Podemos intensifica su advertencia de retirar el apoyo a los barones del PSOE que están en el poder gracias a sus votos. Los socialistas dependen del partido de Iglesias en Aragón, Valencia, Baleares, Castilla-La Mancha y Extremadura. Solo Susana Díaz gobierna completamente al margen del partido morado.

La abstención del PSOE ante Mariano Rajoy va tomando cuerpo al mismo ritmo que se intensifican las advertencias de Podemos: si los socialistas dejan gobernar al PP, habrá consecuencias en las autonomías. Lo repiten a diario, a través de todos sus portavoces y con distintos niveles de dureza. El aragonés Javier Lambán, el valenciano Ximo Puig, la balear Francina Armengol, el extremeño Guillermo Fernández Vara y el castellanomanchego Emiliano García-Page, que fueron investidos con los votos del partido morado, ya saben que pesa sobre ellos una espada de Damocles que amenaza con fulminar sus Gobiernos. O más bien con hacerlos inoperantes, dado que es inviable que se articulen mociones de censura previo entendimiento PP-Podemos. Los diputados de la formación de Iglesias sí podrán frustrar cualquier iniciativa de los socialistas, ejecutar ofensivas desde los Parlamentos y, en definitiva, hacer la vida imposible a esos Ejecutivos autonómicos que un día apoyaron. De los siete barones socialistas en el poder, solo dos -el asturiano Javier Fernández y la andaluza Susana Díaz- lo lograron sin pactar con Podemos.

ASTURIAS

Javier Fernández fue el presidente autonómico que más tardó en ser investido tras las elecciones de 2015. Lo hizo con el único apoyo de su partido y de Izquierda Unida, tras demostrarse imposible el entendimiento con Podemos. Su mandato en minoría se ha mantenido así con el paso del tiempo y le obligó a prorrogar los Presupuestos para 2016, puesto que tampoco en eso se pusieron de acuerdo el PSOE y el partido morado. Fernández no le debe nada a Podemos, ni Podemos puede torpedear más su gestión de lo que ya lo ha hecho, por lo que la hipotética abstención socialista apenas tendría efectos en la política del Principado. Lo que no será óbice para que la formación emergente saque toda la artillería contra la Federación Socialista Asturiana, cosa que ha empezado a hacer con la difusión por todos los canales de un vídeo que denuncia presunta connivencia durante años de PP y PSOE en esta región.

ARAGÓN

Al PSOE le costó cerrar un pacto de gobierno con el Podemos aragonés de Pablo Echenique en 2015. Desde que lo hiciera, la relación ha pasado por altibajos y actualmente se encuentra en uno de sus peores momentos. Echenique denuncia incumplimientos por parte Javier Lambán y este mismo viernes advirtió de las “consecuencias” que en la comunidad tendría una abstención del PSOE ante Rajoy. Lo ha hecho en numerosas ocasiones los últimos días. Lambán gobierna muy en precario, puesto que no solo tiene que negociar cada medida con Podemos -partido que tiene casi la misma fuerza electoral que el suyo-, sino también con la Chunta Aragonesista e IU. Los socialistas perdieron el mes pasado la presidencia de la Cámara regional, que pasó a manos de una diputada de Podemos en virtud de lo acordado entre estas formaciones.

COMUNIDAD VALENCIANA

Ximo Puig gobierna en coalición con Compromís y con el apoyo externo de Podemos, sin perjuicio de los pactos puntuales a los que también ha llegado con Ciudadanos. La hoja de ruta de su Ejecutivo está recogida en el Acuerdo del Botánico que las fuerzas de izquierda firmaron no sin complicaciones. El partido de Iglesias también ha advertido a Puig de que puede retirarle el apoyo en cualquier momento, aunque esta postura no encuentra apoyo en Compromís. Monica Oltra, que cultiva respecto a los socialistas una relación mucho más flexible y posibilista, no solo se desmarca de las amenazas sino que asegura que el pacto no corre ningún peligro. “Es a prueba de bombas”, declaró este viernes en Onda Cero, el “Gobierno valenciano está blindado” porque anteponen “los derechos de las personas a los del partido”. Está por demostrarse que Podemos comparta esa visión.

BALEARES

Aquí hay otro Gobierno de coalición, entre el PSOE y los nacionalistas de MÉS, con el aval de Podemos desde fuera. La alianza se da a nivel regional, pero también en el resto de instituciones donde estas fuerzas suman mayoría. La presidenta balear, Francina Armengol, es una de las referentes del PSOE más cercanas a los postulados de la formación morada y la que con más ahínco defendió la construcción de una alternativa al PP a nivel nacional. Por ello, es de esperar que Armengol se libre de las ‘represalias’ con que amenaza Podemos al PSOE si se abstiene, pero también ella está completamente a merced de lo que decida la formación de los círculos.

CASTILLA-LA MANCHA

El pacto de investidura que permitió a Emiliano García-Page sumar los escaños morados para superar al PP y acceder al Gobierno está roto porque así lo decidió el partido de Pablo Iglesias recientemente. En una declaración ante los medios, el secretario regional, José García Molina, aseguró que el PSOE no había sido fiel a lo acordado y que daba por finiquitada la entente. Al parecer de Molina, muy próximo a Iglesias, Page se había dedicado más a intentar acabar con Pedro Sánchez que a gestionar Castilla-La Mancha. Consecuencia de ello, los socialistas ya han perdido varias votaciones en las Cortes, aunque afirmen que ellos no dan por roto el pacto. María Dolores de Cospedal, líder del PP en la región, se ha ofrecido a sostener al Gobierno de Page para garantizar la estabilidad, pero esa alianza daría alas a Podemos y le permitiría explotar el discurso contra la gran coalición.

EXTREMADURA

Guillermo Fernández Vara alcanzó la presidencia con el voto a favor de Podemos, pero no ha tenido precisamente una gran relación con este partido desde entonces. Hace unos días se filtró que, como en Castilla-La Mancha, la federación morada estaba por romper relaciones con los socialistas. Vara recordó entonces que no hay pacto que quebrar porque no existe: el acuerdo se limitó a la investidura. De hecho, los Presupuestos de 2016 salieron adelante gracias a la abstención de PP y Ciudadanos y con el voto en contra de Podemos. No obstante, la hipotética declaración de guerra de Iglesias al socialismo imposibilitaría a Vara sacar adelante nada que no tuviera el visto bueno del centro derecha.

ANDALUCÍA

La líder territorial del PSOE que más tranquila gobierna es de lejos Susana Díaz. Lo hace con el exclusivo apoyo externo de Ciudadanos, que negoció al inicio de la legislatura un programa de mínimos para darle el ‘sí’ a Díaz y lo va fiscalizando periódicamente. Los socialistas andaluces están muy distanciados de Podemos, que en esta región tiene al frente a Teresa Rodríguez, cabecilla de la corriente más escorada del partido (Anticapitalistas). La oposición de Díaz a que Pedro Sánchez intentara un pacto de gobierno con Iglesias y la posterior orquestación de una operación para descabezarlo ha sido vista por Podemos como un afrenta. Pero no tiene capacidad de influir en un Parlamento donde PSOE y Ciudadanos superan la mayoría absoluta.

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