Los beneficios de Bankia crecieron casi un 40% en 2015 hasta sobrepasar los 1.000 millones de euros en ganancias. Sin embargo, los números verdes habrían sido mucho mayores de no ser por el dinero que tuvo que guardar la entidad para hacer frente a las sentencias judiciales que condenan en masa al banco por su salida a bolsa. Su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, ha asegurado que en la compañía se lo toman “con mucha calma”.

Bankia tiene un ancla en el mar que no consigue frenar su velocidad de crucero. Los 184 millones de provisiones que destinó en 2015 para hacer frente a las reclamaciones de sus accionistas por su salida a bolsa no consiguieron enturbiar el beneficio, que alcanzó los 1.040 millones.

No obstante, el ancla pesa: Bankia pierde el 95% de las causas en las que es denunciada por su salida al parqué. De ahí que las dotaciones para su periplo judicial alcancen los 1.840 millones, de las cuales 1.060 millones fueron reservados en 2015.

Y aún así, Bankia consigue beneficios.

Bankia está perdiendo el 95% de las denuncias de los accionistas por su salida a bolsa

“Nosotros estamos con una situación de mucha calma. En el peor de los casos, el tema está tremendamente acotado”, ha afirmado durante la presentación de los resultados Goirigolzarri, quien ha destacado la capacidad del banco para generar capital con el que hacer frente a las compensaciones.

Estas provisiones de 1.840 millones de euros repercuten en el bolsillo del contribuyente, dado que el 80% -entre participación directa e indirecta- del banco es del Estado, de acuerdo con Goirigolzarri. Además, el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, ha resaltado que un 30% de las indemnizaciones que paga la compañía se destina a pagar costas.

Pese a estos argumentos, el presidente de la entidad ha admitido que la salida a bolsa (que se hizo mediante una Oferta Pública de Suscripción, OPS) tuvo unas repercusiones muy negativas para los accionistas iniciales.

“La OPS desde el punto de vista económico tuvo un resultado muy malo. A medio plazo, tuvo un resultado muy malo para los inversores. Hay muchas personas que se han visto afectadas y a las cuales entiendo y comprendo”, ha concedido.

El bien común

Goirigolzarri ha aportado argumentos para defender su gestión, ya que la entidad ha cumplido todos los puntos del plan estratégico que se planteó en 2012, según ha explicado.

Uno de los puntos de los que ha sacado pecho es la rentabilidad, medida con la ratio ROE (return of equity). En el caso de Bankia, con un 9%, este indicador está por encima de los que obtuvieron en 2015 los grandes del sector; si se descuentan las provisiones por la salida a bolsa la rentabilidad alcanzaría el 10,6%, ha matizado.

La mejora de las cuentas de Bankia permite al equipo gestor devolver las ayudas al Estado a través del dividendo, una retribución que será un 50% mayor este año.

“La gente tiene que estar encantada. Al final, Bankia es de todos los españoles. Que a Bankia le vaya bien es una noticia fenomenal para todos los españoles”, ha resumido Goirigolzarri.

«Que a Bankia le vaya bien es una noticia fenomenal para todos los españoles”, ha asegurado Goirigolzarri

De cara al futuro de Bankia, el presidente ha asegurado que siguen trabajando con las mismas condiciones que se marcaron al principio, con un objetivo de privatización antes del 31 de diciembre de 2017. Aunque alguna formación, como Podemos, no quiera que el Estado se desprenda de la entidad, la situación política actual no permite hacer muchos planes. “Obviamente, no es el momento mejor para hablar con las autoridades”, ha confirmado José Ignacio Goirigolzarri entre risas.

Lo mismo pasa con la oleada de integraciones bancarias que se prevé para 2016. La participación de Bankia en esta carrera dependerá de lo que diga el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), según Goirigolzarri, así que el nuevo Gobierno -si lo hay- será determinante para el futuro de la financiera.

La coyuntura institucional tampoco ofrece mucha seguridad al resto de empresas, aunque el presidente de Bankia ha descartado que la economía se esté resintiendo en la actualidad.

“Lógicamente, la situación política en el corto plazo no tiene un impacto inmediato. Por lo tanto creo que no ha influido, que esa inercia que tiene la economía española se mantiene. Pero la inestabilidad y la incertidumbre no son buenas para la economía. Y si esa inestabilidad y esa incertidumbre se mantienen en el tiempo, pues acabará afectando”, ha concluido.

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