Ni ACS ni el Real Madrid le han dado demasiadas alegrías al magnate Florentino Pérez durante el año 2015, que se le está haciendo demasiado largo. A los líos que mantiene su emporio a cuenta de los seísmos de la plataforma Castor se han sumado algunos rumores malintencionados sobre la solvencia de su compañía. Por si no fuera poco, la marcha de su proyecto deportivo en el Real Madrid se ha convertido en una burla que ayer miles de antimadridistas refrendaban en Twitter con el trending topic nacional #RealdeMadrid.

El año ya empezó mal. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) impuso unas sanciones multimillonarias a las principales empresas de recogida y gestión de residuos españolas por repartirse contratos públicos; entre las afectadas por este castigo estaba Urbaser, la filial de concesiones de ACS.

Y eso que el Real Madrid empezaba 2015 con un trofeo bajo el brazo, el Mundial de Clubes que consiguió a finales de diciembre de 2014.

Este era un curso lleno de proyectos de futuro para el conglomerado de empresas. En febrero salía a bolsa Saeta Yield, filial de renovables de ACS, que se estrenaba con una caída del 4,3% en el parqué madrileño. Un descenso que poco a poco iría reproduciendo el equipo de fútbol de Florentino Pérez.

El empresario también tuvo que sufrir el paseíllo de camino a los juzgados, en su caso como testigo, porque contrató a una empresa de la trama Púnica para mejorar su imagen y la del club que preside.

Murcia ha abierto una comisión parlamentaria para esclarecer el pago de una indemnización de 570 millones a ACS

La derrota en el Calderón 4-0 y la sonada fiesta de Cristiano Ronaldo y Kevin Roldán, más adelante recordada por Piqué, fue sólo el principio. En 6 meses el Real Madrid acabó descabalgado de Liga, Copa y Champions –eliminados con un gol del exmadridista Álvaro Morata–. Su entrenador, Carlo Ancelotti, cayó asimismo del caballo blanco, mientras el Barcelona de Luis Enrique completaba el triplete. El presidente de la casa blanca sólo pudo consolarse con un contrato de 1.000 millones de euros para construir un tramo de la línea de alta velocidad ferroviaria que unirá Los Ángeles con San Francisco en California.

Pero con el fin del verano llegaron los disgustos, el cerco judicial y administrativo y los reveses bursátiles a ACS, así como un arranque de temporada dubitativo en el Real Madrid. Todo, tras una pretemporada plagada de los típicos viajes sorprendentemente relacionados con los negocios de la compañía de Pérez, con un encuentro en uno de sus mercados más interesantes del año: Australia. Si había que jugar en un campo de cricket, se jugaba.

En septiembre, cuando el Madrid no consiguió atar a De Gea en un episodio risible con el Manchester United, aún más duro tras recordar la lacrimógena despedida de Iker Casillas, comenzó una comisión parlamentaria en Murcia para evitar el pago de una indemnización de 570 millones de euros al grupo ACS, responsable de la construcción de una planta desaladora en la localidad de Escombreras. La compañía pretende cobrar una compensación por lucro cesante después de que las instalaciones no hayan conseguido funcionar a pleno rendimiento.

Los complejos contratos firmados entre el imperio de Florentino Pérez y la Administración parecen abocar a la Región a pagar esta indemnización multimillonaria, una situación similar a la que se generó cuando se paralizó el Proyecto Castor, por el que ACS recibió una compensación de 1.350 millones de euros.

Castor, y mucho más

Precisamente, la plataforma de almacenamiento submarino de gas frente a las costas de Vinaròs también le ha dado algún disgusto este otoño al presidente ACS. Por el Juzgado de Instrucción Número 4 de esta localidad castellonense han comenzado a desfilar los responsables de Escal UGS, controlada por la compañía de Florentino Pérez, para dilucidar la relación entre la plataforma y la actividad sísmica que se produjo en 2013, así como las posibles consecuencias penales.

Según la declaración del presidente de Escal, Recaredo del Potro, los trabajos en las instalaciones de Castor nada tuvieron que ver con los más de 300 terremotos que se registraron en la zona durante septiembre de ese año.

Donde también hubo un seísmo fue en el Bernabéu cuando perdió en casa 0-4 contra el Fútbol Club Barcelona de Luis Enrique. Comenzó el sonido de viento contra Rafa Benítez, un técnico que no ha conseguido arreglar la decadencia del conjunto de Concha Espina, y la inestabilidad se instaló definitivamente en el club.

Los problemas para Florentino Pérez no acabaron ahí: en pleno maremoto por la crisis de Abengoa, la primera empresa del Ibex 35 en declararse insolvente, un inversor comenzó a sembrar el caos sobre las cuentas de ACS.

La capitalización bursátil de ACS se ha reducido en 1.600 millones tras algunos rumores sobre sus cuentas

El fundador de Bodenholm Capital, Per Johansson, afirmó que existen problemas de gobierno corporativo en la multinacional, así como “irregularidades contables”, y vaticinó una bajada del 40% en el precio de sus acciones para compensar los desajustes. Aunque Johansson tenga una posición corta en ACS -esto es, que apuesta a la baja-, la bolsa sí ha hecho caso de sus augurios y ha castigado con mucha severidad a la compañía, que ha visto cómo se recortaba su capitalización bursátil en 1.600 millones desde que el inversor sembrara sus dudas.

Básicamente, Johansson le mostró a Florentino Pérez la cartulina amarilla, una de esas que acumuló el jugador Denís Chéryshev en el Villarreal y que le impedía jugar con el Real Madrid en Copa. En el club no se dieron cuenta de que estaba suspendido desde la pasada temporada y lo alinearon en un partido contra el Cádiz, así que el conjunto fue fulminado y apartado de la pelea por el título. Los murmullos de defenestración de Benítez eran ya certezas a grito pelao.

Por si no fuera poco, la CNMC le ha dejado un regalo de Navidad a Florentino Pérez, con una multa de 8,56 millones de euros a Dragados por fijación de precios y reparto de clientes en las licitaciones públicas, una práctica en la que participó junto a otras empresas de construcciones modulares.

En la víspera de la Nochevieja, el entrenador del equipo, Rafa Benítez, denunciaba una megaconspiración contra el club, el presidente, y su persona, mientras Pérez tenía que volver a bajar a las trincheras para pedir unidad. Nada de esto evitó que se confirmase la eliminación de la Copa del Rey por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD), que incluso le propinó una colleja virtual al club al recordarle que tanto en el registro de sanciones como en la web de la Federación se publican los castigos impuestos: «Parece ser que no consultó ninguno de ellos, y de las consecuencias de esta omisión sólo el club puede ser responsable».

Todo esto provocó que, apenas 48 horas antes del final de este año atroz en lo deportivo y en lo económico, el club con más entorchados europeos y con cientos de millones de aficionados en todo el mundo se convirtiese en trending topic nacional con el hashtag #RealDeMadrid, inspirado por el exdelegado sevillista y notorio antimadridista Cristobal Soria, la pesadilla de Tomás Roncero en El Chiringuito.

El resumen de los fracasos del Real Madrid durante el ejercicio alegra el corazón de los antimadridistas y entristece a los fans, que se defienden como pueden. Mientras el club era objeto de ridículo en Twitter, una petición para pedir la destitución del presidente en Change.org superaba las 3.000 firmas. Los pañuelos del siglo XXI ondeaban contra Pérez

En 2016, al menos, podría pensarse que ACS, al menos, recibirá algo de aire fresco con la llegada de Mauricio Fernández Verdes, auténtico arreglador de la compañía tras su paso por Hochtief y su labor en CIMIC, que cerró 2015 con numerosos contratos.

Lamentablemente, los analistas creen que CIMIC tiene poco margen de error en los proyectos tras haber hecho ofertas muy agresivas en contratos como la autovía M5 de Sydney por 4.300 millones. Al menos es lo que señala el analista de Citigroup Simon Thackray, quien resaltó que el «celo, y el comprensible enfoque en reparar el balance y controlar los costes ha expuesto a CIMIC a un panorama más competitivo y en el que tiene que demostrar un modelo de ejecución de proyectos que respalde las actuales mejoras en los márgenes».

Además, no está nada claro que Florentino vaya a dejar paso libre a Fernández Verdes, si tenemos en cuenta que parece tan poco dispuesto a perder el poder absoluto en ACS como en el Real Madrid.

Está por ver que el próximo año sea mejor para el laureado club o para una de las empresas más importantes del Ibex. Lo único con lo que puede consolarse Pérez es que, por mal que lo haga, difícilmente podrá salirle todo peor que en 2015.

 

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