Iván Gil, autor de ‘Pablo Iglesias. Biografía política urgente’, cree que el líder de Podemos está marcado por el ambiente comunista en que se crió y que divide el mundo entre «vencedores y vencidos». Se maravilla ante su giro socialdemócrata: «Hasta hace muy poco los aborrecía, tiene que descolocarle».

Dejando a un lado a su círculo de allegados, pocos conocen tan bien a Pablo Iglesias como Iván Gil (Orense, 1985), el periodista que ha escrito la primera biografía del político que hace un año puso patas arriba el sistema de partidos español. Once meses después de obtener 1,2 millones de votos en las elecciones europeas, Podemos es una formación consolidada que aspira a ser determinante en la composición de los próximos gobiernos autonómicos antes de intentar el asalto a La Moncloa. Su líder es un tipo con “luces y sombras” que ha pasado de adorar al subcomandante Marcos a admirar a Olof Palme. Y al que Gil, que charla con Sabemos en una céntrica terraza madrileña, ha desnudado políticamente.

El libro narra en su inicio la infancia de Iglesias, que creció entre cuadros de Marx y Zapata. ¿Hasta qué punto está su ideología condicionada por la de su familia?

Hay alguna foto de eso, de sus padres con él de bebé y los cuadros de Zapata y Marx en el fondo, sí. En ese ambiente poca disidencia cabía aunque hay veces que sucede lo contrario, que te educan en una línea y sales rebelde. De todas formas en su caso los propios padres también fueron educados en un ambiente muy reivindicativo y politizado. El propio abuelo fue con 24 años teniente auditor republicano en la guerra, firmando nueve sentencias de muerte.

También cuentas que su padre fue terrorista del FRAP y estuvo a punto de matar a un falangista…

Estuvo muy poco tiempo, pero sí. Hay un hombre que celebra su ‘segundo cumpleaños’ el día en que casi lo asesina el padre de Iglesias. Los camisas azules hacían contramanifestaciones en la universidad y en una acción de esas, donde enfrente estaba Javier Iglesias, estuvo a punto de morir.

¿Esas circunstancias han moldeado al político un carácter y una forma de ver la vida un tanto sectaria?

Sectaria pero sobre todo vengativa. Ve el mundo desde un prisma de dualidad, de vencedores y vencidos. Y eso que su abuelo republicano salió bien parado al salvar la vida pese a haber firmado nueve sentencias de muerte y estar tan metido en la resistencia, cogiendo fusiles en Ciudad Universitaria y llevándolos a su pueblo… Otros tan implicados en la lucha contra el alzamiento militar corrieron bastante peor suerte. Pero fue reprimido, igual que su tío abuelo y otra tía, todo eso marcó a Pablo y le generó una emotividad vengativa.

Afirmas que sus aficiones televisivas, su pasión por ‘Juego de Tronos’ y ‘House of Cards’, «no son inocentes».

Sí, dice mucho de su carácter de estratega. Si viviera en un ambiente más guerracivilista le vería más en un ambiente militaroide que político, porque es muy, muy, muy buen estratega. El meterse tan joven en organizaciones políticas donde son claves los equilibrios también le curtió en eso.

¿Cuáles son sus referentes ideológicos?

Es un tipo muy leído. Le alucina Gramsci, al que llama ‘el genio sardo’, fue un enamorado en su primera etapa del subcomandante Marcos y de sus discursos en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, Lenin siempre le ha alucinado también, aunque más adelante lo vio desde una perspectiva más crítica. En la actualidad le gusta mucho Olof Palme, lo que no sé es si forma parte del marketing o le gusta de verdad, porque hasta hace muy poco a los socialdemócratas los aborrecía. A mí desde luego me huele a marketing.

¿Y sus referentes políticos?

Nacional, Julio Anguita. Fue su mentor intelectual. Podemos no existiría sin el proyecto de Frente Cívico de Anguita; lo del bloque social, que también viene un poco de Gramsci y su teoría del partido en movimiento. A nivel internacional, serían Toni Negri y Michael Hardt, los teóricos del autonomismo obrero, que era donde orbitaba él ideológicamente hasta que montó Podemos. También cita mucho a Zizek, aunque más como filósofo superstar.

El nacimiento del partido en la Universidad Complutense, ¿se hace en connivencia con el rectorado? ¿Está ahora Podemos devolviéndole el favor a José Carrillo apoyándole en sus elecciones?

Se está apoyando en ellos totalmente, es su última baza. Es increíble, pero la universidad y más concretamente la Complutense es un microestado, donde se da también el juego de tronos que tanto le gusta a Iglesias, esa disputa de poder. Resumiendo mucho, de cara a las elecciones el control de las asociaciones de estudiantes es evidente. Y luego en la Facultad de Ciencias Políticas es muy obvio también que gran parte del profesorado es muy podemita. Al conseguir ciertos espacios de poder, con Ariel Jerez y otros cuantos, ejercen influencia a la hora de decantar el voto del profesorado. Luis Alegre incluso hizo campaña por el rector al asumir su discurso en una entrevista en radio.

¿Por qué se produjo esa falta de entendimiento con IU, que tanto recuerda a lo que luego pasó entre UPyD y Ciudadanos?

Es muy buena la analogía, sobre todo por el trasvase de cuadros. Yo creo que surge todo cuando Enrique Santiago es secretario de Movimientos Sociales en IU y la coalición intenta mostrarse cercana al 15-M. Entonces crean una asamblea entre esa secretaría y la sociedad civil en la que se integran La Tuerka y Democracia Real Ya como actores políticos y se les va de las manos. En ese momento IU da un golpe encima de la mesa para dejar claro que el aparato del partido lo controlan ellos. Querían acercarse al 15-M pero sin perder poder. Se rompen las negociaciones, se va DRY y La Tuerka, que ya tenían mucha imagen pública. Iglesias pidió primarias abiertas para copar los primeros puestos de las listas -porque controlaban las redes y tenían mucha más sintonía con las bases-, o bien que se le eligiera a él como número uno. Cayo Lara no cedió y se rompió la relación.

Y tras el gran resultado de las europeas inician un camino hacia la moderación para ser mayoritarios.

Sí, en el que no quieren tener nada que ver con ningún tipo de protesta. De hecho al sector crítico le dijeron “nosotros somos el Podemos de la propuesta y vosotros el de la protesta”. Sí que veo clara esa estrategia, lo que no veo tan claro es que les beneficie. Ellos son los estrategas y los que saben, pero para acabar ahí ya existe el PSOE, ¿no? Igual el espacio ya está cubierto. Además yo entiendo que ahora ya no necesiten a las bases y a los movimientos sociales -que incluso son un lastre para la postura pactista que cultivan-, pero que se les escapen tampoco es muy beneficioso. Y se están dejando muchos jirones por ahí.

¿Queda algo del 15-M en Podemos?

Queda muy poquito. Y lo que queda está más en las iniciativas municipalistas, ahí no tuvieron más remedio que aceptar que no escuchar a las bases hubiera sido el principio del fin del partido. Luego el 15-M más vinculado a Izquierda Anticapitalista intentó dar la guerra interna, presentándose a las primarias y logrando algunos puestos, después de que los intentaran anular prohibiendo la doble militancia. Y los que provenían más de los movimientos sociales se han centrado en la vía municipalista o se han vuelto a sus reductos, a seguir haciendo política donde estaban antes.

¿Cómo puede una persona cambiar su forma de pensar, al menos cara a la galería, tan abruptamente y no volverse loco?

Te tiene que descolocar mucho, la verdad. Date cuenta que es un tío que no deja ni que le maquillen para la televisión, que se maquilla él mismo. Pero bueno, la de recorrer ese camino ideológico es su apuesta personal.

¿Qué pretenden Zapatero y Bono reuniéndose con él? ¿Huelen el poder?

Yo creo que el objetivo es recuperar el perfil alto dentro del PSOE y poder influir. Ellos son muy contrarios a un pacto de estado con el PP, que creen que acabaría con el partido. Son más proclives a medio plazo a un pacto con Podemos.

Hablemos un poco de la financiación del partido, a la que dedicas un capítulo del libro. ¿Quién paga el lanzamiento de Podemos?

A veces caemos en la crítica más emocional, diciendo que es el chavismo el que está detrás. Pero para eso hay que tener datos y documentos. No se puede caer en esa visceralidad. Lo que sí es evidente es que los proyectos pre-Podemos como La Tuerka tuvieron una financiación particular de asesores que tenían unas minutas en Venezuela muy, muy, muy altas. Y luego cada uno con su dinero hace lo que quiere, ellos eran militantes y lo metieron ahí con un objetivo muy marcado.

¿Cómo se produce el boom en las televisiones? ¿Simple inercia o estrategia acordada?

Se mezclan varias cosas. Por un lado está la inercia, en el sentido de que había unas demandas sociales, de la calle, que reclamaban voces que no tenían espacio. Los estudios decían que Ada Colau tenía un 70% de aceptación, que se toleraban los escraches… Por otro lado, junto a esa demanda de audiencia, están las relaciones de amistad personal. Roures y Jaime Pastor (uno de los creadores de Izquierda Anticapitalista) son muy amigos, por ejemplo. Y luego también estaba la visión de ciertos presentadores y ciertos programadores. Jesús Cintora no es que llevara a Pablo Iglesias al plató, es que llevó también a Pablo Casado, Albert Rivera, Alberto Garzón o Tania Sánchez cuando no eran nadie. Y mira ahora.

Se ha llegado a especular con el papel de Arriola y el PP en la consolidación del partido, para dividir a la izquierda.

Eso lo veo más conspirativo, no creo que sean tan listos (risas). No les hacía tampoco ningún bien que llegaran partidos regeneradores, casi es mejor dar tú la alternativa desde dentro a que te la piden desde fuera.

¿Juan Carlos Monedero ha sido relegado a un papel secundario?

Su peso sigue siendo fundamental, pero a nivel mediático es cierto que ha pasado a segundo plano. Con las bases tiene una capacidad de conexión muy grande, es muy buen mitinero. Pero el ‘caso Monedero’ y todo lo que puso en cuestión le ha hecho mucho daño. Ha tenido que adoptar un perfil más bajo, aunque internamente siga siendo muy importante, y la muestra es que hasta cambiaron los estatutos para no echarlo, cuando un 10% de las bases pedía un referéndum sobre su continuidad.

¿Es uno de los grandes apoyos de Iglesias? ¿Cómo es la relación dentro del G-5 de la cúpula?

Dentro del núcleo duro, Iglesias es uña y carne con Luis Alegre. Con Errejón se distanció un poco cuando éste cerró la puerta a Tania Sánchez, diciendo sí a su plataforma (para que se integrara en Podemos) y no a ella. Monedero es un poco el verso suelto, el que no sigue el redil. Y Carolina Bescansa es la que pone cohesión.

Se les ha abierto ahora un frente en Navarra, con la disposición de la candidata, que es del sector crítico, a pactar con Bildu.

Es de las pocas críticas con poder que queda después de lo de La Rioja. Han conseguido imponer candidatos y ejecutivas afines en casi toda España, pero eso también tiene el riesgo de que al atarlos tan en corto les acaben mordiendo la mano. Y sí, lo de Navarra es un problema gordo porque va contra los intereses de la formación. Es que allí mantienen un poco las esencias asamblearias, y en realidad lo que planteó la candidata es que consultaría con las bases la decisión.

Pero la negativa de Iglesias a pactar con Bildu sería estratégica, porque él ha tenido una trayectoria de entendimiento con la izquierda abertzale.

De muchísimo entendimiento. Se dijo que era el contacto en Madrid de ETA político-militar, quizá de manera un tanto visceral, pero no es casual. Y las hemerotecas ahí están. En un monográfico de Injuve sobre la Guerra de Iraq él participó con un texto en el que habla del EZLN y de Aguascalientes (iniciativa de los zapatistas en los 90 para coaligarse con sectores de la sociedad civil), dice que hace gestiones para reproducirlo en Europa, incluyendo a interlocutores de la izquierda abertzale. Bueno, él de hecho cita a ETA, dice que las negociaciones fracasaron por la falta de voluntad de ETA.

Toquemos el tema medios de comunicación. Más de una vez Pablo Iglesias ha hecho comentarios inquietantes al respecto, sobre la posible intervención que haría en ellos de llegar al poder…

Ellos han puesto como referente la Ley de Medios de Ecuador, sería el marco del que partirían. Y a partir de ahí intentarían crear un consejo audiovisual o un consejo ético, supuestamente independiente, pero que podría sancionar “excesos”, más que deontológicos de cooptación de espacios de mercado. Que hoy en día, con el espectro ilimitado del mundo digital, es un poco ridículo. Y también es verdad que Iglesias siempre fue de la opinión muy minoritaria dentro de los movimientos contestatarios de que había que utilizar a los medios de masas. Los tiene bastante tirria, sí.

¿Es una persona que escucha? ¿O está muy pagado de sí mismo?

Cuando no tenía ningún poder parecía una persona muy autocrítica, le gustaba dialogar y que le llevaran la contraria para aprender. Pero ahora cada vez menos. Le sale la arrogancia del que ha hecho una apuesta y le ha salido genial, que no admite que le digas lo que tiene que hacer y no escucha. Quizás se le haya subido un poco a la cabeza en ese sentido. Cada vez escucha menos.

¿Qué adjetivos utilizarías para definirle como persona?

Es inteligente, no hay duda. Muy estratega. Arrogante, pero arrogante también como académico, como intelectual. Y no puede faltar el toque mordaz de enfant terrible que siempre ha tenido.

¿Has recibido alguna reacción de él o su entorno tras la publicación del libro?

Yo estuve en contacto son sus secretarios, sus asesores, etc. Y antes de publicarse me preguntaron que qué había de aquello, les mandé una copia, pero no han dado respuesta. No creo que le haya gustado mucho, seguro que se gusta más en el documental que está preparando Fernando León. Yo narro luces y sombras, pero creo que es bueno contarlo todo.

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