Dicen que hay temas que sólo interesan a los periodistas. Estos días hemos vivido un caso especialmente claro, relacionado con la retirada del seguro médico de la Asociación de la Prensa por parte de las fuerzas de oposición en Madrid. Ahorremos al lector el detalle fino, el caso es que finalmente se eliminará el seguro tras un plazo de seis meses en el que éste sólo costará 4,3 millones de euros que irán a parar al grupo Quirónsalud de Víctor Madera , el llamado ‘ministro de Sanidad en la sombra del PP’.

¿Un seguro médico a precio de ganga y con los mejores especialistas de la Fundación Jiménez Díaz rendidos a tus pies y tratándote como a una estrella del rock? ¿Cómo puede prescindir un periodista de algo así? En justicia, se trata de un servicio histórico que justo en 2015 cumplía su 120 aniversario, que obligaba a elegir a los usuarios entre los especialistas de la Seguridad Social y los de la privada, y que venía asociado a la Jiménez Díaz desde 1993. Si van a retrasar la eliminación 6 meses es sólo para que puedan terminarse los tratamientos ya iniciados.
 
Pero si es cierto que muchos asociados de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) lo son sólo por el seguro médico, y tenían todos los motivos del mundo para serlo, no es menos cierto que la oposición tiene razones buenísimas para evitar que dicha relación se prolongue.
 
PSOE, Ciudadanos y Podemos han insistido en numerosas ocasiones en el daño que ha supuesto para la sanidad pública el sistema sanitario alternativo que mantiene Quirónsalud en Madrid. Esto provoca cosas como que el hospital de Collado-Villalba sea prácticamente una operación de tapadera para robarle pacientes de la zona a hospitales públicos como el Puerta de Hierro y trasladarlos en ambulancia, precisamente, a la Fundación Jiménez-Díaz.
 
¿Cómo no quitar a la prensa el servicio médico si los periodistas locales se muestran sorprendentemente parciales a la hora de hablar de esta empresa? Con honradas excepciones, la prensa madrileña les trata con guantes de seda.
 
Dos motivos detrás de esta actitud. Uno de ellos es que muchos grandes medios tienen sus propias secciones relacionadas con la salud y, precisamente, Quirónsalud se está convirtiendo en un monopolio en este ámbito. ¿Quién tiene dinero para insertar publicidad en estos medios? Exacto. 
 
Por otro, las relaciones de la prensa con la Jiménez Díaz llegan, en muchos casos, al punto de lo entrañable. Hablar mal de los tipos que quizá te han salvado la vida, o la de tus hijos, parece de mala educación.
 
Lo único extraño es que, en plan benefactor, Madera no apueste decididamente por pagar él la factura y por ahorrársela al resto de los madrileños. Para el rédito que le saca, todavía le saldría barato.

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