «sigue siendo la principal preocupación».

Bankinter

Por su parte, los analistas de Bankinter (también citados por Europa Press) no confían en que Grecia abandone el euro, debido al coste de la operación, estimado en unos 400.000 millones de euros, incluyendo las líneas de liquidez (ELA) y el Target 2 (sistema de compensación de fondos de liquidez entre bancos europeos).

Tras el triunfo del ‘no’ en el referéndum celebrado ayer y la dimisión del ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, los expertos de Bankinter esperan que las bolsas caigan una media de un 5% acumulado en la semana, las primas de riesgo italiana y española rocen los 200 puntos básicos «en el peor de los casos» y el euro caiga hasta 1,05 dólares.

No obstante, señalan que «poco a poco, Grecia quedará aislada y se pondrá de manifiesto que pesa menos del 2% del PIB de la Unión Europea y que su capacidad de contagio es reducida». «Será la economía griega la que se bloquee. Con el tiempo, esto reforzará el euro, porque hará más confiables a los países que a él pertenecen», añaden.

Pese a que el verano será «difícil», los analistas recomiendan  no salirse del mercado, excepto vender Credit Agricole, que tiene 3.200 millones de euros en deuda griega. Auguran que, en este escenario, lo más probable es que «se reestructure la deuda griega sin quitas, que la economía de Grecia sufra enormemente, que el ciclo expansivo europeo se debilite un poco y que los mercados soporten el impacto con cierta dignidad».

Para Bankinter, el desenlace más probable de la situación es que en las nuevas negociaciones que se abran a partir de ahora pueda admitirse una reestructuración de la deuda en una segunda fase: extensión de la deuda a plazos muy largos, primer vencimiento dentro de mucho tiempo y sin intereses, pero sin quita a cambio del compromiso griego de conseguir superávit primario modesto, pero creciente.

«Esto permitirá generar la expectativa de que la deuda nominal terminará devolviéndose, desmotivando a otros populismos europeos. Parece el desenlace más probable, puesto que ni Grecia ni el resto de la UEM quieren, ni pueden permitirse la salida de Grecia del euro por coste, ni por geoestrategia (Grecia no puede caer dentro de la órbita de influencia rusa y en esto EE.UU. tiene mucho que decir)», apuntan.

BBVA: “el peor escenario”

Por añadir una tercera opinión, José Manuel González-Páramo, consejero ejecutivo del BBVA y exmiembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), ha afirmado este lunes que la amplia victoria del ‘no’ en el referéndum griego es el «peor escenario posible» porque supone «una radicalización de las posiciones, no facilita la flexibilidad por el lado de Grecia y viene a aumentar la distancia política entre los negociadores».

González-Páramo, en declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press, ha señalado que mientras todo esto ocurre, sigue vigente el ‘corralito’ y todo el sistema financiero griego depende de la ayuda de emergencia del BCE.

El Banco de Grecia –el banco central– ha pedido una ampliación del límite de la línea de asistencia de liquidez de emergencia (ELA, por sus siglas en inglés) del BCE, que es la que permite tener liquidez a la banca privada griega. Sin embargo, González-Páramo ha señalado que, si los bancos griegos no ofrecen garantías adicionales, «el BCE no puede aumentar la financiación porque no es un ente político».

«Cuando un sistema financiero como el griego no puede financiarse en el mercado acude a la ayuda de emergencia y ésta sólo se concede sólo cuando las garantías que se ofrecen son recuperables. La decisión del BCE dependerá de las garantías adicionales que se ofrezcan. Me costaría comprender que aumentase la ayuda a los bancos», ha opinado.

Para González-Páramo, el mayor error es suponer que el BCE es una institución política como lo es la Comisión o el Eurogrupo. «El BCE actúa conforme a un estatuto, con un mandato muy estricto y tiene la obligación de salvaguardar el patrimonio de los miembros de los ciudadanos del área del euro», ha explicado, para después insistir en que el BCE «ni toma partido ni lo deja de tomar, sino que cumple con su mandato».

A su juicio, no es descabellado que haya algunos analistas que piensen que Grecia suspenderá pagos y saldrá del euro si no paga al BCE lo que le adeuda. «A partir del 20 de julio, difícilmente el BCE, si hay un impago de los 3.500 millones de euros que se le adeudan, puede aceptar el valor de la garantía soberana de todo lo demás», ha subrayado González-Páramo, que ha añadido que existe riesgo de que todo esto se precipite ante la falta de liquidez griega.

En todo caso, ha descartado que, después del resultado del referéndum, se vaya a ‘invitar’ a Grecia a salir del euro «porque no tiene ningún sentido ni jurídico ni político». Eso sí, ha precisado que «de facto, uno se va saliendo del euro a medida que va incumpliendo sus obligaciones por pertenecer a la moneda única».

En todo caso, González-Páramo ha dejado claro que la salida de Grecia del euro «sería un fracaso para todos» y ha señalado que si el país heleno no puede atender a sus pensionistas, habrá que buscar algún medio de pago nuevo.

Banca March: si el BCE congela la liquidez a la banca griega, ése sería el primer paso para la salida del euro

Por su parte, el Departamento de Estrategia de Mercados de Banca March ha alertado de que si el BCE decide este lunes restringir o sólo ‘congelar’ la línea de liquidez de emergencia a la banca griega, esta quedaría sin efectivo, lo que conllevaría a un «primer paso» hacia el abandono del euro.

Los analistas de Banca March han subrayado que «probablemente» el Gobierno de Grecia tendría que capitalizar la banca con pagarés convertibles en euros, lo que sería una divisa «paralela de facto». «Se trata de una crisis institucional más que económica, con dos partes atrapadas en su discurso beligerante durante las negociaciones y el referéndum», explica Banca March, citada por Europa Press.

La entidad advierte de que las instituciones europeas se verán obligadas a sentar un «mal precedente» tanto si permiten que la crisis en Grecia «vaya a mayores», como si ceden en su postura «y se avienen a negociar mejores condiciones», lo que considera que supondría un «acicate» a otros partidos de corte euroescéptico.

Banca March pone en valor la presión «que ejerce y ejercerá» Estados Unidos sobre los países de la Eurozona para alcanzar un acuerdo con Grecia por sus intereses geopolíticos, que pasan por mantener al país heleno en la zona euro. «Pensamos que se alcanzará un acuerdo, quizás no inmediato, pero sí antes del vencimiento del BCE», confía, para después subrayar que el BCE jugará un «papel de máxima relevancia» tanto en la capacidad para mantener la solvencia de la banca griega como mediante la intervención en los mercados de deuda para estabilizar la situación.

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